XXIV
Agresión a ciudadanos chinos
Aunque el llamado “movimiento antichino” no repercutió en Yucatán con la misma intensidad que adquirió en otros estados de la república, las agresiones perpetradas contra ciudadanos chinos fueron tan frecuentes en Mérida que algunos periódicos locales se refirieron a ellas como un fenómeno que ya se estaba volviendo costumbre en las primeras décadas del siglo XX. Sin que hubiera un grupo organizado que suscribiese un discurso hostil dirigido a los inmigrantes de ese origen, se tuvo conocimiento de varias partidas de asaltantes e individuos violentos que eligieron a aquellos como los destinatarios de sus abusos.
Esos hechos se suscitaron por distintos rumbos de Mérida, tanto en las calles más céntricas y en los suburbios de San Sebastián y La Mejorada como en colonias como la Delio Moreno Cantón y la García Ginerés, así como en la calle 60 Sur, de acuerdo con los ejemplos descritos en los registros impresos. Generalmente consistieron en robos acompañados de golpes, aunque éstos también ocurrieron sin que hubiese algún despojo de por medio. Los escenarios directos fueron la vía pública y las casas que servían de habitación para los afectados.
Los asaltos sucedieron muchas veces durante el trayecto que recorrían los trabajadores chinos para regresar a sus viviendas al concluir su jornada. En más de una ocasión se informó que los delincuentes ocultaban su rostro tras una máscara, en acciones que comprometían a dos, cuatro, y hasta ocho de ellos, que por su número se imponían fácilmente a sus víctimas. No sólo los asiáticos padecieron esos delitos, pero eran sin duda los que, sin pretenderlo, reunían las características más propicias para su realización.
Entre las víctimas se contaron vendedores de helados y cacahuates, lavaderos, lecheros y horticultores, e incluso los propietarios de algunos establecimientos comerciales. En unas pocas ocasiones los agresores eran conocidos suyos, aunque la mayoría de las veces se trataba de individuos a los que se logró identificar hasta el momento de su aprehensión, si ésta llegaba a ocurrir. Además, variaba su extracción social pues entre ellos hubo conductores de carretillas y gente de clase acomodada que huía en automóvil tras cometer sus fechorías.
Los ataques alcanzaron excesos de virulencia, señalan muchas notas de prensa. Se consignó el uso de objetos contundentes, como manoplas que causaban un mayor daño físico que los puños desnudos. Se hicieron patentes la insensibilidad y la enajenación de las personas que presenciaron algunos de estos actos, aplaudiéndolos como si se tratase de un espectáculo. También se registró el homicidio de dos comerciantes chinos en Tixkokob y de un jornalero de la hacienda Xcuyum, situada en las inmediaciones de Conkal, aunque en este caso se involucró a dos paisanos suyos como presuntos responsables.
Es probable que no hubiese sido estrictamente su condición de chinos la que desencadenó en cada caso las agresiones y los despojos, pero sí influyó el hecho de tener una adscripción social distinta de la que medró en la cúspide de la sociedad yucateca. El poder y la ideología entretejidos con los privilegios de linaje y prejuicios que pesaban como herencia de la época colonial, aunque tuviesen el más endeble de los sustentos en términos de objetividad, bastaron para justificar todos los abusos desde una perspectiva autoritaria. Estas concepciones denigrantes, reproducidas inconscientemente en otros segmentos de la población, convierten las diferencias de origen en símbolo de las relaciones de dominación social.
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“Chino estropeado”, El Peninsular, Mérida, año III, núm. 823, 29 de octubre de 1906, p. 2.
“Sucesos. Robo a un chino”, Diario Yucateco, Mérida, año I, tomo I, núm. 28, 5 de abril de 1907, p. 7.
“Sucesos. Robando a un chino”, Diario Yucateco, Mérida, año I, tomo I, núm. 30, 8 de abril de 1907, p. 6.
“Sucesos. Chino golpeado”, Diario Yucateco, Mérida, año I, núm. 67, 21 de mayo de 1907, p. 6.
“Sucesos. Chino herido”, Diario Yucateco, Mérida, año I, núm. 68, 22 de mayo de 1907, p. 7.
“Sucesos. Un chino degollado y tirado a un pozo”, Diario Yucateco, Mérida, año I, núm. 74, 29 de mayo de 1907, p. 7.
“Sucesos. Golpes a un chino”, Diario Yucateco, año I, núm. 289, 8 de febrero de 198, p. 7.
“Cuatro enmascarados pistola en mano asaltan y roban a unos chinos”, El Correo, Mérida, tercera época, núm. 482, 23 de febrero de 1920, p. 3.
“Desvergonzada vida de un cínico”, El Correo, tercera época, núm. 490, 3 de marzo de 1920, p. 4.
José Juan Cervera
Continuará la próxima semana…