Arte – Desde Nicaragua
Dama de la escultura y la pintura en Nicaragua
Rafael Quintana
“La geometría sagrada es el orden divino que se encuentra en toda la naturaleza y se utiliza para despertar energías superiores, alinearse con el Alma y elevar la conciencia permitiendo los niveles más profundos de meditación, relajación y sanación” – Pitágoras
“La pasión es el puente que te lleva del dolor al cambio” – Frida Kahlo
Rafael Quintana, corresponsal del Diario del Sureste en Nicaragua, recibió instrucción de la destacada artista Ilse Ortiz de Manzanares, quien le reveló las bases de la Escultura en Nicaragua y del arte contemporáneo del siglo XX.
¿Cómo fueron sus inicios? ¿Desde su núcleo familiar la impulsaron?
Mi mamá pintaba, y también a Rosario, mi hermana, le gustaba el Arte. Entonces invitaron al pintor Alberto Icaza, que además es un hombre inteligente, culto. Me enseñó los primeros pasos, él siempre insistía en la composición, pero cuando yo hacía mi composición, me la cambiaba. «Yo no quiero eso,» le decía, y lo volvía a pintar. Admiro su obra hecha de Nicaragua, no donde pone los birretes orientales, porque esa es otra cultura. Era excelente para coger las luces, me enseñó a coger las luces perfectas.
Luego al año y medio del terremoto, recibimos clases con él, mi hermana Rosario, Claudia Fuentes de Lacayo y mi persona.
¿Cuál es el mayor recuerdo de su mamá?
Mi mamá fue una mujer suave, pero fuerte; si ella creía que tenía que hacer algo, lo lograba hacer y hacía que mi papa lo hiciera. Ella dio clases de pintura en un colegio, le gustaba enseñar a pintar, dominaba muy bien los colores. Una vez me prestó Ramiro, mi hermano, el cuadro de unas flores rosas amarillas para que mi mamá se lo copiara. Era entusiasta de la pintura y del arte. Mi papá por su parte, muy de la música, le fascinaba la música clásica, Beethoven…
Compártanos una cátedra sobre la escultura en Nicaragua.
La pintura me llevó a la inspiración. La escultura en Nicaragua viene de nuestros primeros indios; ellos representaban a un ser supremo en las grandes esculturas que tenemos en Granada, por ejemplo. Están también en el San Francisco, para ellos eran personajes significativos y les hacían ofrendas también. Al comienzo les ofrecían sangre, pero después fueron eliminándolo. Tenían una inspiración tremenda. Por ejemplo, usaban un poco de pintura en las esculturas, solo ciertos rasgos, no usaban toda la pintura en la escultura. En los utensilios que usaban para el diario vivir, ollas, se esmeraban en el color. Usaban la pintura tagüe, que es de color, una roca; hierbas para los verdes. Todo encontraban de la Naturaleza. Hacían de oro, signos. Pintaban a los dioses que ellos querían y los montaban en pepitas de piedras preciosas. Tuve un collar chiquito con varios colores. Hacían maravillas. Además, nos trajeron la religión “los invasores”; el invasor destruye e impone sus costumbres.
Doña Ilse, ¿qué opina de la escultura de Omar Rayo?
Me encanta, yo tuve obra de él.
¿Qué la ha impulsado a mantenerse firme en un mundo tan difícil, pero maravilloso, como el arte?
Una ilusión continua. Si salía, lo primero que iba a hacer –yo leía mucho de pintura– sería conocer las pinturas. Podía pasar todo el día en los museos. Cuando llegué al museo de Van Gogh ¡qué ricura la que sentí! Le dije a mi esposo: “Aquí es donde mi mama me debió haber mandado a estudiar, no que me mandó a estudiar piano, ¡qué tenía que ver yo con el piano!” Me enriquecí tremendamente, era muy impresionista.
¿Cómo le gustaría que la recordaran en el ámbito de escultura?
Quise dejar una huella; que no pase como un parásito en la vida, porque Dios nos da un lugar y tenemos que sacarle provecho, es una forma de dar gracias donde nos demos. Yo a lo que me meto, lo hago. Comprendo la tristeza que me da la pobreza. Después del huracán Mitch, quedó tanta gente en las playas. Entonces con una amiga compramos unos terrenos e hicimos cuarenta y uno casitas, nos dio dinero Colombia, nos mandaron veinte mil dólares. Nos dilatamos 8 años construir esas casitas. Llevábamos donaciones con demás patrocinadores que conseguimos en el extranjero. Yo no sé por qué el nicaragüense ha quedado sin entusiasmo. Había dos mujeres que hacían la comida para los que trabajaban y trabajaban como ellos. Impresionante. A nosotros lo que nos importaba era la familia. Quedó colegio, iglesia. Hubo una solución. Esa soy yo.
¿Cree usted que el grupo praxis eligió no haber presentado a un escultor en su época?
Está Sobalvarro, con obras y esculturas de muy lindas. Rodrigo Peñalba ya trajo de Europa la forma de expresarse pictóricamente.
Hablando ahora de sus esculturas híbridas y cubicas, ¿ha tenido influencias de Pablo Picasso?
Me gusta la creatividad de Picasso, tomé no solo de él, sino del movimiento cubista mis expresiones; después comencé a jugar con ellas. En una escultura, parece que el mismo color predomina, pero cuando le da la sombra del día, cambia de tonos; hay variedad del color. A pesar de tener el mismo color en todos lados, dependiendo la luz que le dé, entiendes lo que es, o sea, hablan. Yo termino una obra y platico con ella, la dejo. La obra te tiene que hablar. Vibran, hay colores que te dan tristeza, pero puedes mezclar los dos.
Sus obras dialogan con el lenguaje de la abstracción y la geometría, ¿cómo logra dominar esas temáticas y proyectar uniformidad y armonía?
Con luz y diferentes posiciones. Agarro los cubos, los pongo en diferentes formas, diferentes relieves, le pongo otras dimensiones; juego con color, espacio y dimensión, porque estoy jugando con el color y te dice otra cosa, dependiendo de la posición.
Sus obras de reciclaje han tenido el concepto de mostrar valores ancestrales de objetos de desecho, ¿qué tal ha sido su incursión en este material?
Venía del mar y veo que sale un camión cargado. Entonces le dije a mi esposo: “Mañana me traes porque quiero ese material.” Vimos toda la forma del reciclaje, ver cómo lo partimos y darle formas. He mezclado los círculos que se entrelazan unos con otros porque el círculo es unión en mi escultura.
¿Qué admira de México?
México es muy vasto. Frida Kahlo me gusta mucho. Me gustó Tamayo con sus coloridos, ¡ir a México y ver ese colorido!
En más de una veintena de exposiciones ha participado la maestra de la escultura y la pintura Ilse Ortiz de Manzanares, orgullo de la plástica nicaragüense.
¡Felicidades a la autora de estas obras que llenan de orgullo a la plástica nicaragüense!
PREMIOS Y MENCIONES
- MENCIÓN HONORÍFICA, por la Sociedad Pro-Arte Rubén Darío- 1971.
- MENCIÓN HONORÍFICA, Servicio Informativo y Cultural de la Embajada Americana-1973.
- PRIMER PREMIO, Conmemorativo del Año Internacional de la Mujer, Teatro Nacional Rubén Darío-1975.
- PRIMER PREMIO, Exposición Conmemorativa del día de la Raza, patrocinado por la Embajada de España y el Instituto de Cultura Hispánica-1975.
- PRIMER PREMIO, Exposición de Artistas Mujeres de Taipéi, China-1999.
- ALGUNAS EXPOSICIONES REALIZADAS:
- Septiembre 14, 1971- Exposición colectiva Teatro Nacional Rubén Darío.
- Febrero, 1979: Exposición Colectiva Xerox en El Salvador.
- Septiembre 15, 1974: 15 pintores nicaragüenses, Escuela de Bellas Artes.
- 1995: Casa de la Cultura de México en Santa Fe de Bogotá, Colombia.
- Mayo 19, 1993: Exposición Colectiva MUJERES, Galería Códice, Managua, Nicaragua.
- Octubre 12, 1977: Exposición Colectiva, Aniversario de Galería Tagüe.
- 2001, Segunda Bienal Centroamericana, San José de Costa Rica.
- 2001, Bienal de Pintura Nicaragüense –Fundación Ortiz-Gurdián, Managua, Nicaragua.
- Octubre 24, 2002: Exposición personal Galería Pléyades –Centro BAC, Managua, Nicaragua.
- Marzo, 2006: Mujeres – Banco Central de Nicaragua- 20 artistas.
- Agosto 24, 2006: Reinauguración del Museo del Palacio Nacional de la Cultura- Sala de Arte Latinoamericano Rodrigo Peñalba.
- Septiembre, 2006: Galería Praxis – Exposición Patria.
A continuación, una galería virtual de esta gran artista nicaragüense: