La Columna del Tío Salim
¡Qué tal, sobrinitos!
Los saluda el Tío Salim. Compartiré en esta ocasión, con ustedes y todos los lectores de Diario del Sureste, un especial con tres de los más legendarios héroes de las historietas en México: vamos a conocer más en detalle el éxito de Kalimán, Chanoc y El Santo.
Las historietas en nuestro país tuvieron su época dorada en las décadas de los sesenta y los setenta, con personajes para todos los gustos, novelas románticas, dramas, caricaturas para niños, sin dejar fuera a los superhéroes, logrando tres de ellos convertirse en todo un suceso en ventas.
Kalimán fue uno de los más famosos. Su historieta surgió en los años 60 gracias al éxito de las radionovelas. Era un personaje peculiar que enfrentó tanto a mafiosos como a vampiros y extraterrestres. Kalimán conservó en el cómic las mismas características que en la radio, es decir, su idealismo muy marcado por la justicia, su sabiduría dominaba tanto el área física como la mental. Su frase célebre era “Quien domina la mente lo domina todo”.
Kalimán provenía de una civilización perdida, siendo heredero del reino de Agartha. Sus aventuras abarcan, además de México, varias partes del mundo, incluyendo Egipto, los cuales recorría acompañado de su fiel compañero Solín, niño egipcio, descendiente de los faraones.
El éxito de la revista de Kalimán fue tan gigantesco, que en sus 26 años de existencia vendió semanalmente dos millones y medio de ejemplares hasta 1991 en México, Centroamérica, el Caribe y algunos países sudamericanos, sumando un total de 1351 números. Hay quienes afirman que en su mejor época las ventas llegaron a ser de más de 3 millones de revistas a la semana, incluso se asegura que la revista llegó a vender más de mil millones en copias en papel.
Kalimán alcanzó gran fama, principalmente por su dominio de la mente sobre el cuerpo, utilizando la razón y la inteligencia sobre la fuerza bruta. Con su físico impresionante y su fuerza física increíble, jamás manchó sus manos con la muerte de un semejante, representando así el máximo potencial de la mente humana como su única gran arma en su lucha por la justicia.
Vamos a hablar ahora de otro héroe formidable, protagonista de una de las historietas más clásicas de México, se trata de “Chanoc: Aventuras de mar y selva”, original del doctor Ángel Martínez. Chanoc, que significa en maya Hombre de rojo, comenzó a publicarse en 1959, pero su autor falleció el mismo año. Afortunadamente, el joven guionista Pedro Zapiain unió fuerzas con el talentoso dibujante Ángel José Mora Suárez, ulogrando una revista amena, divertida y didáctica, bien dibujada y con inigualables guiones.
El éxito fue tal que durante los quince años que trabajaron juntos lograron tirajes de un millón de ejemplares semanales. La muerte de Zapiain obligó a los editores a contratar a otros guionistas como Conrado de la Torre, Frank Flowers, Gong y Ulmor para mantener la producción de la revista que se mantuvo en el mercado hasta 1981, cuando llegó a su fin.
En sus 21 años de vida, Chanoc presentó a divertidos personajes como Tsekub Baloyán, padrino de nuestro héroe, para muchos el verdadero estelar de la historieta, un viejo locuaz amante del Cañabar, licor tradicional de Ixtac. Otros igual de memorables fueron Pata Larga, Sobuca, Nimbus, el sargento Macotela, Rogaciana Elefantina, Hipopotamia Guillot, Venenacio El Baturro, Mangonia, Trucson, Neftalí Páez, el padre Tenorio, Merecumbé, los caníbales Suk y Puk, los brujos Macrudelio, Cornudelio y Brujildo y, por supuesto, la novia de Chanoc, llamada Maley.
Chanoc fue la obra gráfica que consagró al maestro Ángel José Mora, siendo considerada un tesoro para los coleccionistas, al contener aventuras que lograron el cariño de millones de personas en todo México.
La ventaja que tiene El Santo sobre Kalimán y Chanoc es que fue un héroe en la vida real como luchador en los principales cosos, arenas y plazas donde el arte del pancracio reunía a miles de seguidores que lo idolatraban como uno de sus máximos exponentes.
El gladiador enmascarado se convirtió en un auténtico ídolo de las masas, por lo que de los cuadriláteros dio el salto al cine, logrando un inusitado éxito que impulsó la creación de sus historietas en 1952, a iniciativa del empresario José Guadalupe Cruz, quien logró convencer al Enmascarado de Plata a dar vida a ese proyecto donde sería la estrella principal.
Impresa en color sepia, la historieta fue innovadora al mezclar collages de fotografía retocados con dibujos, algo que ya se practicaba desde 1943, pero que en las aventuras del enmascarado resaltaba de manera especial.
El Santo en sus cómics enfrentó a todo tipo de villanos: asesinos, mafiosos, delincuentes, brujas, momias, vampiros, hombres lobos, e incluso zombis. Fue una revista tan exitosa que incluso se publicaba dos veces por semana, sumando más de 400 números, siendo publicada hasta 1958; en 1965 se realizaron reediciones y en 1976 se reimprimieron todas sus aventuras.
Pues hasta aquí llegamos, sobrinitos. La próxima semana volveremos con la historia de otros personajes del cómic mexicano.
Hasta entonces.
RICARDO PAT