Letras
José Juan Cervera
Es frecuente que un rótulo pomposo exhiba una trivialidad desorbitada.
Cuando alguien despierta la atención del mundo, nadie deja pasar la oportunidad de clasificarlo arbitrariamente.
Las taxonomías abonan la pereza de hallar nuevos ángulos para las apariencias crecidas en ramificaciones desbordadas.
Vale más acomodarse en un casillero que deformar hasta el límite una figura ligeramente retorcida.
Pese a sus deslices, el Estagirita sigue siendo más grande que la suma de todos sus hijos putativos.
Abre tu cajón de rutinas para hospedar los rigores de un nuevo desconcierto.
Memoriza tu ficha descriptiva para iniciar un diálogo absurdo con el eco de tus clasificadores.
Arroja una mirada perdida a tus vecinos de gabinete, que dejarán de saber de sí mismos en la justa proporción de su incapacidad de reconocerse en ti.
Procura que una etiqueta enmarcada en descripciones exhaustivas cubra el rostro de tu alma indescifrable.
Vive feliz en el mundo de las sombras que se disfrazan de colores encendidos…