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La Incógnita del Hombre

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ANÁLISIS DE LA INCÓGNITA DEL HOMBRE

“Un Ensayo y tres poemas”

-E=MC2 Mundos Opuestos – El Milagro de la Vida –

 -Mutación –

 ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Al autor

Una forma clara de expresión y un análisis sincero forma un documento de situaciones verdaderamente emotivas que contienen un insospechado documental; su ágil pluma, la franqueza para definir los hechos, hacen sentir y pensar al lector un vivo interés.

La búsqueda y la investigación los trata con singular habilidad, es un renovador de ideas y de ideales, logrando una obra de grandes alcances.

He tenido el privilegio de ser elegido por el autor para formular una opinión; no es por los lazos de amistad que me unen a él que desdibujo mis conceptos. Reconozco sinceramente que esta “anatomía” se puede catalogar de extraordinaria.

Cordialmente.

RAÚL ALVAREZ LECUONA

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Es uno de los más versátiles y conocedores además de prolífico ensayista sobre la cultura mundial, nacional y local. La continuidad en su tarea cultural es indiscutible.

Ha profundizado en el estudio, ensayo y análisis del fenómeno de la creación como pintor, músico, poeta y escritor, además de crítico con buen juicio y altura, que maneja el comentario del nivel y temática que fuese, con calidad y claridad suficientes para el disfrute pleno de sus opiniones escritas.

Conocedor de otros lares, artistas, situaciones, experimentado en viajes y países, ha creado un estilo propio de expresarse, engalanando escritos con el uso elegante del idioma y la correcta ubicación de las palabras.

Ganador de tres Premios Nacionales de Poesía, su antología poética data del año de 1954, cuando le es publicado su primer poema, bajo la supervisión del dramaturgo Wilberto Cantón. Su obra traspasa nuestras fronteras, consolidándose como ensayista y poeta en Cuba, Colombia, Venezuela y Argentina.

Tomado del libro

Crónicas de la APEY*

“Una generación universitaria trascendente”

Testimonios de una juventud

 Comprometida con Yucatán

*Asociación Periodística Estudiantil Yucateca

Universidad Autónoma de Yucatán

Luis Alvarado Alonzo

 

 

 

 

“LA INCÓGNITA DEL HOMBRE”

DE

ALEXIS CARREL, Biólogo y Cirujano Francés, autoridad científica universalmente aceptada, miembro del Instituto Rockefeller y ganador del Premio Nobel en 1912.

Alexis Carrel emprende en esta obra la difícil tarea de trazar una síntesis de todos los datos que se tienen acerca del ser humano: del cuerpo y de la conciencia y de la relación que existe, además, entre el organismo humano y las relaciones sociales.

La búsqueda más noble es saber qué debe hacer uno para convertirse un ser humano.

Immanuel KANT

“La Incógnita del Hombre” es como un espejo en cuya superficie se refleja solo un personaje principal: “el Hombre”.  La ciencia, la cultura y la sociedad son los personajes secundarios.

            Su “trama” vaga en la inmensa interrogación trasfundida en el tiempo y en el espacio, en la íntima atmósfera de la mente humana que ha evolucionado desde la ingenua incertidumbre del hombre primitivo hasta la firme fundamentación de principios axiomáticos; la interrogación que se ha conjugado en una infinita gama de interpretaciones y que al final de ellas surge imperecedera y con una nitidez que se antoja extrema: Cómo comprendernos nosotros mismos.

 “La Incógnita del Hombre” es una obra en la cual se condensan una gran cantidad de conocimientos sobre el ser humano, podría decirse que se encuentra condensado en ella todo lo que se sabe acerca del hombre, conocimientos materiales y metafísicos. El mismo autor ha expresado que su intención fue simplemente construir una síntesis de los datos que poseemos de nosotros mismos.

Esto naturalmente lo consigue pues, siendo el Doctor Alexis Carrel un conocedor de la materia humana, derivado de su profesión como Biólogo y Cirujano, a ello se agregan sus dotes de innato observador analítico que le permiten abordar un tema de sobra extremadamente difícil. Apoyado en sus amplios conocimientos en el campo de la medicina y de la fisiología, que le merecieron en 1912 el Premio Nobel, su estancia en los Estados Unidos de América por más de 30 años le permitieron observar a la “Sociedad Humana” en uno de los más altos grados de organización. En la época actual poseemos tan amplios conocimientos acerca de los seres humanos, que su misma intensidad nos impide usarlos adecuadamente.

Vivimos en la Era de los viajes espaciales, en la Era de las extremas conquistas, en la Era de enormes facilidades para la investigación y de máximas comodidades. Es precisamente en la “Incógnita del Hombre” donde se pretende analizar todas estas ventajas, si realmente las ponemos en uso del todo, o si tal vez el hombre ha viajado mucho, pero por un camino equivocado.

En la naturaleza no existen fronteras. No están más que en nuestra mente. Toda tierra es de todos, y toda cultura no es más que ideas que nos separan.

Alexis Carrel desarrolla su obra en un estilo difuso. Trata de captar lo sustancial y lo específico del individuo como conjugación universal y singular a la vez, pierdéndose en el caos de sus aceptaciones y definiciones en constante repetición; intenta comunicar la sustancia y la forma del hombre ante la tensión del ritmo social de nuestra época, analizándolo como un todo indivisible. Su expresado deseo de volver al primitivismo lo lleva a la repetición y aliteración en su literatura, como una reminiscencia innata. Su vocabulario es claro y sencillo, lógicamente accesible.

El simbolismo de la Obra es de una simpleza llana, la imagen del hombre se desdibuja en el espacio en pobres e intensas imágenes a la vez. Es la presencia de un hombre sin piel y sin rostro, viajando a las estrellas.

“La Incógnita del Hombre” da la impresión de ser la obra de una vida dedicada a la crítica y al análisis del ser humano, para que al fin de cuentas solo se logre una incertidumbre a medias.

Nuestra ignorancia de nosotros mismos se debe a la extrema abundancia y a la confusión de los datos acumulados por la humanidad, el hombre no debe ser estudiado en partes.  La restauración del hombre a la armonía de su ser fisiológico y mental transformará su universo,” dice el Dr. Carrel en el pasaje más importante de su obra.

Las anteriores palabras son de una verdad tremenda. Es verdad que nos hemos hecho a la eterna interrogación, las conocemos y las meditamos, las soñamos a veces. El Dr. Carrel nos lo lanza al rostro a lo largo de toda su obra, solo le faltó señalarnos los pasos inmediatos a seguir en la revolución cognoscitiva del hombre.

“El Hombre” de Carrel está analizado desde el punto de vista psicológico, de acuerdo con la Corriente Adleriana, tomando en cuenta el valor que para el individuo tiene el organismo, y cómo las anormalidades de este influyen en el plan de vida del sujeto. Lógicamente, también Carrel analiza al hombre fundamentado en la “Psicología Profunda” de Freud, “el genio, el hombre de ciencia y el artista, siempre está fuertemente sexuado” expresa en la obra. Finalmente, sus conclusiones las dirige hacia la “Corriente de la Personología” de Stern.

Alexis Carrel en su laboratorio de investigación.

Cada uno de los capítulos de “La Incógnita del Hombre” retrata fielmente a la sociedad moderna del Siglo XX y del actual. Indudablemente es este el crisol de todas las culturas antiguas, solamente que el conjunto de metales de sus aportaciones aún no se solidifica y su incandescencia lo hace no maleable.

Muchas de las aportaciones de esta última civilización inhiben indudablemente la naturaleza del hombre. Le ha tocado en el siglo anterior y en el que corre vivir una existencia diferente, el ritmo se ha hecho acelerado y la industria lo arrasa todo como ola gigantesca. El hombre apenas se da cuenta de ello, rodeado de comodidades que, en menor o mayor grado, no dejan de ser comodidades.

Una época siempre se caracteriza por la expresión de su espíritu mediante las diversas manifestaciones del arte. La “Incógnita del Hombre” semeja una de esas obras modernistas en que determinado detalle se agranda o achica para determinar su importancia, según el punto de vista del escultor.  “La Incógnita del Hombre” nos revela una imagen ventruda, con la cabeza separada y pendiente de un hilo delgadísimo, girando locamente en un vuelo espacial.

“La Incógnita del Hombre” es una obra que pertenece a la Literatura Científica del Postmodernismo. Es una obra de contenido, más que de forma, aunque escrita en un lenguaje correcto, sencillo, claro y accesible, hasta cierto punto popular.  En la construcción gramatical son más notables los solecismos, la anfibología, y en algunos casos también la monotonía.

Indudablemente, en una obra de este género se hacen necesarias y hasta imprescindibles las palabras que no son de uso común, aunque claro que perfectamente admisibles, tales como: heterocrónico, tempo, substrato, teleológico, shock, polisacáridos, anticuerpos, dador, unicidad, eugenesia, etc.

El tono elegíaco del mensaje, que deja traslucir una nostalgia del pasado y un obsesionante deseo del futuro, hace pensar seriamente en el autor.

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