Inicio Reportajes «Los Caminantes» de Manzanillo, Cuba

«Los Caminantes» de Manzanillo, Cuba

27
0

Remembranza

Los Caminantes de Manzanillo, que dejaron gratos recuerdos de su estadía en Mérida.

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Hoy desperté recordando una ciudad de la provincia de Granma, antes parte de Santiago de Cuba, que mi madre Margarita Acosta me refería en sus relatos de sus estadías en La Habana, en Cuba: Manzanillo, donde radicaba su compañera de estudios en la Universidad de Albany en Nueva York en los Estados Unidos, Libia Fernández del Castillo. Me hablaba del Caney, de la ciudad de Manzanillo y de su gente. No visité el oriente cubano en mis primeras incursiones en suelo antillano. Fue hasta después del 91 que visité Guantánamo, durante su Festival Internacional de tríos “Cantares de América”.

En ese Festival conocí e hice amistad con los integrantes del trío “Los Caminantes”, de ese hermoso lugar que visité. Me acompañaron Miguel de la Cruz y Rafael Remón, anfitriones al hermano mexicano; posteriormente pudimos hacer un intercambio cultural con Cuba para que vinieran a Mérida dos tríos: “Ensueño”, de Santiago de Cuba, y “Los Caminantes” de Manzanillo. Dieron conciertos en el teatro “Peón Contreras y se integraron a la trova yucateca en el Hotel “Caribe” los viernes, a las Serenatas de Santa Lucía y a las serenatas al pie de las ventanas yucatecas. Cuando abrió el restaurante “Habana Club” en Santa Lucía, por más de seis meses fueron la principal atracción triera cubana.

Suenan las cuerdas de la guitarra y los bongos, y junto a las voces, la armonía despierta ensueños y pasiones. Canta el trío manzanillero, y entre las líneas melódicas no importa si sabe a son, guaracha, feeling, bolero, trova o canción; trasciende la elegancia de las notas que llegan con sabor a cubanía.

El gusto de hoy es especial, con el sello distintivo que les identifica como Los Caminantes, los tres artífices de este regalo al oído y al alma celebraron 55 años de desempolvar la memoria sonora y rítmica de esta tierra y de hacer, como escribió en su lírica el poeta Antonio Machado, “Camino al andar”.

Cual genuina expresión de cubanía, vierten su profesionalidad entre los más disímiles géneros del pentagrama musical cubano, en recorrido desde los más tradicionales hasta la contemporaneidad, para adentrarse en la preferencia de quienes llevan en el recuerdo las notas de sus primeras entregas y de los que hoy no renuncian a enamorar y ser feliz desde la canción.

Aquel canto primigenio del 28 de septiembre de 1963 fue la mezcla de la guitarra prima de Miguel de la Cruz, voz segunda y director; la voz prima de Hugo Naranjo, guitarra acompañante, y la voz tercera y guitarra acompañante de Rafael González.

Estas vienen hasta hoy como recuento, en el legado que enriquecieron otros hombres de música que también incluyeron sus nombres y destreza a la historia del trío, ya legendario en el hacer musical de esta urbe costera.

Entre ellos, Rafael Remón Romagoza, director de Los Caminantes por más de 40 años y tercera voz, quien desplaza sus dedos ágiles y experimentados por las cuerdas del requinto, en homenaje a los primeros y a los que luego preservarán su herencia.

Tanto como en aquellas noches de fiesta junto a los vecinos y pobladores de la ciudad de Manzanillo, son sus melodías inscritas en un amplio diapasón tímbrico que torna al repertorio del conjunto en recorrido por el devenir histórico musical de la nación cubana, en plena alegoría a una corriente que se cimentó desde fines de los años 20 del siglo pasado gracias a la magia del Trío Matamoros.

Si bien con la influencia de los formatos musicales de su tipo en México, dígase Los Panchos, Los tres caballeros, Los tres reyes, Los ases; todos influenciados por la genialidad mezcla de voces y guitarras emergida de los Matamoros, tal como asegura Remón Romagoza, “hicimos nuestro propio repertorio y montamos la típica cubana, por ejemplo, Sola de Juan Almeida, Se pierde y se gana, clásicos de los compositores cubanos, con arreglos propios del trío”.

Y así fueron dando forma a lo que son hoy, esencia de la tradición e identidad melódica de la que todos quisieran beber para sucumbir ante su encanto, o al menos una vez, ser la fuente de inspiración de sus canciones o su ventana la privilegiada de abrirse por el clamor romántico de una serenata.

Frutas de Caney, Son de la Loma, Lágrimas Negras, El camisón de Pepa, y números del repertorio latinoamericano lejano, y otros más próximos en el tiempo de la autoría de creadores cubanos actuales como Descemer Bueno, Leony Torres, Tony Ávila, embellecen sus presentaciones.

“Los Caminantes” de Manzanillo, Cuba, en radio Granma del oriente cubano.

Con una historia de participación en 28 festivales de tríos, en el evento Sindo Garay; su declaración como Hijos ilustres de Santiago de Cuba y Florida (Camagüey); merecedor de la condición Héroes del Moncada y el Pergamino de la Ciudad de Manzanillo, del Premio Bayamo, conferido por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Granma, el Trío Los Caminantes sigue labrando su senda.

Un contrato por un año los llevó a México, pero su calidad musical y la realidad de sus presentaciones, extendió la permanencia por 10 años como representantes cubanos en las “Bodeguitas del Medio” instaladas en el Distrito Federal, Puerto Vallarta, Guadalajara, Cancún

De esta forma inscribían con letras de oro a su natal Manzanillo, siendo declarados hijos ilustres de Manzanillo y Florida, Camagüey. Atesoran además el orgullo de recibir premios y reconocimientos como Héroes de Moncada, el Pergamino de la ciudad de Manzanillo, el Premio Bayamo de la UNEAC, y otros reconocimientos que validan su historia artística.

Dos de sus integrantes, ambos directores de “Los Caminantes”, Miguel de la Cruz y Rafael Remón, ya no están con nosotros. Fueron pilares en Guantánamo, Manzanillo y La Habana, lugares donde participamos en los Festivales “Cantares de América”. En Mérida les tendí un cabo, como dicen en Cuba, y conseguí en las Suites Imperial el alojamiento digno para sus estadías.

“Los Caminantes de Manzanillo”, ganadores de premios en sus ámbitos de trabajo musical.

Con la partida de Rafael Remón Romagoza y Miguel de la Cruz, hemos perdido a dos de los mejores elementos de la música de la trova cubana, embajadores de la canción caribeña. A cambio, nos dejaron la huella de la amistad y la hermandad entre naciones como son Cuba y México. Descansen en paz y vaya nuestro afecto a sus familiares. Abur.

Fuente

https://www.radiogranma.icrt.cu/los-caminantes-apuesta-musical-por-un-sello-de-sentimiento/

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.