XXXVI
EL VANDALISMO EN MÉRIDA
He hablado alguna vez de los multiplicados pordioseros que abundan en la ciudad. Hoy trataré de penetrar en el mundo de los vándalos, de los que hay también incontables en Mérida. Generalmente se trata de jóvenes (aunque los hay también maduros) cuya única ocupación es el ocio. Son vagos de profesión. Suelen reunirse en la Plaza Grande o en los parques de la ciudad para concertar sus citas etílicas. Son deslenguados, sucios, andariegos, muchos gastan el cabello largo, la melena que introdujeron los jipis yanquis en la medianía de nuestro siglo. Hablan en caló, son irrespetuosos en grado sumo y practican, con renovado esfuerzo, la vagancia.
No todos sin embargo pertenecen a los bajos estratos de la sociedad. Hay vándalos (porque hablamos de vandalismo) acomodados, que lo tienen todo y son juniors consentidos de sus padres millonarios. Estos se desplazan en automóviles de modelos recientes, son afectos a los arrancones en Paseo de Montejo y en otras avenidas de la ciudad, y se intoxican con alguna droga.
Los vándalos pobres fuman mariguana y suelen emborracharse con los rones más corrientes. Muchos de ellos pululan en el Sur de la ciudad y son hijos a su vez de vándalos o de prostitutas. De chicos no van a la escuela, prefieren reunirse con sus compinches en las esquinas para jugar a las cartas y fraguar mala acción. Están llenos de rencor, de ansias de cobrarse lo mal que los ha tratado la vida. Exudan resentimiento. A veces paran en las correccionales o en caritativas casas de amparo donde se les brinda comida caliente y un sitio para pasar las noches. Pero en cuanto pueden se fugan y vuelven a las andadas. Las notas policiacas de la prensa están atiborradas de las bajas acciones de los vándalos. A través de los años, gobiernos y gobiernos han pasado sin poder evitar esta lacra de nuestra sociedad. Y no queremos decir que Mérida despunte por sus vándalos; el mundo está lleno de ellos y actos de vandalismo se dan en la culta Europa donde famosas pinturas y tallas religiosas han sido víctimas de este mal que el mundo arrastra desde tiempos inmemoriales.
(9 de junio de 1991)
Roldán Peniche Barrera
Continuará la próxima semana…