Editorial
Mientras algunos buscamos ralentizar nuestras actividades de fin de año, en busca de reposo, tranquilidad y paz, otros aceleran las suyas, como podemos atestiguar por las hornadas de ciudadanos que abarrotan las calles y centros comerciales en estos días.
Todos, sin embargo, tenemos algo en común: deseamos festejar con nuestros seres queridos esta época del año, nos preparamos para crear recuerdos que nos enriquezcan y acompañen.
Las tradiciones de nuestra tierra incluyen en estas fechas la convivencia con familia y amistades, acompañados de viandas y bebidas, mientras agradecemos a través de esas reuniones finalizar un año más de vida, algunos presentes en persona y otros en espíritu, en el continuo devenir.
El protagonista en estas fechas es en ocasiones el menos aludido en esas reuniones, aquel que vino a mostrarnos que debemos tratar a nuestro prójimo como deseamos ser tratados, el que abogó por el monoteísmo, el que predicó el Amor: Jesús de Nazaret.
Algunas familias lo tienen muy presente, otras no tanto. Cada uno abreva de la religión que se propagó a partir de sus enseñanzas en la medida que lo desea o necesita.
Como fuera, nunca deja de ser agradable reunirnos con nuestros seres queridos en Navidad y acaso en ellos cumplir uno de esos dos mandamientos principales que el nazareno nos dejó.
Comienza también una etapa de reflexión e introspección cuyo resultado definirá nuestra estrategia personal para el año que se aproxima sobre nosotros.
Abunda la incertidumbre y el temor, apreciamos ominosas señas internas y externas…
Pero cada día tiene su propio afán, bien lo sabemos. Así que no tiene sentido preocuparse de más por el futuro cuando la vida se vive un día a la vez.
Busquemos reposo y alivio en los acogedores brazos de nuestras familias y disfrutemos a su lado, creando recuerdos inolvidables.
Que el Amor de Jesús renazca en sus corazones.
Todos los que formamos parte de Diario del Sureste deseamos a ustedes y a sus familias una muy Feliz Navidad.