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La Venganza de Chaac

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Editorial

No hay mejor aprendizaje que la experiencia, lo sabemos perfectamente. De hecho, las nuevas generaciones han hecho de esa experiencia la armadura con la que resisten los consejos de sus mayores: no escuchan de posibles consecuencias, no prestan atención al conocimiento adquirido a lo largo de los años, simplemente se dejan ir, viviendo el momento, sin importar las consecuencias.

Cuando los sobrevivientes de las generaciones que nos precedieron se comportan de similar manera, cerrando los sentidos y la memoria a aquellos recuerdos y pasado que vivieron, no tiene sentido intentar dirigir su atención a las señales ominosas que se dibujan en el horizonte nacional. Será a través de la experiencia, esa misma experiencia que los jóvenes han decidido sea su forma de vivir, la que acaso les abra el entendimiento.

Mientras lo que se está desarrollando desde el rencoroso pecho al que se le dio la banda presidencial hace seis años termina de prepararse e inicia su ejecución, hay tantas cosas que suceden a nuestro alrededor que también requieren atención, sin ser necesariamente de índole política.

Desde hace una semana Chaac se ha encargado de bañar nuestra península con abundantes lluvias, en algunos lugares con intensidad alarmante, como en Chetumal.

Cuando hace unas semanas atestiguábamos temperaturas nunca vistas, con sensaciones de calor que rondaron los 60°C, ahora las lluvias refrescan y, en su abundancia, nos obligan a preguntarnos qué habrá de suceder durante la incipiente temporada de huracanes.

Nos causó gracia escuchar a una aspirante a influencer explicar la abundancia pluvial de estos días como la venganza de Chaac ante la afrenta del gobierno estatal de instalar una estatua de Poseidón en el Puerto de Progreso. Y sin embargo…

Lo cierto es que tenemos tan poco respeto por nuestra Madre Tierra que pocos se detienen a pensar que los extremosos climas que estamos viviendo son consecuencia de nuestros abusos y malas prácticas.

El gobierno estatal y el municipal han demostrado a lo largo de varios años su desinterés por el medio ambiente. Lo observamos en el aumento de las selvas de concreto y asfalto, en el indiscriminado aumento de superficies de construcción, en vez de sembrar árboles, buscar soluciones ecológicas para disminuir las altas temperaturas, pensar en el futuro. Ejemplos recientes son el caos actual en la Plaza Principal y el corredor gastronómico de la 47, en los que se extrañan árboles y se privilegian el concreto y el asfalto.

Cuando antes en los patios abundaban los árboles frutales, sembrados, jardines, el nuevo estándar de vida y de habitación se aleja cada vez más de lo natural, eligiendo a cambio comodidades que se basan en la electricidad, en energías no renovables, sin tomar en cuenta la ecología.

Tomando lo anterior en cuenta, tal vez Chaac y la Madre Naturaleza en realidad están demostrándonos su enojo, dándonos una nueva oportunidad de enmendar nuestros errores, antes de que sea tarde. Como cantaban los Beatles: “…el movimiento que requieres está en tu hombro.

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