IV
Los chinos en California
Las corrientes de opinión –favorables o adversas– al ingreso de chinos al territorio nacional se apoyaron en las experiencias que en esa materia se habían registrado en otros países. Entre ellos se contaba Estados Unidos, que en gran medida basó su riqueza material y su creciente hegemonía política en la presencia de inmigrantes que aportaron su esfuerzo y sus aptitudes al aprovechamiento integral de sus recursos.
Los periódicos mexicanos del siglo XIX reproducían la información proveniente del exterior de manera selectiva, en la medida que ratificaran o no sus posiciones en torno al llamado “problema chino”. También hubo casos en los que dieron a la luz notas más objetivas. En ellas, sin rechazar los riesgos que en el terreno social entrañaba la recepción de trabajadores de origen foráneo, reconocían las ventajas que su llegada podía reportar. Algunas veces, incluso estas expresiones mesuradas favorecieron la aceptación de alguna de las tendencias en pugna.
El liberalismo decimonónico congregó en torno a su proyecto a hombres entusiastas que compartieron el mismo espíritu de empresa. Esta perspectiva se reflejó en varios medios de prensa dirigidos a exponer los beneficios del crecimiento económico, al igual que los métodos y las ideas para convertirlo en una realidad tangible. Al influjo de esta atmósfera, Tomás Aznar Barbachano editó en Campeche el periódico Las Mejoras Materiales, cuyo primer volumen corresponde a 1859. Los chinos aun no llegaban al país.
Aznar Barbachano era agente del Ministerio de Fomento, por lo que dedicó esa publicación a tratar temas agrícolas, industriales y comerciales. En el ámbito de la colonización, juzgó conveniente traducir un artículo que describía las presiones sociales a las que estaban sometidos los chinos residentes en California por motivos de trabajo. El texto refutó los prejuicios que sobre esos inmigrantes circularon en varios países americanos. El estereotipo dominante los describía como seres carcomidos por la codicia y el egoísmo, nociones que en más de una ocasión justificaron vejámenes y arbitrariedades.
El redactor del articulo llamó la atención de sus lectores sobre algunas particularidades de la cultura china, las que permitían explicar los aspectos de su conducta que resultaban irritantes para la mentalidad occidental. Mostraba, además, los motivos que hacían ventajosa su presencia entre los habitantes de California. Los beneficios económicos que su actividad laboral traía consigo no eran del todo evidentes, por lo que las apreciaciones superficiales los hacían desdeñables.
El efecto bienhechor que ese escrito atribuyó a los chinos en la vida pública de California dio motivo a que Aznar Barbachano insertara sus argumentos en el periódico bajo su cuidado. Sin embargo, los trabajadores orientales tardarían en llegar a México, y esto sucedió cuando el Congreso de Estados Unidos expidió una ley que prohibía su entrada a dicha nación. Para entonces, los juicios adversos más difundidos en nuestro país mermaban la posibilidad de recibir a los expatriados con un criterio más tolerante, acorde con un marco de referencia plural y receptivo.
“Colonización. Los chinos en California”, Las Mejoras Materiales. Periódico especialmente consagrado a la agricultura, industria, comercio, colonización, estadística y administración pública, Campeche, Imprenta de la Sociedad Tipográfica por José María Peralta, tomo I, núm. 8, 25 de febrero de 1859, pp. 306-308.
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“Inmigración de chinos”, La Revista de Mérida, año XIII, núm. 70, 29 de marzo de 1882, p.1.
“Emigración china a los Estados Unidos”; La Revista de Mérida, año XIII, núm. 127, 8 de junio de 1882. p. 1.
“Inmigración”, “La Revista de Mérida”, año XIII, núm. 252, 9 de noviembre de 1882, p. 2.
Continuará la próxima semana…
