Inicio Editorial Los actos y sus consecuencias

Los actos y sus consecuencias

9
0

Editorial

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sido informados (en algunas instancias se sintió como “amonestados” o “amenazados”) sobre lo que nos habría de suceder si al tomar una decisión no resultaba como esperábamos. “Atente a las consecuencias,” era como generalmente finalizaba la discusión.

Conforme adquirimos mayor edad y mayores responsabilidades, las consecuencias de nuestras decisiones y nuestros actos adquieren cada vez mayor peso y grado de afectación. Lo que inicialmente podría afectarnos solo a nosotros va abarcando a miembros de nuestra familia, a nuestro grupo de trabajo y así subsecuentemente.

Por otro lado, en el ámbito que fuera, resultamos ilusos cuando actuamos y tomamos decisiones sin considerar las consecuencias, o cuando no estamos totalmente enterados de las repercusiones. Más bien nos vemos como testarudos, mal informados y, peor aun, ignorantes.

A mayor responsabilidad, mayor grado de repercusión y afectación, esa es la simple ecuación, a la que habría que agregar como corolario: A mayor grado de repercusión y afectación, mayor el tiempo requerido de análisis, si es que se desea tomar la mejor decisión posible. Un corolario adicional es el siguiente: Mientras mejor sea la preparación del individuo, o de su equipo, de mejor calidad será la decisión que tomen.

Estos conceptos tan básicos y generales están ausentes en nuestra clase política. Para ellos, la vida es el bisne de hoy, lo que les traiga beneficios a ellos y sus bolsillos. Toman decisiones que nos afectan a todos, sin realmente detenerse a pensar en todas las implicaciones y repercusiones sobre nosotros, los ciudadanos.

Esto alude también a la añeja discusión sobre el rol de la clase política: no sirven a su partido sino a quienes los eligieron; nos representan y, por lo tanto, antes de tomar decisiones que nos afecten deben informarse, buscar nuestra autorización, y entonces actuar como nuestros representantes.

Las curules en las Cámaras de Diputados y Senadores no están siendo ocupadas por gente preparada sino son asignadas por compromiso político. Las consecuencias de sus decisiones las estamos viviendo todos, al observar las reacciones de nuestra sociedad y, porque también resultan afectados, las de diferentes actores que influyen sobre nuestra economía.

Y aún no comienza el nuevo sexenio…

Esperemos que las decisiones de esos nuevos “representantes” se hagan sopesando las consecuencias. Es lo menos que debemos exigirles cuando nosotros cargaremos con el resultado.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.