Mascotas
Los perros necesitan su pelo para ayudar a la piel a cumplir con su función y protegerla, razón por la cual no deberíamos nunca cortarlo en exceso, ya que estaríamos exponiendo al animal a diversos problemas de salud. La piel del perro es muy fina, sensible y delicada, por lo que necesita de un pelaje para protegerla.
El pelo es imprescindible para ellos para evitar dejar expuesta la piel y prevenir el frío, el calor, infecciones, dermatitis, filtrar los rayos UV, y evitar agresiones mecánicas y químicas (arañazos, raspones, desgarros, contacto directo con productos tóxicos, etc.).
La principal función del pelo es la de proteger la piel. La piel es un órgano sensorial que cumple funciones metabólicas, sensitivas, termorreguladoras y de protección. La epidermis (capa exterior de la piel) de los perros tiene de 3 a 5 capas de células (la humana tiene de 10 a 15), dependiendo de la zona del cuerpo, la edad y de la raza. Los Shar Pei son los que tienen la piel más gruesa y los Caniche Toy y el Pinscher miniatura la más delgada, y no existe ninguna relación entre el tamaño del perro y el grosor de la piel.
El pelo de los perros está compuesto por queratina, una sustancia como estructura proteica que crece de los folículos situados en la capa profunda de la piel. Ellos están preparados para soportar cualquier condición climática, con las mudas se preparan para climas diferentes, aguantan el frío, el calor, la lluvia. Los pelos oscuros absorben el calor y calienta al animal; los pelos claros refractan el sol y mantiene al animal más fresco. Las razas sin pelo tienen poco o nada de éste y hay que tener mucho cuidado de proteger e hidratar su piel.
Los animales poseen dos tipos de pelo que nacen del mismo folículo (en el caso de los humanos solo hay un tipo) llamados pelo profundo y pelo protector. El pelo profundo es el manto inferior, está cerca de la piel y es suave y fino pero denso, actuando como aislante. El pelo protector está rodeado por seis o doce pelos profundos y conforma el manto superior. Es grueso y largo y su función es prevenir lesiones en la piel. también actúa como un aislante adicional y aparta el calor característico que tiene cada perro.
Pelo corto (1 a 4 cm.) — Este tipo de pelo es quizás el más fácil de mantener. Simplemente con un cepillado semanal y baños moderados lo mantendremos brillantes y sanos. Le bañaremos según la necesidad. Suele bastar con cepillados a profundidad con manoplas o cepillos de pelo natural para eliminar el pelo muerto.
Pelo semilargo — Es un pelo de cobertura semilargo, liso, sedoso y abundante, de aspecto brillante y muy suave. El pelo semilargo no es muy complicado de mantener. Basta con cepillarlo regularmente con una carda o un cepillo de púas. Y durante las dos épocas de muda de pelo anuales, conviene utilizar un rastrillo de púas metálicas.
Pelo largo — Este tipo de pelo cae durante todo el año, pero se acentúa concretamente dos veces al año: suele ser en primavera y otoño. El pelo largo es difícil de mantener. Requiere cepillados muy recuentes para evitar que el pelo se enrede.
Las razas de doble manto presentan una capa inferior de pelo suave (profundo) y una capa superficial más basta (pelo protector). El pelo profundo se encuentra lo más próximo a la piel posible, es especialmente suave y fino y actúa como un perfecto aislante gracias a su densidad. La principal función del pelo en el perro es la de proteger la piel, ya que ésta cumple diversas funciones metabólicas, sensitivas, termorreguladoras y de protección.
El pelo y la piel son dos de los principales indicadores externos de salud en un perro. En la mayoría de los casos, cuando el pelo no brilla es porque el perro está mal alimentado o enfermo. Sin la protección del pelo, muy probablemente el perro sufriría quemaduras como consecuencia de los rayos solares. Por este motivo jamás se debe rapar a máquina a ningún perro, ya que quedaría expuesto a las quemaduras solares y pasaría mucho más calor que cubierto con su pelaje natural.
Dra. Carmen Báez
drabaez1@hotmail.es
