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Perspectiva
Escape de la Realidad
“Nunca supe que tenía tanto por dar.
¡Cómo te engañan los tiempos difíciles!”
Escape, Journey
Cada uno de nosotros, por razones de sanidad mental, debe encontrar una manera de escaparse de la odiosa, agobiante, deprimente y machacante realidad que vivimos en nuestros días; lo anterior adquiere mucha más importancia cuando jumentos – con perdón de los jumentos – mal llamados políticos y funcionarios atentan contra nuestra tranquilidad de espíritu y conciencia con su diario accionar.
Mi segunda exposa sostuvo una constante batalla conmigo – que perdió, por cierto – catalogando mis libros y a mi música como “maneras de fugarme”. Argumentaba que mi afición de leer y escuchar música me hacía evadir mi realidad; solo dejó de pelear conmigo al respecto cuando se dio cuenta de que no estaba dispuesto a dejar de hacerlo, y cuando un especialista nos dijo a ambos, al ir a consultarlo sobre problemas de presión arterial que sufrí temporalmente, que me era necesario darme un espacio propio en el cual pudiera relajarme, y que eso curaría mi incipiente problema de presión. El doctor tuvo razón, ella no. Entre mis libros, mi música, las películas y el ejercicio he podido superar esa pequeña crisis de salud.
Algunos acuden al alcohol, otros a las drogas, unos más no toleran vivir bajo tanta presión y atentan contra sus vidas, muchas veces consiguiendo el escape definitivo. En mi caso, las letras y la música me ayudan a sobrellevar momentos difíciles, aunados a mi fe en que Dios nos reserva algo mejor, y que todo esto que sufrimos es temporal, que vienen tiempos mejores. No es mi intención llevar estas líneas por la vertiente religiosa, sino invitarles a darse momentos de sanidad mental que sean abundantes y les ayuden en estos atribulados tiempos.
Semana tras semana, los contenidos en el Diario del Sureste bordan muy diversos temas, todos orientados a acrecentar la cultura, todos abonan al conocimiento, a superar nuestras fronteras conocidas, todos brindan un remanso de paz en el cual se puede abrevar y descansar unos momentos. Esa es la intención de todos los que colaboramos: invitarles a reflexionar, a conocer algo que tal vez no conocían, compartir con ustedes algo que consideremos importante, incrementar nuestro nivel cultural como sociedad, como país.
De la misma manera, la invitación a que ustedes colaboren también está siempre abierta. Tan solo envíen sus colaboraciones a cualquiera de los que colaboramos, o usen el formulario de contacto que se encuentra en la parte superior del menú en nuestra página principal, e incluso pudieran informarnos a través de nuestras redes sociales: Facebook y Tweeter.
Nos hacen un gran favor cada vez que nos leen, y nos hacen uno aún más grande cuando comparten nuestras colaboraciones con todos sus conocidos. Mientras más cultura tengamos como país, más pronto acabaremos con los nefastos de toda la vida, más preparados estaremos para acceder a mejores condiciones de vida y de interacción comunitaria en bien de todos.
Nos corresponde a nosotros, los adultos de hoy, abonar para el bienestar de nuestros hijos mañana. Para ello, sugiero fomentar en ellos valores que nos enaltezcan, que nos hagan mejores. Cultivar las artes, el espíritu y el organismo deben de ser tareas cotidianas. Leamos con ellos, escuchemos música juntos, veamos una película juntos, comentemos y comuniquémonos con ellos pidiéndoles su opinión, conozcamos su manera de pensar, observemos y, cuando sea necesario, corrijamos lo que sea menester corregir. Esa debe ser la rutina diaria.
Desde esta perspectiva, tomemos un descanso diario de la podredumbre que nos rodea, hagámoslo sanamente y, de ser posible, invitemos a nuestra familia a que también lo haga. Mantengamos un ojo vigilante todo el tiempo, para evitar que los de siempre nos sigan viendo la cara, pero también para asegurarnos de que no nos carguemos de tanta negatividad que existe a nuestro alrededor. Antes bien, una manera de iluminar el camino es prestar atención a los que nos rodean, practicar acciones de bien. Así, una acción a la vez, podremos ir transformándonos, y a los demás.
S. Alvarado D.
