Letras
ISIS JAZMÍN LÓPEZ
Despertaron con la respiración entrecortada y empapados en sudor. Aquellos hombres extraños que aparecieron en el jardín trasero desafiaban la lógica de todos sus estudios, pero también le aportaron un nuevo entendimiento del universo. Así comenzó la última de las oportunidades.
― ¿Qué tiempo es este? ― preguntó uno de ellos al despertar.
Eran las postrimerías de 1975, la ideología liberal vibraba con un ansia revolucionaria de coloridas banderas, proclamando amor y paz, desaprobando la autoridad y la guerra.
En el año de 1805, cuando todo comenzó, aquel ilustre caballero era un prominente pensador y científico de la Nueva España. Acompañado de su ayudante, decidió probar el vehículo construido con sumo cuidado, sin saber que traspasaría la barrera de la luz, viajando a través de los siglos.
Entre el vaivén de los días, cuando se conocieron mejor, ella le preguntó: «¿Se puede imaginar el futuro?». La respuesta fue desalentadora:
― Es más espeluznante. Vuestra idea de libertad dista con demasía de nuestro entendimiento.
Cuando se instalaron, descubrieron que el futuro no era como lo habían imaginado. Entre el mascullar de las juventudes al borde del estallido social, se daban cuenta que el tiempo solo era una estructura circular que repetía cíclicamente los eventos. Entonces le rogaron a ella que les ayudara a volver.
Ella se quedó en aquel fatídico año de 1835, al lado del profesor Hernández de Quevedo quien, después de tomarla por esposa, fue incapaz de reactivar el vehículo hasta su muerte.