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La democracia no está en riesgo

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Opinión

Dr. Adán W. Echeverría-García

Ese solo es el discurso de los opositores al gobierno actual. La repetición hasta el hartazgo de quienes dilapidaron el poco prestigio que tuvieron como partidos cuando gobernaron. La democracia en México apenas intenta ser reestablecida por el gobierno actual que tomó el poder en el 2018.

Anterior a esto podemos mirar, con un poco de lectura de historia política, que lo que había era una monarquía disfrazada de democracia. Vea cuántos abuelos, padres, hijos e hijas se heredan puestos de regidores, alcaldes, diputados locales, diputados federales, senadores, gobernadores, e incluso puestos en los gabinetes de los presidentes en turno. Vea usted, por ejemplo, a quienes, desde el PRI, están en las listas de plurinominales para este 2024: a la Cámara de diputados va Silvana Beltrones, y su padre, Manlio Fabio Beltrones, va para senador; padre e hija ya aseguraron un puesto por tres años más, sin salir a la calle a pedir tu voto. Manlio nació en 1952 y desde antes de cumplir 30 años ya trabajaba en el gobierno. Actualmente tiene más de 70 años, es decir, más de 40 años recibiendo dinero de los impuestos tuyos, míos, de todos los mexicanos. La pregunta que tienes que hacerte es: ¿Qué cosa le ha dado Manlio Beltrones a México? Absolutamente nada. Un parásito del erario ocupando puestos acá y ahí, recibiendo cientos de miles de pesos mensuales durante más de 40 años. La monarquía disfrazada de democracia es muy clara en estos personajes. Su hija Silvana, nacida en 1982, ha gozado de ser parte de esa nobleza priista: se le han regalado puestos simplemente por ser hija de Manlio, y nada más.

Así es como se la gastan en este país los partidos políticos. No solamente es invitar a sus familiares directos, amigos, amantes, esposos y esposas a un puesto de poder, sino heredar esos puestos. No se trata de decir si eres de sangre azul, sino de sangre política.

Padres, madres, abuelos y abuelas heredando puestos, entregando puestos en los municipios, en los estados, siempre al servicio de algún empresario que busque beneficiarse. Esa misma falsa democracia es la que los medios de comunicación a modo gestionan para esas familias de la nobleza mexicana, pues también esas empresas que dicen perseguir la verdad se han llenado de personajes de “sangre política” que entendieron que para gobernar y saquear a México tenían que controlar la información.

Por ello los políticos mexicanos invierten tanto en las empresas de medios de comunicación, creando las propias (como Latinus, creada por el exgobernador priista de Tabasco Roberto Madrazo Pintado), desde donde puedan lanzar al pueblo de México el discurso que quieran.

Casos emblemáticos de esos “comenta noticias” de “sangre política” son Raymundo Riva Palacio, hijo del exgobernador priista del estado de Morelos Emilio Riva Palacio; o Carlos Loret de Mola, otro periodista que se abrió camino con el apellido, pues su abuelo fue Carlos Loret de Mola Mediz, exgobernador del estado de Yucatán.

De esta forma, la nobleza mexicana que basa sus riquezas en el saqueo al erario, en los negocios corruptos, la evasión de impuestos, emparenta a políticos con empresarios, con empresas de medios de comunicación, y son dueños de hospitales, universidades, gasolineras, cadenas de tiendas de conveniencia, empresas de internet, hoteles y restaurantes.

¿Democracia mexicana? ¿Cuál democracia? Desde luego que la de hoy, la que se busca construir desde el 2018 mediante la cuarta transformación es la que hay que defender, luego de los poco más de 50 años de una monarquía disfrazada de democracia.

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