Letras
Janitzio E. Durán Castillo
El pasado 15 de abril, en el teatro “Manuel Cepeda Peraza” de la UADY, y ante selecto público, se hizo la presentación de una nueva obra: “Felipe Carrillo Puerto, a través de la imaginación” cuyo autor, Jorge Sobrino Sierra, viene a sumar y enriquecer el enorme caudal de conocimientos y emociones que en torno a este líder y luchador social se han escrito hasta el día de hoy.
Justo es reconocer que el nuevo autor tiene la singularidad extraordinaria, que lo distingue en esta estupenda y ocurrente manera de escribir, algunas veces definida para otros en la Historiografía, y no menos para quienes buscan la interpretación de un símbolo. Un trabajo que traslada la imaginación a la búsqueda de una identidad propiciada para el entendimiento humano, es decir, la visión de un Felipe a través de siete importantes etapas de su vida que responden a la descripción de un hombre de carne y hueso, actuando en función de una vida sencilla y nítida, plasmada desde su niñez hasta el inaceptable sacrificio del que fue víctima. Jorge Sobrino logra romper anteriores intenciones descriptivas, rebasando la barrera que se hace del héroe al mito y estableciendo en una nueva regla interpretativa, la obligada idea y tarea de extraer el mito, para devolverle al personaje su condición profana.
Otro de los méritos de tan joven escritor coterráneo lo constituye un lenguaje accesible en su lectura e interpretación para niños, sobre todo de los mismos que emulan con su protagonismo cotidiano hoy en día en Yucatán inquietudes, sueños y aspiraciones todavía dentro de un mundo de injusticias irredentas, así como penetrantes para otras esferas sociales, por lo común olvidadas, como lo son campesinos y obreros, que por una marginación cultural intencionada permanecen sin acceso a este derecho natural, evitando que penetren en la profundidad de un tabú, riesgoso para quienes toca hacer nuevas políticas para ese valioso entendimiento humano dirigido a las mayorías.
Apuntes desde mi casa
Jorge Sobrino Sierra expresó en este evento, con la claridad deseada, que uno de sus propósitos es poder trascender con su aportación en la vida de los niños mayas –yendo a su encuentro en futuras visitas a los pueblos de Yucatán–, y de sus padres, con la intención de acercarlos al conocimiento de la imagen del prócer motuleño por serles seguramente desconocida en su esencia renovadora, entendiendo que esta personal y justa ambición del autor redime el viejo anhelo de Don Felipe, cuando manifiesta sus preocupaciones de arrancar de la ignorancia a sus hermanos, los indios mayas, y mediante la enseñanza y educación convertirlos en libres hacedores y protagonistas de su propio destino.
Los dibujos plasmados en cada uno de los relatos nutren y hacen congruentes imaginación y lectura, aportación estética invaluable salidas de un onírico despertar, que nos trasluce el pensamiento de nuestro origen y preocupaciones mayas.
A quienes nos agrada compartir estas actividades, escuchamos a viva voz la emoción de las palabras del antropólogo Carlos Villanueva Castillo, a quien tocó ser uno de los que prologaron esta obra. Entre otras, bien y como siempre, expresó:
“Somos el permanente resultado de una cultura mestiza, en el reclamo de una identidad con orígenes propios, en la historia de 500 años de opresión” y más. Pude leer en su presentación que en Felipe Carrillo Puerto penetró este axiomático principio masónico: “La liberación del hombre a través del conocimiento”, hoy, mañana y siempre vigente para el correcto aprendizaje a que están sometidos los hombres de libertad y de justicia.
Texto publicado en el periódico Por Esto! el 17 de abril de 1994.
