Semblanza
“LA NUEVA TROVA DE YUCATÁN”
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Me precio de conocer a los hermanos José y César Marrufo: son sobrinos de mi esposa y los conocemos desde que eran unos jóvenes, iniciando los años 90, cuando teníamos reuniones con “Los Amigos de la Trova” bajo la dirección del Ing. Roberto Mac Swiney Salgado. Sesionábamos en el salón “El Cid” del Hotel “El Castellano”. Yo apoyaba estas manifestaciones culturales desde el Ayuntamiento de Mérida, desde mi puesto como Director de Cultura y Turismo de la Ciudad de Mérida.
Los hermanos Marrufo, junto con Wilberth Bates, formaron el trío “Los Ángeles” cuando tenían 17 años de edad. Ya mostraban sus avances en el dominio de las guitarras en su incipiente juventud. Para impulsar su trabajo musical, en 1991, recibimos una invitación para participar en el Festival de Tríos de Guantánamo, en Cuba, presidido por Israel Martínez Zapata. Recibió el título de Internacional con la participación de dos tríos mexicanos; llevamos a “Los Ángeles” y al trío “Los Tres Galanes” de la trovadoresca consagrada de Yucatán que dirige Renán López y sus hijos José y Macario, para alternar con los mejores tríos de cada provincia cubana. Citaré a “Los Embajadores” de La Habana, a “Los Rojas” de Sancti Spíritus; “Los Martínez” y “Los Rubíes” de Guantánamo; “Los Caminantes” de Manzanillo”; “Los Audaces” de Cienfuegos; “Las Zedkins” de Holguín; “Los Ensueño” de Santiago de Cuba, y “Las Hermanas Lago” como segundo trío femenino, también de La Habana. Hubo otros de provincias como Matanzas, Isla de la Juventud – antes Isla de Pinos-, y otros de occidente de la Antilla Mayor.
“Los Tres Galanes” y “Los Ángeles” cayeron de pie en los escenarios guantanameros del Teatro Guaso y el Cine América. Luego del Festival, nos invitaron a la Casa de la Música “Pepe Sánchez” de Santiago de Cuba, donde audicionaron para el pueblo Santiaguero. En Guantánamo se difundió nuestra música yucateca por CMKS, donde cada día nos dieron una hora por la radio en el programa más antiguo de la radio cubana “Bajo el Cielo de México”, bajo la conducción de Juan Guillarte y Pedro Pérez Olivares, sin olvidar un sábado por la noche en la alberca del Hotel Guantánamo, donde se daban los Sábados Musicales del Hotel. Además, participaron en el cierre del festival, que terminaba el 8 de mayo, y en un desfile de carros calesa con un trío y una representante femenina, mientras se cantó en forma de serenata a 25 mujeres de familia como reconocimiento a la Mujer cubana en 25 casas diferentes.
Con el contacto con maestros de la guitarra y la armonía de voces, los Marrufo y Bates acordaron tomar clases especiales para mejorar. Diría que los adoptaron tres requintos – José Camejo de Santiago de Cuba, René Moreira de Guantánamo, y José de la Cruz de Manzanillo– abriéndoles los horizontes musicales. En varios intercambios culturales entre México y Cuba vinieron a Mérida y continuaron creciendo musicalmente. Con ellos fuimos a Baracoa donde Amado Lobaina, asesor de armonía vocal, también corrigió algunas formas de interpretación con lo que ilustraron, en el Hotel “El Castillito”, el conversatorio que di sobre “La influencia de la música cubana en la trova peninsular yucateca”.
Con el paso del tiempo, “Los Juglares” se han convertido en una institución musical con amplio repertorio que abarca desde el romanticismo trovero hasta convertirse en una agrupación impar en nuestro medio. He seguido su carrera como embajadores de Yucatán y México en actividades diplomáticas; con el mismo sello de profesionalismo que siempre tuvieron desde muy jóvenes, cuando viajaron por vez primera a la ciudad de Guantánamo, en Cuba, su despegue profesional como músicos a nivel internacional.
Mi respeto y recuerdo para esas dos familias: Marrufo y Vadillo, que se unieron para dar forma a “Los Juglares” y ahora son los embajadores del romancero musical de Yucatán y Cuba. De los que los conocieron como jóvenes trovadores yucatecos y los apoyaron para crecer musicalmente, algunos siguen y otros que eran mayores ya caminaron a otros planos astrales. Todos esos maestros cubanos les dieron las pautas para ser mejores músicos, les dieron bases para crecer musicalmente y lo lograron. Abur.