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No hay refrán perdido
Nuevamente agradezco el gusto de poder saludarles en este espacio. Como hasta ahora, espero disfruten de esta siguiente entrega. Un gran abrazo.
Adriana Ralón
EL REINVENTO DEL REFRÁN EN LA ACTUALIDAD
En los últimos decenios de nuestro siglo se ha extendido la opinión de que la utilización de refranes está en franco retroceso. Ya en los años 30 hubo un grupo de sociólogos americanos que, adoptando una postura drástica al respecto, anunciaron la desaparición virtual del uso de refranes. Años más tarde se buscaron las causas de la decadencia del refrán en el reparo de la generación actual a aceptar como válida y como norma de conducta la sabiduría de sus antepasados.
El hombre moderno tiende a ironizar y a parodiar sarcásticamente máximas moralizantes heredadas, prefiriendo crear nuevas sentencias que se ajusten a su realidad (Mieder, 1992: 69), lo que supondría una ruptura con la tradición paremiológica: lo que ayer era nuevo, hoy está anticuado; lo que ayer se aceptaba incondicionalmente, hoy se pone en tela de juicio ya que, según ciertos pareceres, los valores y las virtudes que se preconizan en los refranes ya no se ajustan a la sociedad actual.
Sin embargo, otros autores, como Róhrich (1967: 181) y Mieder (1977: 117), que niegan que la época del refrán haya pasado, reconocen la existencia de una tendencia a recrear, parodiar e incluso crear refranes imitando los tradicionales. Para ello se juega con la estructura propia de refranes antiguos, dotándola de contenidos nuevos, que, en principio, son formulaciones individuales de carácter efímero, aunque no faltan casos en los que estas creaciones alcanzan una difusión considerable con posibilidades de convertirse en un refrán popular nuevo.
A ello contribuye la facilidad de transmisión de mensajes en la sociedad actual, pues a los medios tradicionales se suman los actuales: periódicos, revistas, libros de gran tirada, murales, anuncios, etc. De todas las nuevas modalidades, la parodia de refranes antiguos es sin lugar a dudas la forma preferida.
Puede pensarse que el hombre moderno ya no cree en la filosofía transmitida por el refrán, pero el hecho de que se parodien, se recreen, se varíen o se imiten prueba que existe un lazo de unión o dependencia del cual no puede o no quiere desligarse.
Algunas personas piensan que la publicidad comercial no informa, sino que manipula la opinión del receptor, sirviéndose para ello de diversos métodos, entre los que estaría la imitación o parodia de máximas tradicionalmente aceptadas como norma de vida y convivencia social.
La publicidad, siempre según esta opinión, se aprovecharía de unas estructuras fijas en la lengua fácilmente reconocibles por el receptor para, mediante su variación, influir en su conducta.
Frente a esta postura extrema se puede aducir que el único fin que persigue la publicidad es impactar al receptor, llamar su atención y moverle a que lea o escuche el mensaje publicitario, utilizando para ello todos los medios a su alcance, entre los que se encuentra un elemento de gran eficacia como el refrán que, al ser conocido por todos, actúa como captador de la atención del receptor.
EJEMPLOS DE REFRANES USADOS EN LA ACTUALIDAD
Las ventajas de estructurar un texto publicitario o eslogan en torno a un refrán son numerosas.
Tanto el anuncio como el refrán han de ser breves, fáciles de comprender y de retener en la memoria y se repite con frecuencia. Los publicitarios se han dado cuenta de todas estas ventajas, lo que explica el auge actual de los eslóganes o textos publicitarios que contienen elementos paremiológicos; pues bien, la forma preferida en publicidad es la modificación y recreación de los refranes tradicionales.
El motivo es claro: se pretende que el lector fije su atención en el anuncio y lea el texto completo, por lo que la frase publicitaria tiene que servir de estímulo y provocar sorpresa y curiosidad de forma creativa.
Como ejemplo, a continuación, un anuncio que utiliza como frase publicitaria un refrán en versión original: Quien da primero… da dos veces. CLINIQUE.
El refrán tiene vida y protagonismo en ámbitos tan ágiles y representativos de las tendencias lingüísticas del momento, como son la publicidad comercial y la prensa en general.
Es habitual, y no pasa inadvertido, el empleo de frases hechas más o menos modificadas en las páginas de los diarios; ya insertas en los mensajes publicitarios, ya titulando una noticia, estas frases hechas captan en seguida nuestra atención, producen la agradable sensación de lo reconocido, y nos divierten o sorprenden por la originalidad de la modificación.
Las frases hechas (refranes modificados) procedentes del lenguaje coloquial aparecen tanto en anuncios como en titulares de noticias; así, por ejemplo, leemos:
- Raúl, alguien voló sobre el nido del buitre (Blanco y negro 3-3-96) – En un reportaje sobre un joven jugador de fútbol llamado a suceder a Emilio Butragueño.
- Miguel Bosé, rebelde con canas (El País Semanal, 15-10-95) – Encabezando una entrevista al cantante y actor.
- Divide y ganarás – Como slogan de un anuncio del Grupo Santander.
- Tercera edad, divino tesoro (El País 18-6-95) – Procedente de un lenguaje literario, este ejemplo, modifica el verso de Darío.
- A buen entendedor, pocas palabras (Anuncio de una empresa inmobiliaria) – Estamos ante una frase inconclusa.
Todos señalan que los refranes son frases completas y fijas en un contenido moralizante, lo que hace que se diferencien con claridad de otros elementos fraseológicos de la lengua, como pueden ser los dichos; modismos.
Pero el refrán no pretende siempre adoctrinar, sino simplemente aconsejar, compadecer, advertir, justificar, argumentar, explicar o caracterizar a los mortales, y todo ello con una gran dosis de humor, lo que acaso le ha valido ocupar durante siglos una posición de privilegio como expresión supina de la sabiduría popular, y no solo a nivel oral, sino también en escritos que han colaborado en la transmisión, sin apenas variar su forma original a través de los tiempos.
Referencias
María Rosa, Piñel. Componentes paremiológicos en anuncios de prensa alemanes y españoles.
Luis, Guerra Salas. La ruptura de la frase hecha en el lenguaje periodístico y publicitario.
Ilustraciones Archivo AHGA.