La Cultura Maya es una cultura madre, es una cultura de Pueblo Originario; es milenaria y tiene raíces ancestrales. Ciertamente los mayas de hoy, totalmente reales y representantes del estado vivo de la Cultura Maya, deben abrirse a incorporar elementos de la cultura moderna con la que coexisten, bajo el unificador contenedor que es la ciudadanía mexicana.
Pero nadie desde fuera, nadie que no sienta -como los auténticos mayas sienten- el profundo respeto, orgullo y compromiso -con la causa humanista mundial desde la visión maya- podrá ser quien decida cuáles son los elementos saludables que los mayas deben incorporar de la Modernidad, evadiendo -a todo trance- toda forma insalubre de detritus en cuanto a paradigmas, valores y filosofía existencial en general.
Para los mayas auténticos, los principios universales son trascendentes y escapan a cualquier limitación individual. La lógica de la Modernidad es la contingencia, su orden es individual y centrado en la razón. Para el maya, los principios universales son de orden superior y supraindividuales: ellos nos permiten el conocimiento intelectual puro, nunca limitado por la razón y el individualismo inmediatista de la lógica y el pragmatismo.
El maya jamás renunciará a sus creencias, especialmente la relacionada con su conexión y pacto con la tierra, naturaleza y el cosmos todo; creencia donde ciencia y religión no se separan y oponen, porque el Dios maya es junab K’uj, definido como el dador de la medida y el movimiento, una definición donde se concilian y encuentran lo abstracto y lo concreto, lo subjetivo y lo objetivo y el espíritu y la materia. Esta creencia y conexión con nuestra verdadera esencia es el fundamento eterno de la Cultura Maya, a partir de él podremos analizar los pros y los contras de cada elemento de la Modernidad a incorporar a la Cultura Maya.
De igual forma, con igual respeto y sentido, queremos los mayas ofrecer lo mejor de nosotros, lo más saludable para el desarrollo de la Modernidad; en el clarísimo entendido de que el fundamento de la sana interculturalidad reside en un dar y recibir con dignidad elemental de decidir lo que se da y recibe; siempre como sujetos y colectivos protagonistas empoderados de nuestras vidas y derechos, que le dan su calidad humana existencial a esa vida.
Sea el 2015 un lindo y próspero año para la Cultura Maya y para la Modernidad, compartiendo una tan correcta como sana realidad y perspectiva de interculturalidad.
Jaime Ermilo Novelo y González
Miembro del Grupo Liberal «Fraternidad y Justicia A. C.”