Trío de Cienfuegos, Cuba
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
En mis estadías por la “Perla del Sur”, Cienfuegos, Cuba, tuve la oportunidad de conocer a Emilio Castellanos: primero en Guantánamo, durante el Festival Internacional de Tríos “Cantares de América”, posteriormente en el propio Cienfuegos, como jurado para definir los tríos que representarían a Cienfuegos en Guantánamo. Como me hospedaba en el Hotel Jagua, se volvió nuestro punto de reunión para hablar de la música triera cubana y mexicana, junto con el maestro Efraín Loyola, fundador de la orquesta “Aragón” y la Señora Sentimiento, Doña Elena Burke, que cerraba el espectáculo del cabaré del hotel.
Era un placer abrevar conocimientos musicales de tan selectas personas. Hicimos un viaje en guagua hasta Guantánamo, recogiendo tríos participantes de Ciego de Ávila, en Holguín, al trío femenino “Las Zetkin”; en Santiago, al “Ensueño”, hasta llegar a Guantánamo al hotel sede. Emilito, como le decíamos, director de Los Bohemios, era mi compañero de asiento; departíamos el café y unos bocadillos que nos obsequió el hotel para ese recorrido nocturno y amanecer en la capital guantanamera. Un suceso inolvidable.
El trío Los Bohemios tiene sus comienzos en las noches sureñas, amenizando serenatas y presentaciones aisladas. Su primer trabajo oficial, que mantendrían por 41 años, sería en el Hotel Jagua, situado a orillas de la bahía cienfueguera. Se oficializan el 31 de diciembre de 1959, con la apertura de esta instalación. Luego pasarían al Hotel La Unión, otro de los lugares preferidos por el turismo en la ciudad.
Tienen un formato cercano a lo que conocemos como trío mexicano, que se distingue por estar compuesto por tres guitarras y el tratamiento de las voces. En ocasiones, cuando el repertorio lo requiere, añaden un bongó, principalmente para interpretar música cubana. Durante sus giras internacionales incorporan un bajo, ampliando así sus posibilidades sonoras. Realizan su primera gira a Angola, a donde viajan en dos oportunidades durante 1985. Al año siguiente visitan México. Posteriormente parten de gira hacia Bulgaria, donde permanecen alrededor de tres meses. Después se presentarían en Alemania, país en el cual han estado en cuatro ocasiones. Allí realizaron una labor muy interesante: los contratan para trabajar en un avión con la ruta de Düsseldorf a Palma de Mallorca. Realizaron 53 vuelos, y en ellos hicieron un tipo de trabajo sin precedentes para un trío sureño. Estuvieron también durante siete meses en Italia, en el restaurante Tocororo, con parte italiana y cubana.
En Brasil se presentaron en el restaurante El Cocodrilo Verde, y también en la discoteca de mis amigos yucatecos Pepín y Víctor Rivas, radicados en Río de Janeiro, donde les conseguí trabajo formal junto con el trío “Ensueño” de Santiago de Cuba, en intercambios internacionales.
Visitaron asimismo las Islas de Sal, en Cabo Verde, y su última gira internacional fue a Venezuela. Esta se compartió en tres etapas y en cada una tuvieron la posibilidad de tocar en varios estados, donde permanecían entre tres y cuatro días, completando así todo el país.
Los Bohemios han participado en disímiles festivales, realizando presentaciones en La Habana, Santiago de Cuba, Camagüey, Manzanillo, Santa Clara, Sancti Spíritus, Guantánamo, Holguín entre otros escenarios, representando siempre a Cienfuegos en cada festival de tríos celebrado en la Isla.
Poseen un repertorio muy variado, al contar con más de 80 temas, que se desglosan en boleros, valses, guarachas, sones, guajiras, canciones, por solo mencionar las más interpretadas. Van escogiendo temas entre este amplio repertorio y así pueden ir variándolo frecuentemente. Emilio Castellanos, fundador y director de la agrupación, me contaba sobre los aciertos que tuvo el Festival de Tríos que otrora existió en Cienfuegos a finales del siglo XX y del cual él fue su creador y su organizador. Se celebraban en el mes de febrero, en coincidencia con el Día de los enamorados. Durante esa fecha, la ciudad vibraba con los 35 tríos que lograron traer durante los festivales. Llegaban de toda Cuba y hasta “Los Panchos” actuales estuvieron por acá. Eran días de serenatas, de un teatro Tomás Terry lleno de lo más selecto de los representantes de este formato y de un público que lo abarrotaba agradecido de ese tipo de música. Se programaban actividades paralelas en municipios, centros laborales, instituciones y visitas a personalidades de la provincia.
En el Teatro “Tomás Terry” y el teatro Luisa, Emilito me invitó a hacer poesía en los intermedios cuando no cantaban. Me proporcionaban el fondo musical que deseara. En uno de ellos declamé mi “Canto a Cienfuegos”; también presentamos poesía con música trovera en el teatro Guaso y en el Cine América de Guantánamo.
Estos festivales se realizaron de manera anual por casi una década. Sin embargo, fueron cayendo poco a poco en la inercia que comenzó con problemas de logística, de presupuesto, hasta que el esfuerzo personal de su anfitrión, el trio Los Bohemios, y el empeño de fieles cultores y músicos, ya no era suficiente para sustentarlo. De esta manera se diluye en el tiempo y en la historia un regalo tan valioso que el trío más longevo de la bella Ciudad del Mar hacía cada año a sus féminas, en esa suerte de esperanza, de espiritualidad y de creer en el amor que hace vibrar el alma desde una canción, la poesía que encierra, a la luz de esa luna cienfueguera, en su malecón.
Hoy subsiste, como los otros tríos cienfuegueros, escondido entre corales, como dijera nuestro Sindo Garay en uno de sus temas; como esas perlas que no vemos al pasar y que encierran tantos valores patrimoniales, musicales y de rescate. Por suerte, el turismo ha sido una especie de mecenas para ellos.
De todas formas, gracias, Emilio, y gracias a Los Bohemios, por no dejar que se apague esa luz de tradición y modernidad que enardece el brillo de nuestra luna cienfueguera, en la Ciudad del Mar.
Emilio Castellanos y su trío son y serán un símbolo para Cienfuegos. En mi último viaje a la “Perla del Sur” tomé café con Emilio en el “Jagua” y en su casa, consolidando nuestra amistad trovera internacional.
Abur.
Fuentes