CAPITALISMO ARTÍSTICO O ACERCAMIENTO DEL ARTE A LA VIDA
edgar rodríguez cimé
Hoy, que el mundo camina sobre un delgado alambre tenso como un funámbulo ebrio de poder (Así hablaba Zaratustra: Friedrich Nietzsche) con el peligro de caer al abismo de la No existencia, el Arte, como siempre, no es ajeno: lo refleja como una batalla mortal entre Jeff Koons, del capitalismo artístico, contra Ai Weiwei, representante del arte cercano a la Vida, en pleno siglo XXI.
Los flashes de fotógrafos de todo el orbe relampaguean al enfocar en mil ángulos la imagen del conejo de acero (Rabbit), espejeando la sonrisa triunfadora del último astro del capitalismo artístico, Jeff Koons, luego de darse a conocer el nuevo récord mundial impuesto por este artista vivo mejor cotizado: 91.1 millones de dólares, en la venta de esta obra por la galería de arte Christie’s en –dónde creen– por supuesto la Meca del Capitalismo: New York.
Mientras los países desarrollados del hemisferio Norte le quedan a deber a las naciones pobres del Sur por haber consumido de más sus recursos naturales, con esta obra, y su precio de venta, el capitalismo entroniza a Jeff Koons, nuevo héroe cultural devenido del Arte Conceptual descubierto por el francés Marcel Duchamp hace 100 años, en el siglo Veinte.
A pesar de la gula de fama y dinero que rodean al capitalismo artístico, en Méjico –representado por la galería kurimanzutto, de Gabriel Orozco– no todo está perdido porque el Arte, como “Camaleón de la Estética”, continúa desarrollándose y se metamorfosea para darnos a conocer su nueva faz en el siglo XXI: un arte cercano a la Vida cuyo máximo ejemplo es el chino Ai Weiwei, como sostiene la crítica de arte mejicana Susan Crowley, de sinembargo.com.
Weiwei lo ilustró con el paradigma de su última obra, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC): la exposición Restablecer Memorias. Si el capitalismo o el socialismo chino se empeñan en hacernos olvidar sus desvergüenzas históricas, este vanguardista creador las rescata para el mundo del arte.
Restablecer Memorias nos habla (o grita) de esas injusticias del Poder político: la sala del MUAC recibe al visitante con las ruinas de una construcción china: el Salón Ancestral de la Familia Wang; un poco más lejos, sobre el muro de fondo, aparecen los rostros -armados a partir de legos- de 43 hombres: los jóvenes desaparecidos la noche de aquel 26 de septiembre en Ayotzinapa.
El arte de Weiwei no es conceptual, pero definitivamente consigue conceptualizar la violencia humana como histórica al concatenar a China y Méjico, dos países tan lejanos en sus geografías y culturas, unidos ahora por las vicisitudes de la violencia ejercida desde el poder político, independientemente de los sistemas socialistas o capitalistas.
¿Cuál es la diferencia en la apropiación de objetos comunes de Weiwei con los artistas conceptuales del capitalismo? El artista chino se apropia la tragedia, la injusticia, el abuso de poder, la pérdida de valores humanos y el dolor de los débiles para integrarlos y darle fuerza a sus proyectos. Su discurso estético es un grito de libertad que tunde a los represores, una constante ironía y caricaturización de los poderosos.
Restablecer Memorias muestra el universo combativo, disidente, rebelde y apropiacionista de Weiwei. En ese mundo estético aparecen como protagonistas principales los olvidados y los débiles, y él se corona como el héroe de los que imaginan el arte como un arma de poder, si no para cambiar el mundo, sí para visualizar a las voces invisibles.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”