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La Paremiología, Un Estudio del Refrán – XVII y concluye

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No hay refrán perdido

Queridos amigos, tristemente hemos llegado a la entrega final de esta investigación. Ha sido un placer haber compartido cada viernes con ustedes la pasión por el conocimiento.

Espero que haya sido un viaje agradable para todos. Al fin hemos llegado a buen puerto.

Les envío un cordial abrazo, esperando reencontrarnos muy pronto en este espacio.

Adriana Ralón

LA ADAPTACIÓN DE LOS REFRANES AL CONTEXTO DE VIDA ACTUAL

Los refranes se construyen en las diversas sociedades existentes, su cultura y sus circunstancias.

El estudio de los refranes pareciera que solo podríamos desarrollarlo tomando como punto de partida estudios literarios, de publicidad y periodismo, como se muestra en los ejemplos anteriores. Sin embargo, existe un estudio que explica cómo surge “una dualidad por parte de los bibliotecólogos en formación y ya graduados. Por un lado, la creencia sobre la poca formación y capacidad práctica que se tiene sobre los temas de gerencia del servicio y mercadeo de la información… y por otro, el verdadero conocimiento implícito que sí se tiene sobre estas temáticas, gracias a la interacción constante con estos elementos en la sociedad actual, aunque sea en otros contextos.”

En tanto “la elección de los refranes como herramienta de formación surge de su particularidad de ser condensadores de conocimiento y un componente de lenguaje cotidiano presente en todas las culturas y épocas de la humanidad que conllevan dos elementos básicos para todo proceso estratégico: el realismo y el sentido común, como lo afirman Grauw y Tarace, dos empresarios y profesores mexicanos que han aplicado los refranes a la estrategia de los negocios.

Como último ejemplo del alcance de la paremiología en algunos planos de acción actual, es bien sabido que los refranes son utilizados como herramienta lingüística en los programas de enseñanza de refranes propiamente y en la enseñanza de algún idioma, llámese español o francés, entre otros; se sabe de propuestas metodológicas para enseñar refranes a través de obras literarias, por ejemplo enseñarlos a través de la lectura del Quijote.

La fuerza argumentativa del refrán en un texto procede, como ya ha sido subrayado por varios investigadores, entre ellos J.C. Anscombre (1995), en el valor del “topos” que actualiza, en su dependencia contextual con otros enunciados del mismo texto, en el grado de idiomaticidad (Perira 1988) y, sobre todo, en la capacidad del escritor por actualizar el refrán (modificándolo si es necesario) para integrarlo en un texto y en un contexto social determinado. Recordamos las palabras de Zumthor (1976: 326) cuando nos dice que “Le proverbe implique une institution sociale, laquelle à son tour implique une situation d’enonciation define, la fonction pragmatique du proverbe (au sens sémiotique de ce mot) dètermine ainsi celle du texte entier qu’il couronne”, el refrán implica una institución social, aquella que a su vez implica una situación de enunciación definida, la función pragmática del refrán (sin la semiótica de esa palabra) determina así el texto entero que corona.

Hoy día resultaría chocante que a un chico que vuelve a casa de una discoteca, reciba una buena paliza por una pandilla de gorilas (a veces ocurre este tipo de desgracia), su padre le contestara “quien va al molino, enharinado saldrá”, o su madre le recriminara con un “tanto va el cántaro a la fuente que al final…”; pensará que sus padres están “chalaos”. Convendría reformar los refranes, deformarlos un poquito. Como ejemplo, vean los que nos propone El País: “De lo que no sabes no hables” podría modificarse en “De lo que no sabes, tertulia”, “Entre col y col una lechuga” = “Entre GAL y GOL estamos aviados…”. Y estos otros: “Quien pierde la honra por el negocio, pierde la honra y en negocio”, “El vivo al hoyo y el muerto al rico bollo”, etc., para de esta forma darle mayor fuerza expresiva.

CONCLUSIÓN

El refrán, lejos de ser una estructura moribunda, cobra vida con el paso de los años en una sociedad aparentemente cambiante, enajenada en la tecnología, alejada de modelos antiguos que la ancle y le impida el descubrimiento de modalidades aún no descubiertas.

Como camaleón, el refrán se adapta a la moderna contextualidad del siglo XXI, reconectándonos con el pasado y modernizando el futuro; aumentando su convocatoria y abriéndose nuevas posibilidades en ámbitos inimaginables.

Tal vez la adopción del refrán en estos tiempos sea el inicio de un vestigio social al que habremos de recurrir para conocer la vida “antigua” del siglo XXI.

 

Referencias

Julia Sevilla Muñoz, Herón Pérez, Manuel Sevilla, 2005. Propuesta metodológica para la enseñanza de los refranes a través del Quijote.

Fernando, Navarro Domínguez, y Francisco Ramón Trives, 1997. El refrán y el proverbio en la prensa diaria española y suiza.

Ilustraciones Archivo AHGA.

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