Letras
Rocío Prieto Valdivia
Dime, Tony, dónde quedarán las rimas de tablada,
los poemas de Darío que eran un rosario en nuestros juegos de infancia.
La noche cedió otro día menos para volvernos más viejos.
Atrás quedarán los recuerdos al abrir un libro de texto.
Nosotros no conocimos el diario de Ana Frank;
en vez de eso, las fábulas de Esopo alimentaron
los primeros sueños.
Para qué me sirven ahora los mismos cuentos.
La modernidad es ahora leer en una tableta, hacer poemas que parecen un comercial.
Qué más podrán inventar
si Nickelodeon gobierna a la infancia,
eso es todo y hay más.
Qué diría nuestra maestra
si nos viera hoy fantasear en los versos de Quetzal Noa,
olvidarnos de la infancia, ignorarnos al vernos en la calle:
tú con tu pelo echado de lado,
yo creyéndome una intelectual más.
Al diablo los nuevos libros de texto, adiós la doble moral…
Crecimos en otros tiempos
con la rima y la prosa incrustada en las arterias;
es lo bueno de este cuento,
con eso nos basta y no hay más de que hablar.