Letras
Joel Bañuelos
Bravonel cierra los ojos, bebe un sorbo de café, y por el túnel del tiempo retrocede hasta la década de los 60.
Recuerda cómo, luego de oscurecer, él, su madre y uno de sus hermanos se sentaban a la humilde mesa, mientras su padre sacaba una caja de madera en donde estaba insertado un pequeño radio de transistores conectado a seis pilas Ray-o-vac de 1.5 voltios; el dial ya estaba en el 90 del cuadrante y el volumen al máximo. La interferencia, los ruidos que parecían grillos, y el éter que se llevaba la voz hasta hacerla inaudible y que poco a poco regresaba trayendo las noticias, no quitaban el interés.
Luego, entre la cena y su término, llegaba la hora cumbre antecedida por cuatro notas de xilófono: sol, si, re, sol. La bien timbrada voz del locutor decía: “XEW, la voz de la América Latina desde México presenta”. Se oía el característico silbido de Manuel López Ochoa (actor principal ) y una frase que decía: “El pobre será menos triste si conoce la sonrisa y el apoyo de un amigo”; el vals “Soñando” rubricaba la entrada de la radionovela “Chucho el Roto”, ambientada en la época del porfiriato, en un México marcado por la desigualdad social, musicalizada con un vals llamado “Amándote”, sonidos de carruajes, caballos, tropas y voces del populacho, luego seguían unas noticias cortas y la última novela de corte rural “Felipe Reyes el justiciero”, en un escenario campirano donde abundaban los galopes de caballos y disparos de revólver.
En la radio fue que Bravonel conoció el tango, cuando escuchó a Gardel con “Caminito”; el fantástico mundo de Francisco Gabilondo Soler “Cri crí el grillito cantor” con su “Ratón vaquero”, “El chorrito”, “La marcha de las vocales” y muchas más; escuchó los dos poemas más maravillosos: “El brindis del bohemio” y “Los motivos del lobo”, en la voz del Declamador de América: Juan Manuel Bernal; allí escuchó al maestro Agustín Lara, a Jorge Negrete, Pedro Infante, Javier Solís; a los más grandes compositores: Rafael Hernández, Victor Jara, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Armando Manzanero, José Ángel Espinoza; los grandes tríos: Los Panchos, Los Dandys, los Tres Ases. Sin dejar de lado al gran Marco Antonio Muñiz “El lujo de México”.
Ese pequeño receptor llamado radio, que un niño llamado Bravonel creía que era “un cajón con músicos adentro”, llenó de momentos agradables la infancia y juventud de una generación que hoy pinta canas. Muchos quisiéramos adentrarnos en el túnel del tiempo, dar marcha atrás y encaminarnos por su mágico pasadizo para oír la voz de tenor de un locutor y la de la sensual locutora, llevándonos de la mano por esos pasajes que duermen en nuestra mente y hoy son historia.
“XEW, la voz de la América Latina desde México”