Inicio Recomendaciones La Educación Maya – II

La Educación Maya – II

8
0

Educación Maya

II

EXPLICACIÓN

Dentro del proyecto que he tenido de escribir un libro sobre la educación en Yucatán, ha estado, desde un principio, el propósito de abarcar los tiempos anteriores a la llegada de los españoles. En esta primera parte, la relativa a los mayas, los vínculos de la educación con la cultura en general, tan íntimos en cualquier civilización, me fueron adentrando en específicas manifestaciones de sus quehaceres, ciencias y artes, y el asunto se alargó hasta constituirse el presente volumen.

No lo lamento, al cabo que si alguna trascendencia anhelo, ella es la de avivar, no solamente entre mis amigos maestros, sino entre mis coterráneos todos, ansias de elevación del terruño, como se vislumbra lo hicieron quienes en tiempos remotos dejaron constancias múltiples del forjamiento de una historia en este suelo; o quienes, sin menoscabo de su origen extraño o aún llegados entre conquistadores sin escrúpulos, o siendo descendientes de ellos, lo han enaltecido.

¡Cómo continuar minimizando lo autóctono cuando hay en el ambiente que respiramos tanta necesidad de conocernos, cuando gente de otras regiones del país o del extranjero queda absorta ante lo maya actual, cuando insignes investigadores, en apasionada entrega al pasado, han llegado a la consecusión de obras bibliográficas monumentales!

Sin pretender siquiera aproximarnos al rigor de un estudio profundo, no podemos mirar nuestra historia educativa con soslayo a los valores notorios de los mayas en la materia. Hacerlo, sería dejar sin cimientos este estudio, falsear la ruta, y lo peor, ignorar prácticas que no en cualquier región del mundo encajarían, pero entre nuestro pueblo todavía podrían ser opciones estimables para limitar el atiborramiento de normas ajenas que suelen repugnar a una sensibilidad étnica vigente, condición que, por supuesto, cada quien con lo suyo, convendría a todas las regiones del país.

La exaltación que hacemos de nuestros orígenes autóctonos no es con ánimo exclusivista ni separatista, sino con la ingente necesidad de unirnos, por medio de los sentimientos que giran en torno a la educación, al esfuerzo –afortunadamente ya fructífero– que se hace para dar, en el concierto de las grandes civilizaciones del mundo, un lugar digno a lo maya, haciendo conciencia de ello en el seno de la educación básica y contribuyendo modestamente a manera de eco del poeta:

Si no redimo un poco

la lágrima enterrada

–el llanto que no ha muerto–

que se me niegue el aire

y el dorso de las piedras que camino.

 

Que salten sobre mí cepas y rocas

y se me venga encima la montaña.

Y que al mirarme se violente

el ojo de obsidiana del escombro,

si no redimo un poco

su lágrima enterrada.

Si no redimo un poco la estrella de mi suelo,

que me astille los dientes

el grano de maíz con que me nutro.

HONORATO IGNACIO MAGALONI¹

ANTECEDENTES

Hoy, más que nunca, con los progresos científicos y los recursos tecnológicos de que dispone, la Historia nos dice la inequívoca verdad de que todo es mejor con sensatez, y que debilidades y excesos significan retrocesos y caídas, contestándonos con fidelidad, si a ella acudimos, los porqués del hoy y los qué será del mañana.

Hondo sentido tiene la frase «la historia, cansada de crear, se copia a sí misma», y el texto del Eclesiastés: «lo que fue, eso será, lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol», ambas sentencias apropiadas para asentarnos en que hay que valorar filosóficamente los tiempos actuales, no deteniéndonos en vanas lamentaciones ante ajenas conductas irracionales que nos lesionan, no ensoberbeciéndonos por espectaculares famas, o fútiles triunfos, ni víctimas de desengaños ocasionales, caer en indolencias que nos dejen como naves sin rumbo.

Los repasos históricos, en sus reencuentros con la naturaleza y la realidad humana, renuevan sentimientos de humildad, orgullo y solidaridad, levantan el ánimo, recuerdan que la vida da goces, pero tiene obligado dolor, dolor que, como afirmara nuestro maestro el Dr. Eduardo Urzáiz Rodríguez es «divino patrimonio». Los matices históricos dan vigor a la existencia de la humanidad, y la vida que sólo es búsqueda de placeres, no cuenta en ellos.

Recreativa, multifacética, apasionante por excelencia, la Historia, al hallazgo de hechos sorpresivos y conmovedores, da emociones inusitadas y satisfacciones que conducen al vislumbre de nuevos y prometedores rumbos.

Por ello, teniendo en cuenta que las civilizaciones tuvieron que ir de la mano de la educación, su estudio debería estar más relacionado con los procesos educativos. Contrariamente, se desvinculan éstos, se les aisla, como si pudieran ser independientes del progreso.

Igual que toda rama de la historia, la dedicada a la educación tiene particularidades y fines muy específicos: sirve para darle sustento a la misma educación, para valorarla periódicamente y, asunto de suma importancia, para evitar que quienes, ignorantes de jornadas recorridas, impongan virajes en las líneas pedagógicas y didácticas que se aplican, para establecer innovaciones que pueden ser retrocesos. La historia de la educación posee además afluentes de conocimientos innúmeros necesarios para el fortalecimiento de las vocaciones magisteriales y para dar aliento a quienes, en los caminos del quehacer educativo al que se hayan dedicado, tal vez irreflexiblemente, posean disposiciones endebles.

Los estudios históricos recientes sobre educación son también útiles para ayudar a la interacción entre la educación misma y el ajeno acontecer cotidiano, porque no sólo el maestro debe estar bien informado de los avances que en su especialidad para no quedar a la zaga de ellos, sino que todos los ciudadanos debieran estar capacitados para poder juzgar si va por buen camino la educación que se imparte, asunto de interés general.

Calendaria Souza de Fernández

Continuará la próxima semana…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.