XXVII
7. ESPÍRITU DE ASOCIACIÓN
Experiencias de organización
Durante el régimen de Porfirio Díaz, la obtención de mano de obra barata constituyó un aliciente para la importación de trabajadores, entre ellos los de procedencia china. Con el nuevo orden institucional que trajo consigo la Revolución triunfante, variaron las condiciones en que los inmigrantes fueron integrándose a la sociedad nacional en los distintos ámbitos locales.
Tras concluir sus contratos, muchos de los antiguos chinos abandonaron las haciendas para trasladarse a Mérida y a otros municipios, espacios en los que se ocuparon de distintas actividades. La experiencia que adquirieron en el tiempo transcurrido hasta entonces los dotó de nuevas estrategias para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Asumieron formas de organización que los tiempos políticos del momento parecían alentar, aunque también las condiciones internas de su país de origen influyeron en ese proceso.
Surgieron agrupaciones de diversos matices, de acuerdo con sus postulados y su presencia pública. Así, la Liga de Trabajadores Chinos se propuso la defensa de los intereses gremiales y étnicos de sus miembros, en tanto que la Asociación China de Yucatán evocó tan sólo con su nombre los componentes básicos de su identidad nacional trasplantada a nuestra región. Por su parte, la posterior fundación del Kuo Min Tang o Partido Nacionalista Chino correspondió al impulso que esa asociación política había adquirido al establecerse en varios países americanos.
En efecto, el espíritu vindicador de las masas populares que el movimiento revolucionario había incorporado a su discurso acentuó la tendencia a propiciar la unión de las clases trabajadoras. Los elementos foráneos de este segmento de la población imprimieron un rasgo de pertenencia étnica a dicho proceso, como lo atestiguan las asociaciones citadas. Los coreanos conducidos a Yucatán para desempeñar labores agrícolas también se congregaron en torno a una figura semejante.
Es probable que en la conformación de las agrupaciones de ciudadanos chinos hubiese influido el mismo sistema de redes de apoyo entre compatriotas que facilitó la adaptación de los que fueron llegando a otros países de nuestro continente. También tuvieron cierto peso los lazos de ascendencia común entre los miembros de los clanes existentes en su país de origen, factor decisivo en la cohesión de los emigrados chinos en sus lugares de destino.
Tales asociaciones cumplieron los objetivos para los que fueron creadas, ya que brindaron importantes servicios a sus integrantes, a la vez que mantuvieron viva entre ellos la imagen vigorosa de su cultura natal, inscrita en el marco de intensas transformaciones sociales que a su modo experimentaba el país que los recibió. En él enfrentaron las apremiantes exigencias que la vida les impuso.
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“Reglamento de la Agencia de Jornaleros Coreanos dependiente de la Asociación Coreana”, El Agricultor, Mérida, año VII, tomo VIII, núm. 92, agosto de 1914, pp. 840-941.
“En pro de la moral”, Libertad, Mérida, año I, núm. 22, 4 de julio de 1918, p. 3
“El aniversario de la República de China”, La Revista de Yucatán, Mérida, año VIII, núm. 2777, 19 de octubre de 1923, p. 4.
“El Kuo Min Tang se estableció en Mérida”, El Globo, Mérida, año 1, año I, 1 de abril de 1927, p. 1.
Baltazar Rodríguez, José, Los chinos de Cuba. Apuntes etnográficos, La Habana, Fundación Fernando Ortiz, 1997, pp. 38, 60-62, 97-100, 103-105, 181.
Herrera Barreda, María del Socorro, Inmigrantes hispanocubanos en México durante el porfiriato, Madrid, Instituto Universitario Ortega y Gasset, Universidad Complutense de Madrid, 2002, pp. 13, 96.
José Juan Cervera
Continuará la próxima semana…