Atisbando el Arte
Imperfecciones en 8 obras de arte
Mi caminar por las artes visuales me obliga a estudiar un poco sobre la Historia del Arte. Con los medios tecnológicos actuales, podemos decir que todo lo tenemos al alcance de un click en la computadora personal, y más aún en un teléfono, donde se concentra toda la información que necesites. De aquí mi interés por las pinturas de los clásicos y por los errores que se puedan dar en los mismos.
Es muy probable que estés familiarizado con algunas de estas estas obras maestras de arte mundialmente famosas. Aun considerando la perfección en el trabajo pictórico y escultórico, en estas obras de arte se han encontrado algunas inexactitudes (ya sean intencionales o no), que presentaremos en esta ocasión en “Atisbando el Arte”, que puedes localizar en la sección de Cultura de Diario del Sureste.
Comencemos con la bella escultura del David, de Miguel Ángel, que disfruté hace cincuenta años en Florencia, y que no dejo de añorar.
El David, de Miguel Ángel
Esta famosa estatua fue tallada a partir de un solo bloque de mármol de Carrara. Las esculturas de Miguel Ángel son generalmente anatómicamente precisas, aunque en su estatua más famosa, El David, hay un pequeño defecto: hay un músculo no esculpido entre la columna vertebral y la escápula derecha. Sin embargo, esto no es culpa del escultor. Más bien, se debe a un defecto en el bloque de mármol. En Florencia hay dos David, uno protegido bajo techo, y otro en las afueras de la plaza, donde está la fuente de Neptuno. De esto ya escribí en esta columna bajo el título: “Caminando la Toscana Italiana”.
La Novena Ola, de Iván Aivazovsky
Esta pintura ilustra olas con crestas curvadas. El artista, Aivazovsky observó esta clase de onda desde la orilla, lo que le hizo creer que todas las ondas son iguales en cualquier parte en el mar. Pero las olas durante las tormentas en el mar abierto son en forma de cono, y se ven diferentes a las de aguas poco profundas
Moisés, de Miguel Ángel
Debido a una traducción errónea en el Libro del Éxodo, el profeta bíblico fue esculpido para tener cuernos. La palabra hebrea karnayim puede traducirse en ‘rayos’ o ‘cuernos’, y la descripción de Moisés con rayos de luz procedentes de su cabeza fue interpretada erróneamente. En mi visita a Italia, también pude observar un despostillamiento en la rodilla derecha. Preguntándole a nuestro guía, nos explicó que esa lasca del mármol se debió a que Miguel Ángel, al terminar su tallado, lo encontró tan perfecto que dijo que solo le faltaba hablar; lo miró y le espetó: “Parla, cabrioni”, y le soltó un golpe con el martillo, y a eso se debe esa lasca en el mármol de la rodilla que no fue restaurada.
Un Bar en el Folies-Bergère, de Èdouard Manet
Como dice la canción: “Recordar es volver a vivir…” Así, recuerdo el Lido de París, el Moulin Rouge y el Folies Bergère, así como otro centro de burlesque, en un callejón de Montmartre cercano a la Place de Clichi, que era complemento a mi visita al Lido, ”El Petit Balcone”, con el mejor show de Tango Parisino y el mejor striptease: una mujer que parece una bruja y, con acompañamiento musical y contoneos rítmicos, deja de ser bruja para ser una bella mujer; conocer donde pintaba Lautrec. Mi visita al Louvre llenó mi espíritu ansioso de cultura y derramé unas lágrimas mirando la obra de Da Vinci.
En esta obra de Manet, mirando de cerca el espejo de la pintura, queda claro que el reflejo no es fiel a la realidad. En primer lugar, las botellas en el mostrador se colocan de forma diferente y el barman parece estar buscando en otra dirección. Los expertos no se ponen de acuerdo si Manet lo hizo a propósito.
La Ronda de Noche, de Rembrandt
Este cuadro está lleno de enigmas no resueltos. Muchos debates surgieron sobre los guantes del Capitán Frans Banning Cocq. La pintura muestra que en su mano derecha, con guantes, está sosteniendo otro guante derecho. Muchos historiadores del arte creen que esto dio a la pintura un toque de humor. Sin embargo, otros creen que el guante es el de la mano izquierda y que el capitán lo está sujetando por el dedo anular, mientras que el pulgar está apuntando al espectador.
Cena de Emaús, de Caravaggio
En esta obra, si tienes ojo para el detalle, puedes haber notado que la cesta con la fruta está pegando hacia fuera sobre el borde de la mesa, pero no cae, desafiando las leyes de la física. Los expertos en arte también han notado que la fruta no coincide con la temporada (la pintura se establece en la víspera de Pascua, antes de la cosecha de otoño). Todos estos errores son intencionados. Las manzanas, las uvas y la sombra en forma de pescado de la canasta están cargadas de simbolismo cristiano y referencias evangélicas.
El Nacimiento de Venus, de Botticelli
El arte renacentista se caracteriza por su precisión anatómica. Sin embargo, las obras de Botticelli divergen del realismo. Su diosa del amor, en particular, tiene defectos conspicuos incluyendo un pie hinchado y un cuello excesivamente largo. Supuestamente, estos errores son un intento deliberado de evitar representar un cuerpo femenino perfecto.
La Madonna Sixtina, de Rafael
Al principio, se puede tener la impresión de que el Papa Sixto II tiene seis dedos en su mano derecha. Pero una inspección más cuidadosa hará darse cuenta de que lo que realmente confundieron con un sexto dedo es en realidad parte de su palma. En otra parte de la pintura, el grosor de más al lado del pequeño dedo del pie de la Madonna puede ser visto como un signo de polidactilia, una anomalía caracterizada por un número extra de miembros.
Con Rafael termino estos comentarios sobre imperfecciones, o no, de algunos de los grandes maestros que vivirán para siempre.
Alfonso Hiram García Acosta
con información de