José Juan Cervera
La relación entre los individuos y sus comunidades ha dado aliento a varias teorías sociológicas que fueron muy debatidas en décadas pasadas. Sin embargo, fuera de estos campos académicos, la crónica popular y los testimonios tradicionales conducen, con su palabra sencilla, destellos de una experiencia colectiva que se personifica en figuras memorables en su ámbito inmediato de influencia, pero que pueden ilustrar rasgos esenciales de la condición humana. Los libros que se nutren de estas fuentes adquieren un valor especial.
Los libros de Lorenzo Couoh Ku habitan las regiones de la empatía sustantiva y del entendimiento generalizado, y uno de ellos lo expone de manera muy directa: Personajes pintorescos de mi pueblo (Dzidzantún), en el que evoca a ocho gladiadores de la vida, quienes conforman una galería con cupo para momentos amargos e incluso incidentes trágicos, con regocijos y picardías que dan color a la convivencia diaria, la cual también impone su exigencia de esfuerzo constante para satisfacer necesidades materiales y espirituales.
Podría pensarse que esta obra se compone únicamente de anécdotas y de hechos curiosos, circunscritos a un interés local y familiar, sin más destino que la fugacidad del entretenimiento ligero. Un juicio emitido en estos términos pasaría por alto la riqueza de la cultura popular que se expresa en pasajes descriptivos de festejos comunitarios, sistemas de producción, actividades parroquiales, música tradicional, carnavales, tauromaquia, prácticas de consumo, sociedades coreográficas y otros elementos cuya recreación histórica afianza los lazos de las identidades regionales. A este repertorio podrían añadirse las aficiones deportivas, el uso de sobrenombres, los dichos y juegos de palabras, así como las relaciones entre localidades vecinas. El conocimiento de estos procesos favorece el desarrollo de un marco de referencia cultural sólido e inclusivo, con fuerza para enfrentar la proliferación de prejuicios burdos que impiden percibir la realidad en su diversidad fecunda.
Es claro que la posibilidad de extraer razonamientos etnológicos a partir de la lectura de un libro con estas características no es obstáculo para apreciar información que por sí misma es significativa, como la que se refiere a la llegada del primer aparato de televisión a Dzidzantún, o la existencia en este pueblo de un club de ajedrecistas. De este modo, resulta que los datos biográficos abren la puerta para conocer la vida cotidiana de una población en su conjunto.
Lorenzo Cohuo Ku es autor de otros libros que ponen de relieve su condición de cronista; además, ha editado varias publicaciones periódicas como Dzidzantún Informa, Ecos de la Costa y Avance Dzidzantún Yucatán. También preside la Unión de Escritores Comunitarios de Yucatán y es miembro de la Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán, organismos que mucho han logrado en sumar vocaciones y entusiasmo, labor que merece reconocimiento y estímulo.
Lorenzo Cohuo Ku. Personajes pintorescos de mi pueblo (Dzidzantún). Mérida, Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias-Maldonado Editores del Mayab, 2008, 110 pp.
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