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Pedro Alberto Escamilla Esquivel
Si está en sociedad, el Hombre es el animal más fuerte entre todos los animales; aislado, actuando solo, es el animal más indefenso.
En el mundo actual, con el desarrollo de la tecnología más avanzada de la historia, el trabajo se ha hecho más simple y nos ha permitido disponer de tiempo –ocio– para poder dedicarlo a actividades que den mayor riqueza a nuestra calidad de vida.
Pero he aquí que ese tiempo, contra lo que debería de ser, es utilizado en acciones que han motivado que surja el tedio, la soledad, haciendo evidente la incapacidad para encontrar actividades que den mayor riqueza al ser humano.
El Hombre dispone de las mayores comodidades hoy en vida; pero, claro, en nuestro sistema económico pocos disponen de casi todo. ¿Es esta situación permanente y de por vida? Estoy convencido que, para poder obtener resultados positivos en la escasa vida, no basta que tengamos las habilidades y competencias, y el conocimiento que da la educación; es también importante el entorno, las oportunidades que debe de construir la sociedad, y que estas estén disponibles, al alcance de cualquier ser humano.
La situación actual tal vez esté dando la primera opción, pero las oportunidades no están tan al alcance de la mayoría de todos. Pongamos como ejemplo el empleo para los jóvenes: hay en México aproximadamente 7 millones de jóvenes que ni estudian, ni trabajan. Hay jóvenes que tienen trabajo, pero este es inestable e inseguro: están bajo contrato y, con la nueva modalidad del outsourcing, están condenados a no tener antigüedad y prestaciones.
Otro ejemplo, las pensiones: la posibilidad que la generación actual disponga con el paso del tiempo, cuando piensen en su retiro, de una decorosa pensión, como están las condiciones, es un sueño irrealizable.
Así, por el estilo, se pueden seguir enumerando otros ejemplos que vienen a reforzar lo planteado anteriormente. ¿Parece pesimista? Desafortunadamente, lo que se plantea es cierto.
En mi opinión, una forma de salir de este atolladero es incentivar la economía interna aumentando los salarios. El salario mínimo hoy en día ronda los 88 pesos por día, que equivale a 2,640 pesos al mes. ¿Quién puede vivir con esta cantidad de dinero, individualmente? Imagínense si tuviera familia el detentador de este “fabuloso” salario, lo que podría hacer: vivir en la miseria.
Según el CONEVAL, el 60% de la población de México está en la miseria y, de este 60%, el 30% está en pobreza extrema, esto es, que hay gente con su familia que no le alcanza ni para comer.
Para romper con esta situación hay que romper este círculo vicioso en el país: salarios pobres para la mayoría-pobreza-mercado interno reducido-bajas ventas-bajos empleos-salarios pobres para la mayoría.
Actualmente, en las condiciones por las que atraviesa el país, se escuchan voces que en otros tiempos eran inverosímiles de escuchar. Los empresarios, a través de sus organizaciones, han planteado la necesidad de mejorar los salarios de los trabajadores. ¿Dónde están las asociaciones sindicales que debieron de tomar estos planteamientos y propugnar porque se hagan realidad?
De incrementarse los salarios de manera adecuada, un gran número de gente saldría de la pobreza extrema, reactivando el mercado interno, el consumo, incrementando las ventas de los bienes y servicios de las empresas del país, aumentando el empleo. Hay voces que plantean que subir los salarios incrementaría la inflación, ya que estos son parte del costo de producción y, para que las ganancias de los empresarios no bajen, habría que subir los precios, y con ello la capacidad de compra de los trabajadores se reduciría, anulando el incremento de los salarios.
Aquí hay que tomar en cuenta lo siguiente: por mucho tiempo, la población trabajadora ha soportado en sus espaldas, y en las de sus familias, el peso de la distribución injusta de la riqueza; pocas familias en México detentan la mayor parte de ella. Se trata de que el peso se redistribuya de una forma más equitativa. De incrementarse los salarios, al reactivarse el mercado interno, los que saldrían beneficiados serían los mismos empresarios, y me refiero los del gran capital, no los micro y pequeños que están al día en su situación económica.
Estamos en tiempos de elecciones. Ojalá que los candidatos hagan propuestas para cambiar el estado de cosas por el que atraviesa el país, ya que la situación es insostenible. Ojalá que exista un líder con compromiso de sacar al país de este atolladero, y trace la ruta del desarrollo sostenible y continuo. Va a haber resistencia, sobre todo de los que detentan privilegios, pero es necesario el cambio para beneficio, aquí sí, para todos.
Al tiempo…
