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La Enseñanza Libertaria de México

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Letras

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Soberanía y Nacionalismo

28 de febrero de 1999

La Enseña Patria, la Bandera Mexicana, es una bandera de libertad. Es también símbolo de la unidad de nuestro pueblo y ejemplo de lucha permanente por nuestra independencia y soberanía nacional. Así fue concebida con la promulgación del Plan de Iguala, proclamado solemnemente el 24 de febrero de 1821, en Iguala, Guerrero.

“Americanos: –comienza diciendo la proclama– no animando otro deseo al ejército que conservar pura la religión que profesamos, y hacer la felicidad general. Oíd, escuchad las bases sólidas sobre la resolución que ha tomado. Todas las naciones que hoy se llaman grandes en el globo, fueron dominadas por otras; y hasta que sus luces no les permitieron fijar su opinión no se emanciparon.”

Con esta doctrina, antecedente de nuestros principios de No Intervención y Libre Autodeterminación de los pueblos, se inició el proceso de nuestra vida independiente como Nación libre y soberana. Y dejó constancia también dicho documento, de la voluntad irreductible de ser libres: “La opinión pública, y general de todos los pueblos es la independencia absoluta de la España y de toda otra nación.”

Precisamente el 2° punto del citado Plan establece: “La Nueva España es independiente de la antigua y de toda otra potencia, aún de nuestro continente.”

Con esta visión política, los forjadores de nuestra Independencia determinaron desde entonces la ruta de la naciente Nación Mexicana, surgida de la lucha popular, al amparo del Ejército Trigarante, el de las tres garantías, resultado de la unión de todas las fuerzas sociales, que dieron sustento a la idea independista y a la creación de la Bandera Mexicana, que es expresión cívica de esos ideales.

El Plan de Iguala, ley suprema de nuestra Independencia, surgió simultáneamente con la creación de nuestra Enseña Patria. A partir de entonces el México independiente y la Bandera Nacional, son fuente de inspiración y fortaleza del pueblo.

El 24 de febrero de 1985 entró en vigor la nueva Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, donde se estableció como Día de la Bandera el 24 de febrero.

La celebración de este año debiera ser motivo de profundas reflexiones, cuando la Patria atraviesa por momentos de incertidumbre que han puesto a prueba nuestros principios de independencia y soberanía ante el embate de nuevas fuerzas dominantes, colonialistas, que amenazan a la República.

Es difícil celebrar la Independencia cuando cada día somos más dependientes.

Los mexicanos de ayer tuvieron grandes cualidades que hoy nos hacen falta. Fueron hombres de ideales y principios.

Las semillas de libertad que entonces sembraron marcan el inicio de una gesta social que hoy parece detenerse en el tiempo.

Los grandes valores cívicos, el amor a la Patria y el respeto a las instituciones, debieran ser normas irrenunciables de nuestra mexicanidad.

Los orígenes de nuestra Bandera se remontan a los tiempos anteriores a la Conquista, cuando los grandes acontecimientos españoles de los siglos XV y XVI fueron presididos por dos banderas, el pendón morado de Castilla y la bandera de las barras rojas y amarillas de la Corona de Aragón que habrían de unirse para formar el reino de España. Las carabelas de Colón trajeron a nuestra América el pendón morado, de donde se inspiró la Bandera de la Raza.

Cuando Hernán Cortés emprendió su expedición de Conquista, adoptó como estandarte la imagen de Nuestra Señora, en un lienzo de damasco rojo con tonalidad de morado.

Durante la Colonia, el pendón virreinal era un cuadrado de seda de color pardo, atravesado diagonalmente por dos brazos que daban forma a la Cruz de San Andrés, de seda y color morado.

Al inicio de la gloriosa gesta de nuestra Independencia, D. Miguel Hidalgo y Costilla enarboló un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Morelos conservó en su enseña la imagen de la Virgen, pero le añadió una insignia rectangular de color azul pálido y un águila coronada en el centro, sobre un nopal encima de un puente de tres arcos.

El día de la promulgación del Plan de Iguala, el sastre D. José Magdaleno Ocampo, entregó a Iturbide la bandera tricolor, cuyos elementos esenciales permanecen, con modificaciones, en la actualidad.

La bandera de Iguala estaba dividida por barras diagonales y no verticales y en el centro de cada banda había una estrella dorada de cinco puntas.

El propio Iturbide modificó posteriormente el 2 de noviembre de 1821 la Bandera de Iguala y se colocaron las franjas en sentido vertical, pasando el color blanco al centro y quedando a la izquierda el verde y a la derecha el rojo, como hasta la fecha.

Maximiliano agregó a la Enseña Patria algunas variantes relativas a los atributos monárquicos, pero al ser vencido por las fuerzas liberales nacionalistas, desapareció su efímera bandera.

Nuestra Bandera Nacional, con sus características definitivas que permanecen hasta hoy, ondeó por vez primera en el mástil del Palacio Nacional, el 15 de septiembre de 1917.

La inspiración libertaria del Plan de Iguala que le dio origen, sigue siendo el mejor camino para mantener la unidad de la Nación y la firmeza de nuestras convicciones republicanas.

Los maestros mexicanos, que han rendido grandes servicios al país, deben redoblar esfuerzos para difundir entre la niñez y la juventud, el profundo significado histórico de nuestros símbolos patrios, porque solo amando a México podremos servirlo mejor.

Luis F. Peraza Lizarraga

Continuará la próxima semana…

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