Muy a pesar de la mala selección del espacio adecuado para un espectáculo de tan alto nivel internacional, los catorce admirables actores de Grupo Trockadero, que actuaron con entrega total hacia el público, se cubrieron con la gloria de los aplausos en reconocimiento a su gran calidad artística.
Fue un llamado auditorio multiusos, sin instalaciones ni espacios escénicos de buen nivel, el local inapropiado donde, desde su diseño arquitectónico hasta sus reglas de uso para el público, el o los empresarios pensaron hacer el negocio de su vida en una sola función escenográficamente miserable, técnicamente incompleta y operativamente inadecuada.
Un escenario ancho, pero angosto para los actores, tuvo que aforarse para limitar el área escénica, que dudamos esté preparada o con carpeta antiderrapante para los bailes con zapatillas de punta, como fueron los que en todo momento utilizaron los actores danzantes de la Cía. Trockadero, en verdad digna de mejor suerte. Ante todos esos imponderables, su calidad y excelente preparación y técnica mantuvieron la hilaridad de un público habituado a teatro regional, pero no al de este nivel cultural.
Pasillos estrechos entre una fila de sillas y la siguiente, asientos pequeños y la inmovilidad consecuente fueron obstáculos para un disfrute pleno del carísimo evento.
Las actuaciones de cada uno de los 14 Trockaderos ganaron a pulso las simpatías y el gran aplauso final de un público que contó cada peldaño de subida o bajada hacia el inframundo que tuvo que recorrer hasta llegar al auditorio para presenciar el evento.
El programa incluyó: Lago de los Cisnes, la Muerte del Cisne, Danzas de festivales populares europeos y quizá algo más, porque no se hicieron programas de mano para uso y souvenir del público.
Bien por los calificados danzantes; censura merecida para los abusivos y desorganizados empresarios.
El Corresponsal Viajero
