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Las memorias de Hilario Arce – IV

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Colonia Yucatán

Don Hilario Arce Santoyo comparte sus recuerdos como pionero de la Colonia Yucatán, en amena plática realizada en su casa.

“Mi papá vino en calidad de cortador de leña, era carretero, también sacaba leña para el consumo de las calderas, no había petróleo,” comenta para continuar su historia.

Una turbina que trabajaba a base de vapor le daba corriente a la fábrica, de las calderas salía la temperatura para dar energía a la caldera. Antes ya había venido mi papá, pero sólo. Él ayudó a bajar el cerro que estaba donde está el casino, porque allá había un cerro maya; en ese lugar construyeron el casino y el salón cine.

Después se le antojó a mi papá y regresó a Tinum. Por una crisis que hubo en el pueblo por la langosta, volvimos a la Colonia como a los cuatro años. La langosta causó mucha crisis en los pueblos, acá no había crisis, había trabajo. Esa vez nos hospedamos en casa de mi tío Pancho Arce, el papá de Susano.

La segunda vez que vine acá ya tenía 15 años, sí. Para poder entrar a la fábrica a trabajar tuve que mentir, solo a los que tenían 16 años les daban chamba y yo ya mero los cumplía. Cuando me preguntaron ‘¿cuántos años tienes?’ ‘16’ contesté. ‘Vente mañana.’ En esa época no te pedían papeles y entré a trabajar.

Mi jefe era don Fausto Cross y don Alfredo Durán el administrador. Cuando eso los turnos eran de seis a seis, de sol a sol; ganaba $ 8.50 más o menos.

No sé por qué razón, pero un día me fui. Hasta tres días de mi salario dejé acá en la fábrica. Me fui a Progreso con mi abuelita; al poco tiempo se fastidió ella y decidimos volver. Entonces otra vez a conseguir trabajo en la fábrica, pero como tengo mi expediente por abandono pues… Aproveché que había nuevo jefe de personal y le pedí trabajo. ‘Tá bueno, vente mañana,’ me dijeron. Lo primero que me preguntó cuando me presenté al día siguiente: ‘¿¡Por qué te fuiste!?’ Ya había leído mi expediente. Le eché el cuento de mi abuelita enferma y desde eso seguí trabajando en la fábrica hasta que cerró en el ‘75 “Maderera del Trópico” y me contrato (David) Perló en la corporación “EMSA”. Seguí trabajando hasta que cerró definitivamente la fábrica por falta de materia prima y, como ya mero me pensionaba, pues aquí me tienes hasta ahora.

Don Hilario Arce comenzó a trabajar en la fábrica de la Colonia Yucatán a los 15 años de edad, aunque para hacerlo mintió asegurando que ya tenía 16.

En la fábrica trabajé primero en la canteadora, que es donde se trabajaba las vistas de la madera: se le pasaba el trompo y lo alineaba, luego la goma y después pasaban al ensamble y los van pegando para hacer las hojas que son las vistas del triplay.

Luego “Bat” (Baltazar) Matos me dijo que había un chance de aprender a manejar el torno. Hablé con don Beto Oy, que era el jefe de producción, y me dio chance. Tardé años allá trabajando. De repente hubo un reajuste de personal y me toca, pero yo no me quería ir. Por un día me ganó Víctor Cetina: él entró primero que yo, ¡bah!

De eso vino un histerista, Sebastián López se llamaba: ‘Oye, Hilario, ¿es cierto que te van a liquidar? Si quieres vamos a cambiar,’ me ofreció, ‘tú te quedas en el hister y yo me voy.’ Así fue, lo liquidaron a él y yo me quedé, le decían el ‘Chavo,’ era aquel baterista de la orquesta “Medval”. Hicimos el cambio, hasta que cerró la empresa.

Luego la compró Perló y otra vez, con nuevo contrato, entré a trabajar siempre en el ensamble, después me volvieron a pasar al torno, hasta que cerró la empresa.

Trabajé 38 años en la fábrica. Cuando entré a trabajar ya estaba Víctor Cetina, don Inés Ojeda, luego llegaron tu papá (Ariel López), Cerbulo Chi, todos trabajaban en la fábrica “Trópico” que era la única. Ya después vino “Permaplay”, se cerró esa y después abrió “Lignum”. Así que ves, hasta ahora conservo un pedazo de material de Perma Play, lo tengo levantado. ¡Ah! y tengo una hoja de lignum también, lo tengo allá adentro, y un pedazo de ese material claro que también era de triplay, dice con cierto orgullo como quien conserva un preciado trofeo o una reliquia.

Continuará…

L.C.C. ARIEL LÓPEZ TEJERO

vicentelote63@gmail.com

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