Gala Inaugural con éxito compartido
Previo a registrar nuestro comentario sobre este proyecto dancístico ambicioso en el Teatro Peón Contreras, agradecemos la gentileza de la directora de ese espacio a cuya benevolencia agradece este corresponsal nuestro acceso del sábado 30 de noviembre, que nos permitió ocupar un inmejorable lugar para cubrir el espectáculo vigoroso de un grupo de jóvenes valores yucatecos que mostró su calidad en la función inicial de “Danza de las Américas”, espectáculo a que hicimos alusión en amplia nota de nuestra edición de la semana anterior.
La SEDECULTA puede, con esta puesta en escena, enorgullecerse y a la vez tomar nota de las omisiones, como lo fue la carencia de programas de mano que, si es disculpable en proyectos particulares, no se justifica en presentaciones oficiales de este nivel. Con la omisión, se priva a los actores de conservar pruebas de sus actuaciones, y a los miles de asistentes de una memoria impresa de eventos oficiales que obtienen calidad de excelencia. Alimentar el olvido no favorece ni a los gobiernos ni a los funcionarios de Cultura.
Con grado de excelencia debe calificarse esta conjunción de esfuerzos de participantes, autoridades, impulsores, por quienes admiramos y aplaudimos con sinceras palmas, fuertes y duraderas, a los jóvenes en escena y al cuerpo de músicos, ubicados en la parte profunda del escenario tras un cortinaje traslúcido. Oportunas intervenciones del piano y las cuerdas matizaron cada parte del programa.
La Dirección Escénica fue acertada. Se observó en ella profesionalismo y experiencia, además de conocimiento de tiempos y movimientos.
El cuerpo de baile, jóvenes atletas de músculos definidos y danzarinas juveniles en zapatillas de punta y media punta, dio su máximo esfuerzo en la función inicial del sábado 30 de noviembre, denominada “Función de Gala Inaugural”.
Por algo más de dos horas, quienes estuvimos atentos a la presentación observamos la fortaleza de los elementos dancísticos de mujeres y hombres en una actuación profesional de muy alta calidad, y un ensamble perfecto entre presencia, entradas y salidas escénicas, compartidas de acuerdo con el programa, con tiempos, complejos movimientos de la danza, y el ensamble entre las partes del programa que tuvo como soporte obras musicales de artistas trascendentes de México, Brasil, Argentina y los Estados Unidos.
El Maestro James Kelly, coordinador dancístico, dejó huella de su calidad artística en el escenario del Teatro Peón Contreras.
La Orquesta Sinfónica de la Escuela Superior de Artes de Yucatán se ubicó a lo largo de la pared posterior del escenario, y desde ahí encaminó con sus notas el devenir dancístico sobre espacios frontales del escenario desde donde, al culminar cada actuación musical, recibían el aplauso del público, invitando a otorgarlo cada grupo de danzantes al final de cada número musical.
Del grupo dancístico debutante debe decirse que surgió en fecha reciente de una serie de audiciones individuales previas en otros espacios e incluso en el mismo teatro, donde los integrantes fueron probados uno a uno por expertos conocedores de danza clásica y contemporánea. Ello originó el ensamble perfecto que se requirió para esta producción de tan exigentes niveles de actuación.
El apoyo técnico en luces, cortinajes, cenitales, reflectores y demás fue cubierto por el personal técnico del Teatro Peón Contreras a cabalidad en todos los momentos: la presentación oficial, los avisos preventivos para inicio, la información histórica sobre el edificio y demás. El personal de edecanes acompañó y condujo a los asistentes a sus sitios asignados y atendió requerimientos del público, en su acceso y retiro del local.
El vestuario y las zapatillas fueron realizados por empresas yucatecas. El número final – “Rapsodia en Azul”, de George Gershwin– fue la apoteosis tanto musical como dancística. El diálogo de los instrumentos musicales, la voz individual de algunos de ellos, y el crescendo del gran final culminaron en aplauso total, el culmen del espectáculo, con todos los bailarines y músicos en escena y los directores de área participantes. Todos ellos recibieron el vendaval de aplausos que en justicia les prodigaron los asistentes.
Fue una noche memorable para la asistencia, participantes, organizadores, coordinadores, diseñadores, ensayadores, danzantes, autoridades culturales.
Ojalá puedan presentarse en ocasiones próximas otros espectáculos con esta misma calidad y nivel cultural.
Enhorabuena.
Luis Alvarado Alonzo