IV
EL POETA
Antes de su graduación como abogado, Pino Suárez había destacado en la creación poética; sus primeras producciones se publicaron en la revista “Pimienta y Mostaza” redactada por el crítico literario Manuel Sales Cepeda y por los poetas José Inés Novelo y Fernando Juanes. Más tarde, en 1896, los poemas fueron reunidos en un volumen de edición reducida a unos cuantos ejemplares que distribuyó entre sus amigos. Cerca de diez años después, en 1905, publicó un segundo libro de poesías con el título de “Melancolías y Procelarias”, enunciado con el que el poeta quiso caracterizarse: un ser triste que sufre una depresión profunda, con manifestaciones contrastadas en un carácter proceloso o atormentado.
Estudiando la poesía de Pino Suárez, el crítico José Esquivel Pren opinó que estuvo influido por el romanticismo francés a través de su máximo representante, Víctor Hugo, con el que presenta algunas semejanzas ya que Pino Suárez, al igual que el arquetipo poético, fue un hombre político y un poeta social (7).
Posiblemente la voluntad tenaz que mantuvo durante toda su vida se deba a esa vocación política y social en la que descansaba la fortaleza del carácter. Pino Suárez creyó en su misión político-social y la prosiguió hasta el final, y esta conciencia –o subconciencia– es la que se refleja en sus poesías.
El joven Pino, interesado en los acontecimientos de la política y la historia, poseía un alto sentido del civismo que expresaba por medio de la poesía.
CINCO DE MAYO
Pasaron Moctezuma Ilhuicamina,
Cuauhtémoc y Cortés con sus hazañas,
la indomable ambición de las Españas,
la enamorada, intrépida, Marina.
El águila de Anáhuac, peregrina,
vuelve altiva a posarse en las montañas
mas, ¡Oh patria infeliz!, huestes extrañas
vienen, después, a pretender tu ruina.
Oponiendo la fuerza a tu derecho,
hollar quieren tu honor republicano
pero encuentran un héroe en cada pecho,
un Cuauhtémoc en cada mexicano…
y al dar a Francia la lección severa,
respeta el universo tu bandera.
Mérida, 1890 (8).
La llamada historia de bronce o de culto a los héroes influyó en el poeta que se iniciaba, creía en la libertad, sentía sinceramente el amor a la Patria y demostraba su fe democrática en las prácticas republicanas.
En su vasto mundo sensible, Pino Suárez, que sabe expresar sus sentimientos patrios, cabe también ese ímpetu de amor al que mezcla la ternura y la nostalgia cuando por algún motivo se aleja momentáneamente de la mujer amada.
¡A D I O S!
Adiós, voy a partir, en breves horas
gallarda nave se dará a la vela
y surcará las ondas mugidoras,
como alado corcel que raudo vuela,
llevándome de aquí.
Mañana que al alzarse en el Oriente
el Astro Rey surgiendo de los mares
te traiga con sus rayos, dulcemente,
las notas que me arranquen mis pesares,
¡Acuérdate de mí!
Que en la noche callada y misteriosa
cuando en las ondas plácidas del río
surja la luna, bella, esplendorosa,
soñando en el amor, dulce bien mío,
¡me acordé de ti!
Y si al herir a clave de tu piano
brota a raudales toda la poesía
que le arranca tu genio soberano,
acuérdate de mí, gentil María,
¡Acuérdate de mí!
Que cuando vague a orillas del torrente,
de la selva escuchando los rumores,
en el éxtasis puro que se siente
de esa vida entre pájaros y flores…
¡Me acordé de ti!
Mérida, 1894 (9)
Una década después de haber escrito el poema anterior, Pino Suárez había sufrido un cambio interior, reniega de sus sentimentalismos. La sublimación del Eros referido a la naturaleza y al amor hacia la mujer siguió otro camino más abierto y extenso. Esta fase representó una evolución en un hombre dotado de una sensibilidad desarrollada. Prueba también que no permaneció indiferente a un medio social con enormes desproporciones, surgió en el poeta la rebeldía ante la injusticia que observaba. En este tiempo, Pino Suárez aparece verdaderamente conquistado por el liberalismo y las ideas humanitarias.
SURSUM
*A MI MUSA
No más versos de amor y desencanto;
que ni al doliente corazón acallan,
ni esforzados se yerguen y batallan
contra la dura pena y el quebranto.
Broten de hoy más, en el rebelde canto
las tempestades que en el alma estallan
y del Poder hacia las cumbres vayan
las voces del derecho sacrosanto.
Cuando las multitudes irredentas
se renuevan en potros de tormento,
y de justicia y de Piedad sedientas,
alza en vano el desgarrado acento,
los ayes de lira son afrentas:
¡No lancemos de hoy más, quejas al viento!
Mérida, julio 8 de 1905 (10)
Pino Suárez al principio no tenía ideas muy claras sobre política, pero conviene saber que en 1907, cuando contaba con 38 años de edad, los términos Verdad y Justicia le habían proporcionado una idea real y objetiva acerca del estado social del Porfiriato en que el pueblo es oprimido por ese orden; la defectuosa y contradictoria organización social le hizo comprender la lucha de clases en la proximidad del estallido revolucionario de 1910:
A LA VERDAD
Fanal inmenso en el espacio abierto
que en la obscura conciencia reverbera,
y cuya luz de humanidad entera
prosigue en marcha hacia seguro puerto.
Accidentado, claudicante, incierto,
del hombre el paso por la vida fuera,
si tu voz para siempre enmudeciera
como la eterna Esfinge del desierto.
Que al eclipsarse el sol de tu justicia,
la conciencia lanzada al hondo abismo
del error, en horrendo cataclismo
la humanidad hundiera, y en tu nombre,
harían la maldad y la injusticia
la explotación del hombre por el hombre.
Polyuc, 1907 (11)
Notas:
(7) Esquivel Pren, José.- Historia de la poesía, la novela, el Humorismo, el costumbrismo, la oratoria, la crítica y el ensayo. Enciclopedia Yucatanense Tomo V. Gobierno de Yucatán. Tomo V. México. 1977.
(8) Pino Suárez, José María.- Melancolías y Procelarias. Editorial “Cultura”. México, 1930.
(9) Pino Suárez, José María. Obra citada.
(10) Pino Suárez, José María. Obra citada.
(11) Pino Suárez, José María. Obra citada.
Fidelio Quintal Marín
Continuará la próxima semana…