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MILITANCIA POLÍTICA
Aunque considerado fino poeta, Pino Suárez no fue particularmente representativo de alguna corriente literaria que formara lo que se llama una escuela; en cambio su labor periodística fue más eficaz y trascendente, a pesar del breve tiempo en que la realizó en el modesto diario en tamaño tabloide que se llamó “El Peninsular”. Pero, aunque el diario era una vanguardia del periodismo, Pino Suárez se vio imposibilitado de continuar financiando su publicación, vendiéndolo a su hermano político, Alfredo Cámara Vales.
Por un tiempo, durante tres años, de 1907 a 1909 vivió en la hacienda Polyuc, situada en la región de Peto, administrando esa propiedad dedicada al cultivo de la caña de azúcar. Pino Suárez se había convertido en terrateniente y, aunque no fue un poderoso hacendado capitalista sino más bien un “pequeño propietario”, pudo experimentar y percibir el funcionamiento de ese sistema productivo y las condiciones de trabajo en una hacienda del Porfiriato.
Se dice que las mismas causas producen efectos distintos en distintas circunstancias y en distintas personas, y en relación con Pino Suárez su vida en Polyuc produjo en el poeta y periodista un efecto distinto: en lugar de un administrador eficaz y vigilante, lo que a diario veía fue un motivo de autocrítica y reflexión; el poeta palpó la pobreza, la ignorancia y la rusticidad de los peones y, sin explicárselo del todo, comprendió que la propiedad agraria y latifundista era una forma atrasada que requería de un cambio. Por de pronto, la poesía fue un medio de expresar sus inquietudes y ahí en Polyuc escribió sus bellos sonetos que formaron parte del libro “Procelarias”.
En Polyuc la vida fue una preparación, sirvió a modo de ganar tiempo para el siguiente paso decisivo de la militancia política. Ahí en el campo, Pino Suárez cavilaba lo que debía hacer, lo que venía meditando, tal vez, por un espacio de quince años; ahí tomo una decisión, lo que no equivale siempre a ejecutarla de inmediato. Por de pronto también, aparentemente permanece quieto; pero no es así, estudia, se informa y observa.
A principios de 1909 se encuentra otra vez en Mérida, cuando en el centro de la república se ha iniciado la campaña antirreeleccionista que encabeza don Francisco I. Madero. Y a ella se suma Pino Suárez, con todo su entusiasmo partidario.
En adelante, hasta febrero de 1913, su nombre y existencia estarán ligados al de Madero, como el de dos vidas paralelas que en su conjunto harán un torbellino de actividad tras una larga y duradera quietud. La espera y la expectación terminaron para estos hombres que se propusieron hacer una revolución política, de carácter liberal, sin un cambio estructural en su base económica y, sin saberlo, su sacrificio fue causa de otra fase revolucionaria de mayor avanzada.
En ese año en que Pino Suárez regresó a la capital yucateca, Madero había instalado los centros antirreeleccionistas en Torreón y en San Pedro de las Colonias, en el Estado de Coahuila. En mayo del mismo año fue instalado el centro antirreeleccionista en la ciudad de México. El 15 de junio, el Centro publica el manifiesto a la nación elaborado por Madero y el Ingeniero Félix Palavicini. Tres días después, el 18 de junio, Madero, acompañado de su esposa, doña Sara Pérez, del Ingeniero Palavicini y otros, inició su gira de propaganda hacia Yucatán, saliendo por ferrocarril hacia el Puerto de Veracruz, lugar en donde fueron bien recibidos y con aclamaciones.
El biógrafo de Madero, Gabriel Ferrer, narra el viaje a Yucatán:
“En el puerto jarocho embarcaron en el vapor norteamericano “Monterrey” y el 26 de junio de 1909 llegaron a Progreso, en donde fueron recibidos por amigos y correligionarios bajo vigilancia policiaca. Continuaron inmediatamente para Mérida y nuestro biografiado hizo unas declaraciones en favor de Reyes (Bernardo) al Diario Yucateco, que tuvo que rectificar al tercer día. El 27 fue presentado al pueblo yucateco en el Parque de Santa Ana, por el licenciado José María Pino Suárez, y ante él dijo un vibrante discurso totalmente diferente al que había expresado en Veracruz.
“Después dirigióse al Puerto de Campeche y en él efectuóse un mitin en el circo-teatro “Renacimiento”, el 30; hablaron Tarquino Cárdenas McGregor, Madero, Palavicini, y fueron hospedados por el licenciado Rafael Zubarán Capmany.
“El 2 de junio visitó la finca henequenera “Xcumpich” y publicó una carta en “La Revista de Mérida”, despidiéndose y declarando que ‘en Yucatán la fe en el triunfo de la causa antirreeleccionista se había robustecido’. El 3 produjo en el mismo periódico un artículo, “Respuesta del Señor Madero a la prensa local. Sufragio Efectivo. No Reelección”. Partió para Progreso, donde efectuó la reunión en el casino “Hidalgo” y dejó instalado otro club, quedando como jefe del Antirreeleccionismo en el Estado el Lic. Pino Suárez. Embarcó el mismo día en el buque nacional “Sonora”, rumbo a Tampico.” (19)
En aquel momento de elecciones para gobernador del Estado, Pino Suárez fundó un nuevo diario, órgano del Partido Antirreelecionista que los postuló para aquel cargo, al que llamó “La Defensa Nacional”, desde el que realizó una activa campaña político-electoral en oposición al candidato oficialista, el gobernador Enrique Muñoz Aristegui, sustituto del Lic. Olegario Molina desde 1906, cuando éste dejó la gubernatura para integrarse al gabinete del general Porfirio Díaz con el cargo de ministro de Fomento, Colonización e Industria.
En Yucatán, a mediados de 1909, por las condiciones económico-sociales se había particularizado una situación política que se manifestaría en la lucha electoral. Era un caso contradictorio relacionado con la estructura del Estado y en el que participó la clase social de la burguesía terrateniente yucateca y algunos sectores de la clase media, pero en forma escindida. Más que por un proceso de cambio, la lucha electoral fue por un reacomodo, aunque cabe decir que la línea política justa fue la representada por Pino Suárez, apoyado en las iniciativas de la antirreelección que gestaba en sí el proceso de la revolución.
Esa particularidad política puede resumirse del modo siguiente: “En la campaña electoral para gobernador participaron tres grupos; dos de esos grupos pertenecían a la oposición: el Club Antirreeleccionista, que presidía el licenciado José María Pino Suárez, y el Centro Electoral Independiente, que encabezaba don Alfonso Cámara, hombre de gran entereza y muy radical y firme en sus decisiones.” (20)
Para el candidato oficial Muñoz Aristegui, fue favorable que la oposición estuviese dividida. El Centro o Partido Antirreeleccionista postuló al Lic. José María Pino Suárez y el Centro Electoral Independiente al Lic. Delio Moreno Cantón. El primer candidato opositor representaba a la corriente liberal y civilista: aglutinó a profesionistas y a algunos sectores de artesanos y obreros. El Centro Electoral y su candidato representó a la mayoría de los terratenientes, los hacendados y desafectos al control económico político que ejercía el Lic. Olegario Molina, por medio del gobernador pelele Muñoz Aristegui.
Durante el proceso electoral, los antirreeleccionistas se mostraron débiles y la oposición se concentró en el Centro Electoral Independiente que “extiende su acción a todas las poblaciones del interior del Estado en donde sus clubes se multiplican.” Para la fácil conquista de prosélitos, funda un órgano periodístico que se llamó “El Sufragio”, en cuyas páginas se hace una empeñosa propaganda de las libertades cívicas. En poco tiempo, logra caldear la atmósfera con las flamas de la más apasionada oposición. Los directivos del Club mantienen amistosas relaciones con los directivos del Club Antirreeleccionista, el cual recibe subsidios de las mismas personas que sufragan los gastos del antimuñocismo. Era lógico: los antirreeleccionistas de Madero no triunfarían en sus delirantes propósitos, pero se aprovecharían de su acción para minar la fuerza oficial. (21)
Pino Suárez y su partido, conforme a lo anteriormente expuesto, realizaron una alianza para debilitar al candidato oficialista políticamente desgastado, pero mediante una acción que refleja las contradicciones socioeconómicas del Estado. “Hasta entonces, los movimientos de oposición de la clase dominante habían seguido la tónica esencialmente política. Los pinistas, conforme a las pautas del movimiento nacional maderista. Los morenistas, localmente antirreeleccionistas, pero porfiristas y opositores al pinismo,” (22)
La represión no se hizo esperar contra los opositores, y el mes de octubre fueron acusados de fomentar una rebelión, habiendo sido aprehendidos, los candidatos Pino Suárez y Moreno Cantón de los partidos respectivos, el Antirreeleccionista y el Centro Electoral Independiente. En realidad, la rebelión estaba en proyecto y fue ideada por el Lic. Alfonso Cámara y Cámara, presidente del Centro Electoral Independiente. Pino Suárez, aunque pudo conocer lo que se fraguaba, no participó en la conjura por estar convencido de los principios liberales que aconsejaban las formas de lucha parlamentaria por los medios pacíficos. Pero la represión templó a Pino Suárez, haciéndolo comprender que no se podría construir un nuevo organismo político sin destruir antes el poder en que se sustentaba. Fue una primera enseñanza para continuar actuando.
Desde luego que el fraude electoral se consumó y Enrique Muñoz Aristegui fue declarado gobernador para un nuevo período de cuatro años, de 1911 a 1914. La Revolución impidió ese hecho, destruyendo por de pronto la omnímoda Autoridad de don Olegario Molina, máximo representante del caciquismo regional impuesto por el Porfiriato.
Huyendo de la represión, Pino Suárez volvió a Tenosique, en donde permaneció hasta principios de enero de 1910. En su pueblo natal no permaneció inactivo y estuvo reuniendo fondos económicos para la revolución en proyecto, que desde su fase declarativa se transformaba en acción violenta. De Tenosique hizo frecuentes viajes a Campeche, Ciudad del Carmen y a la región del Petén en Guatemala. Luego se dirigió a los Estados Unidos y ahí estuvo en contacto con los revolucionarios mexicanos, hasta una fecha imprecisa en que se encuentra participando en la Convención Nacional de los Partidos Aliados: Nacional Antirreeleccionista y Nacionalista Democrático en la ciudad de México. Esa Convención Política, “en las propias barbas del caudillo”, el dictador Porfirio Díaz, se verificó en el mes de abril. Días después, 1º de abril, fue leído el Informe Presidencial, el último mensaje al Congreso de la Unión del régimen del Porfiriato que contestó el diputado Francisco Bulnes, “felicitando a don Porfirio” por haber sabido reprimir y extinguir el sacudimiento demagógico que con el nombre de aurora democrática amenazaba las grandes conquistas del país. (23)
En aquella magna convención, Pino Suárez actuó de modo relevante y fue electo presidente de la mesa directiva integrada por las personas siguientes: Presidente Lic. José María Pino Suárez; Vicepresidente Lic. Jesús L. González, Abraham González y Alfredo Robles Domínguez; Secretario, Juan Sánchez Azcona, Manuel N. Oviedo y Lic. Roque Estrada.
Durante las sesiones, luego de ardorosas discusiones, resultaron aprobados candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia Don Francisco I. Madero y doctor Francisco Vázquez Gómez, respectivamente. El Manifiesto a la nación que fue redactado quedó bajo la responsabilidad de una comisión previamente designada e integrada por Pino Suárez, González Garza y Sánchez.
El día 16 de abril se produjo la célebre entrevista entre el dictador, general Porfirio Díaz, y el candidato del Antirreeleccionista, don Francisco I. Madero. Sucedió en la propia casa del General Díaz en la calle de la Cadena; la entrevista fue propiciada por el gobernador de Veracruz, don Teodoro A. Dehesa, quien acompaña a Madero. Luego de las presentaciones, Dehesa se retiró y la entrevista fue exclusiva entre aquellos dos personajes. “Ningún arreglo fue posible; y el claudicante Dictador y el embrionario candidato quedaron de verse en los comicios… ¡Los Comicios!”
“El perenne reto entre el Pasado y el Porvenir. El señor Madero me relató ampliamente la entrevista. Su síntesis la siento como verídica, porque no tengo el más leve motivo para dudar.” (24)
Madero, notando un dictador senil, tuvo una visión lúcida, y después de la entrevista declaró a sus más cercanos partidarios: “Porfirio no es gallo, sin embargo, habrá que iniciar la revolución para derrocarlo; pero después ¿quién la acaba?” (25)
La campaña electoral de Madero por varios Estados, Jalisco, Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Nuevo León, tuvo un éxito inusitado: despertó el entusiasmo de las masas y sirvió a la dictadura para prever el resultado legal de las elecciones; desde aquel momento, “indiscutiblemente que la opinión había derrotado moralmente a la dictadura” (26).
La gira electoral se prolongó hasta el día 6 de junio de 1910, cuando Madero fue aprehendido en Monterrey e internado en la Penitenciaría de aquella ciudad; acusado por delitos de sedición, conatos de rebelión e ultrajes a las autoridades y al Presidente de la República. Las elecciones se verificaron en dos períodos, las primarias el 25 de junio y las secundarias el 18 de julio; en ambas ocasiones la población concurrió a depositar su voto en las urnas instaladas.
Madero fue trasladado de Monterrey a San Luis Potosí, en donde obtuvo la libertad caucional mediante una fianza de diez mil pesos. Temiendo una celada o motín donde resultara muerto, Madero logró escapar de San Luis Potosí a los Estados Unidos; ahí se encontraba cuando el 4 de octubre de 1910 fue publicado el Decreto que declara electos Presidente y Vicepresidente de la República, para el sexenio 1911 – 1916, al general Porfirio Díaz y a don Ramón Corral, respectivamente.
Dos días después, el 6 de octubre, circuló el Plan de San Luis donde Madero convocaba al pueblo a levantarse en armas para derrocar la prolongada tiranía del general Porfirio Díaz.
Como es conocido, los acontecimientos se desencadenan dentro de la línea revolucionaria maderista; los sucesos de Puebla del 18 de noviembre fueron el antecedente de la Revolución, que multiplicó las acciones revolucionarias en el norte y centro del país.
Las acciones armadas para derribar la dictadura duraron hasta el 10 de mayo de 1911, con la caída de Ciudad Juárez en poder de las fuerzas Maderistas. El día 11 Madero, que había sido designado Presidente Provisional, nombró a sus Consejeros de Gobierno en calidad de ministros eventuales: doctor Francisco Vázquez Gómez, de Relaciones Exteriores; Ing. Manuel Bonilla, de Comunicaciones; y a los Licenciados González Garza y Pino Suárez, de Gobernación y de Justicia. Ese nombramiento ligó todavía más a Pino Suárez con el Maderismo, lo que había comenzado tres años antes cuando Madero visitó Yucatán, en donde conoció al Lic. Pino Suárez, “un abogado de mediana edad –tenía entonces 39 años– de origen humilde, pero de reconocida honradez.” (27)
Notas:
(19) Ferrer de Mendiolea, Gabriel. – Vida de Francisco I. Madero. Secretaría de Educación Pública. –Biblioteca Enciclopedia Popular. Núm. 80. Pág. 61. México, 1945.
(20) Baqueiro Anduze, Oswaldo. La ciudad Heroica. Páginas 275 – 276. Mérida, Yuc. 1943.
(21) Baqueiro Anduze, Oswaldo. Obra citada. Página 277.
(22) Graniel, Guadalupe. González, Blanca. Yucatán en la Revolución. Pág. 153. En el libro Yucatán: Peonaje y liberación. Edición Fonapás. Comisión Editora del Estado. I.N.A.H. Mérida, Yuc. 1981.
(23) Palabras de Bulnes citadas por Ferrer de M. obra citada. Pág. 65.
(24) Estrada, Roque. La revolución y Francisco I. Madero. Guadalajara, 1912. Pág. 209 – 210.
(25) Ferrer de M. Obra citada. Pág. 68
(26) Ferrer de M. Obra citada. Pág. 80
(27) Puente, Ramón. Página 73. Testimonios Históricos sobre Madero y Pino Suárez. S.E.P.
Fidelio Quintal Martín
Continuará la próxima semana…