Promotor Cultural en el Cereso de Mérida
Del CERESO salió como escritora, alumna de Lope Ávila, y sigue en la literatura Zindy Abreu.
Edgar Rodríguez Cimé
Hace casi 40 años inició la cosecha en la milpa cultural: cooperativa de plateros / talleres literarios en maya / movimiento musical alternativo / discos / videos / libros / fanzines / slam & mosh / festivales culturales / rock / hip hop / tatuajes / ska / reggae / teatro / cine / artes visuales / periodismo independiente / casas-teatro / radios libres, en español y en maya / centros culturales propios. Lo mejor, la inclusión: el chow llegó hasta el Centro de Readaptación Social, CERESO.
Pero no se trató de uno, dos o tres eventitos, como acostumbran los gobiernos para después “si te vi, no me acuerdo”, sino de un programa cultural año con año con año al interior de este “edén” donde se concentra lo peor de la inteligencia humana aplicada en sentido contrario.
Fui testigo varias veces -como parte del programa cultural- de la participación masiva de jóvenes que, cumpliendo condena, se acercan, varios por primera vez, a los programas culturales del Cereso: talleres de literatura, música o pintura, tocadas de rock o rap, obsequio de libros, conciertos de música tropical, presentaciones de obras literarias, representaciones teatrales de la Semana Santa.
Han dado cátedra en el Cereso Francisco Lope Ávila, Ugggo o Zeus Borges.
Alejándome de teatros, luego de mi sexta obra realicé tres presentaciones de mis libros, con tema juvenil, en el CERESO, ante auditorio lleno y más prensa que nunca: periódicos, radios, televisoras. Público que hizo laaarga cola para recibir un ejemplar de Culturas Juveniles en el Mayab, o Baax Pasa Brother: Diccionario de las culturas juveniles.
Esta participación de creadores y exponentes del arte en Yucatán en el proyecto cultural carcelario ha dado como resultado dos cosas: un ambiente cultural y pacífico, diferente en el sistema nacional de penales en Méjico -en el que los cobros por derecho de piso y las masacres están a la orden del día-, así como un director sostenido por los últimos gobiernos, priístas y panistas, por considerarlo necesario para la seguridad en el Cereso de Mérida.
En esta situación, una persona resulta clave para que todo le funcione al director, para controlar pacíficamente a la mayoría de la población de este lugar (los jóvenes). El mero-mero de la “choliza” yucateca, del Neighborhood (El Vecindario) encerrado en el penal: el Melchor, gran camarada que me ha invitado a sus festivales culturales para obsequiar libros a la Banda.
Porque los otros, los mayores, están obligados por los “bombos” del gimnasio de pesas “a portarse bien” que, además de ejercitar el físico para lucirlo y aprovecharlo, le echan la mano al Preciso para poner en su lugar a quien se pase de lanza y pretenda romper la disciplina de este lugar.
Cuenta mucho que Melchor sea bien portado, en comparación de otros líderes agresivamente violentos, en penales del centro y norte del país. Además, no es de gustos potentes (cristal, heroína o fentanilo), y sí cultura hip hop. Por eso se escucha seguido allá, tras las rejas, a Mayukas, Familia 187, o Kulta Flow, lo mejor del rap uayé.
¡Saludos, camaradas!
Melchor: “padrino”, promotor de un ambiente cultural al interior del CERESO.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
Colectivo Cultural “Felipa Poot Tzuc”