Mascotas
El persa es una raza de gato que se caracteriza por tener una cara ancha y plana, así como un gran abundante pelaje de variados colores. Son considerados comúnmente como gatos aristocráticos (el 75 por ciento de los gatos de pedigrí registrados son persas).
Los primeros gatos persas fueron introducidos en Italia desde Persia (actualmente Irán, Tayikistán y Afganistán) en la década de 1620 y a sus descendientes se les llamó de muchas maneras. La rama persa actual se desarrolló a finales de 1800 en Inglaterra y proviene del gato de Angora turco.
El suave gato persa se encuentra entre las razas favoritas. Sorprende el hecho de que este gato, conocido en persa como Gorbe-ye irāni (gato iraní), pertenezca a las razas de gatos más antiguas, así como el hecho de que el gato persa que conocemos actualmente no proceda de Oriente.
La denominación “persa” solo se estableció con la fundación de la primera asociación de criadores a principios del siglo XX. Hasta ese momento se empleaba principalmente el término “gato de Angora” para los gatos de pelo largo.
Desde entonces, el estándar de cría de los gatos persas ha cambiado en más de una ocasión. Con el paso del tiempo se ha otorgado más importancia a una frente más redonda y a un cráneo con una forma más corta, mientras que el pelaje se ha vuelto cada vez más denso y con un manto inferior más abundante, lo que le ha conferido ese aspecto de peluche. Este hecho también ha supuesto una desventaja para la raza porque, al aumentar su popularidad, los persas se empezaron a criar en masa, sobre todo en Estados Unidos donde se emparejaban sin considerar los perjuicios para su salud y, con ello, se consolidó un modelo de la raza cada vez más extremo. La nariz rebajada, los ojos llorosos y la tendencia a las inflamaciones en la nariz y en la garganta, así como los problemas para la asimilación de la comida y para respirar, les han conferido la fama de “raza torturada”.
Se caracteriza por ser de un tamaño mediano a grande. Tiene la cabeza redonda, maciza y el cráneo ancho. El frente es redondeado y los pómulos son fuertes y prominentes. Tiene el hocico corto y el mentón fuerte y lleno. Los ojos son grandes, redondos, bien abiertos y entre más separados mejor, de un color muy intenso y brillante. La posición de la nariz debe estar asimétrica, pero muy importante que se encuentre a la altura de los ojos y profundidad («nariz chata») para un gato de exposición. Las orejas del gato persa son pequeñas y redondeadas, estas deben estar en posición «V» asimétricas en la cabeza. En las puntas cubiertas de pelo que nace de dentro hacia afuera y así pasan desapercibidas y muy estéticas, confundidas con el pelo largo del lomo, patas y la cabeza.
El cuerpo del gato persa es musculoso y redondeado, y posee una estructura ósea robusta. El mejor tipo de cuerpo en esta raza es compacto y se le conoce como «cuerpo Corby», destacando por encima de las patas, que son pequeñas y gruesas.
Tiene el pelo abundante, espeso, largo y de tacto sedoso. Además, es frecuente que se le caiga bastante pelo debido a su abundancia. La cola es peluda y redondeada en el extremo. La cola no debe pasar en distancia por adelante de la mitad de su cuerpo (cola corta) Así, podemos decir que los gatos persas no destacan por ser esbeltos sino más bien macizos, redondeados y robustos.
El gato persa puede ser de colores muy variados. Hay gatos persas de un solo color igualado (sólidos), intenso y sin tonos más claros, como el negro, el blanco, el azul, el chocolate, el lila, el rojo y el crema. También pueden ser de colores variados, bicolores o con modalidades diferentes entre de franjas y colores llamados Tabby, que es el dibujo que tienen en el pelaje. Los machos solo pueden poseer dos colores, mientras que las hembras hasta tres -por ejemplo calicó: rojo, negro, blanco-, aunque existen casos de machos bicolores y tricolores, pero en esos casos el gato macho es estéril. Existen los persas himalayos, que se distinguen por su color azul con tintes oscuros que remarca sus orejas, cola, las puntas de sus patas y sus rostros; a esto se le llama “punto”, por ejemplo, red point.
Los actuales gatos persas son de cuerpo compacto (corby). Tienen un hocico respingón en una gran cabeza redonda. Su abundante y exuberante pelaje es su principal característica, tienden a mudar en temporadas y para mantener la calidad del pelaje es sumamente importante cepillarlos todos los días como recomendación. Estos gatos son familiares, les encanta estar con los niños. Es un gato faldero. Los baños regulares son también adecuados y existen técnicas especiales para eliminar el exceso de grasa en el pelo, así como para la limpieza correcta de oídos y rostro. Para evitar la grasa, debe evitarse peinar la cola ya que es ahí donde más segregan grasa. Para secarse, a la hora del baño es recomendable usar detergente para platos, ya que es desengrasante y no es perjudicial para el gato.
Existen también los persas himalayos, que difieren de los persas en el pelaje. Un gato persa himalayo tiene todas las características de un persa, pero su pelaje es similar en color a los siameses. Un himalayo presenta las mismas variantes de color que los siameses, pudiendo denominarse en función del color de las partes distales (azul, chocolate, rojo, lila, etc.). Los distinguen los tintes oscuros que remarcan en sus orejas, cola, las puntas de sus patas y sus rostros, a esto se le llama (punto o point) por ejemplo, red point Los gatos himalayos tienen los ojos azules, el punto de color o color point debe estar en sus orejas, patas, lomo y cola y el resto del pelaje debe ser blanco o crema. Los puntos de color más comunes son: chocolate, lila, crema, rojo, concha de tortuga carey (o tortieshell), black, azul y bicolor.
Los gatos persas son de carácter tranquilo, se les dice tigres del sofá porque les gusta dormir y descansar. Esta raza de gatos exige su cuidado y dedicación por parte de los dueños. No obstante, aunque los gatos persas son animales muy equilibrados, en el fondo todavía siguen siendo depredadores. Por eso, a los gatos tranquilos y con poco interés por los juegos se les debe brindar la oportunidad de descubrir, trepar y jugar. El interior de una casa debe estar adaptado a las necesidades de los gatos que viven en ella para poder mantenerlos mentalmente en forma y felices, aunque no realicen ejercicios acrobáticos propiamente dichos.
Cada casa debe contar con al menos un rascador porque, aunque los gatos no muestren mucho interés por las diversas opciones para trepar, rascar forma parte de su comportamiento natural. Los mininos deben rascar para liberarse de las capas de uña muertas. Además, marcan su territorio a través de señas de arañazos y difunden un “olor de bienestar” a través de las glándulas odoríferas de sus patitas, siendo este imperceptible para los humanos. Los gatos que no disponen de un rascador, un poste o una tabla para rascar tarde o temprano acabarán haciendo uso de las esquinas de las habitaciones o de los muebles para desarrollar este instinto. Los rascadores no solo cubren la necesidad de rascar, sino también ofrecen opciones para trepar y una fantástica plataforma para observar lo que ocurre alrededor. A los gatos les encanta contemplar el mundo desde las alturas, por lo que también puedes colocar una hamaca para la ventana o para el radiador.
Su crianza es difícil, el periodo de gestación es de aproximadamente 64 días y la camada es de 1 a 6 gatitos. Los gatitos suelen separarse alrededor de los tres meses de la madre.
Es presumido por naturaleza, se trata de la raza de gatos con el carácter más tranquilo, sosegado y cariñoso. De naturaleza afable, congenia tanto con los humanos como con otros animales. Tiene un temperamento excepcionalmente apacible y doméstico que nunca ha conocido los instintos salvajes típicos de sus parientes felinos. Es tranquilo y se pasa la mayor parte del día durmiendo, con muchas horas diarias de sueño. Le gusta hacer ostentación de su belleza.
Esta especie felina puede tener un padecimiento conocido como enfermedad renal poliquística. Es una enfermedad genética y afecta a los riñones produciendo en estos numerosos quistes, los cuales pueden desencadenar con el paso del tiempo un fallo renal, por lo que es muy importante realizar un diagnóstico precoz. Uno o los dos riñones del gato desarrollan unos quistes llenos de líquido. Dichos quistes van creciendo y destruyendo el tejido sano que los rodea, llegando a afectar la función de estos órganos y desencadenado una insuficiencia renal irreversible.
Hay que tener especial cuidado con la alimentación de estos gatos cuando se les esteriliza, ya que tras la operación tienden a sufrir de sobrepeso. La obesidad en estos animales es muy grave.
Los gatos de pelo largo requieren un cuidado especial. Para evitar los nudos de pelo, los gatos persas deberían peinarse exhaustivamente cada día. Una vez que el pelo de estos gatos se enreda, es posible que solo pueda solucionarlo un veterinario. Durante la muda de pelo los gatos persas pierden una cantidad inmensa de su pelaje, aunque se les peine o cepille con regularidad. La pasta de malta y la hierba gatera contribuyen a expulsar de forma natural los pelos ingeridos y a prevenir las obstrucciones.
Debido a su nariz corta, es frecuente que los gatos persas necesiten ayuda para limpiarse la zona ocular y nasal. Normalmente, suele ser suficiente con un pañuelo húmedo, ya que el té de manzanilla o productos similares pueden irritar aún más la zona de los ojos. La cara plana de los gatos persas también requiere un alimento especial porque estos toman la comida principalmente con la lengua. La comida húmeda con una consistencia más pastosa suele ser más fácil de ingerir que la que contiene trozos grandes de carne.
Si prestas la atención suficiente a la higiene y a la alimentación del gato persa, tú también podrás disfrutar de estos adorables y cariñosos animales.
DRA. CARMEN BÁEZ
drabaez1@hotmail.es