Opinión
Pedro Escamilla
La Inversión es una variable macroeconómica muy importante para la creación de riqueza, empleo, ingresos; su dinámica, sobre todo si es creciente, genera un círculo virtuoso multifactorial en los ámbitos económicos, sociales y políticos. Lo importante de esta variable es que esté acompañada de políticas públicas que sienten condiciones para desarrollos armónicos e igualitarios.
Esta reflexión se da en momentos cruciales e importantes en la zona sureste del país: se están llevando a cabo inversiones públicas como son la creación del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Tren interoceánico. Tradicionalmente esta zona ha crecido marginalmente, desigual con respecto a la zona centro y norte del país.
Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., en un estudio realizado por esa organización, muestran que tradicionalmente han sido la zona centro y norte del país las que más han recibido IED (inversión extranjera directa). En el primer trimestre del 2021 la ciudad de México recibió el 18%, Baja California el 9%, Nuevo León el 8%, Chihuahua el 6 y Guanajuato el 6%; del total de inversión para el país, el 47% se fue para esas zonas.
En la región sureste que abarca la Península de Yucatán –comprendida por los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo–, Chiapas y Tabasco los recursos naturales abundan –ríos, cenotes, flora y fauna diversa, abundante población con profundas raíces indígenas–, además de ser cuna de una de las civilizaciones precolombinas más significativas por sus proezas arqueológicas y descubrimientos científicos: la civilización maya.
Sin embargo, esta región es la que menos inversión ha recibido históricamente, pobre infraestructura con las consecuencias económicas de marginalidad, pobreza y enormes desigualdades.
La puesta en marcha del Tren Maya se convierte en un componente de suma importancia como dinámica de desarrollo para la región; los empleos directos e indirectos que está generando son de apoyo enorme para dinamizar la demanda agregada de la zona, lo que traerá como consecuencia polos de desarrollo en zonas estratégicas del estado de Campeche, como son Escárcega, Champotón y la misma ciudad de Campeche. Atraerá un mayor flujo de turismo a la zona de la Riviera Maya del estado de Quintana Roo, Palenque del estado de Chiapas y las zonas arqueológicas de Uxmal, Chichen Itzá, Dzibilchaltún, del estado de Yucatán, y Calakmul, del estado de Campeche.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, esta inversión es importante siempre y cuando esté acompañada de políticas públicas que sienten condiciones para desarrollos armónicos e igualitarios.
No se trata que todo este mercado potencial quede en manos del gran capital, nacional e internacional, y que la población de esta región se convierta en una excelente oferta de trabajo barata para las grandes empresas, sino de dar oportunidades a esa población creando organizaciones empresariales, sí, pero con contenido social. Estas organizaciones pueden ser cooperativas, Sociedades de producción Rural que cuenten con financiamiento a tasas de interés blandas, periodos de gracia, condiciones de garantía generosas para el financiamiento; que puedan asegurar el otorgamiento de los créditos necesarios para la generación de actividades de esas organizaciones y, sobre todo, que sienten las bases para capitalizarse.
Hay que considerar también la enorme importancia de mantener el equilibrio ecológico de la zona y no generar un crecimiento económico a costa de desequilibrar el medio ambiente, la flora y la fauna.
Para ello se propone que esas organizaciones realicen actividades económicas amigables al medio ambiente (turismo ecológico, de sendero); hacerle ver al turismo que desee visitar la región que la zona sureste no solo es Cancún, la Riviera maya y las zonas arqueológicas, sino que es importante que disfrute la cultura milenaria de la población, la enorme riqueza de su medio ambiente; que el visitante disfrute y tome conciencia de que se pueden llevar a cabo actividades amigables al entorno ecológico, creando de esa manera círculos virtuosos que permitan desarrollo económico, empleos y protección al medioambiente.
La puesta en marcha con la inauguración del Tren Maya se dio en fecha reciente y los cambios se están dando.
El Banco de México, BANXICO, publicó recientemente (15 de diciembre) su Reporte sobre las Economías Regionales, julio –septiembre 2023. Este reporte la Junta de Gobierno de BANXICO lo considera útil para analizar la situación económica actual y para la elaboración de pronósticos.
Revisando la información y las gráficas se observa que a partir del 2020 la economía en general ha estado en crecimiento. Sin embargo, destaca la región sur como la que más ha crecido en el 2023; la causa son las inversiones en infraestructura como son la refinería de Dos Bocas, El Tren Maya y el Tren interoceánico. Estas obras de infraestructura del gobierno federal crearán las condiciones para que, como complemento, la inversión privada se posicione en el sureste del país.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, se deben dar oportunidades a la población creando organizaciones empresariales. En particular, el Tren Maya en su recorrido peninsular deberá de motivar e incentivar la creatividad de los pobladores de la región para integrarse a los mercados, a los polos de desarrollo de ciudades como Mérida, Cancún, Campeche.
Ideas hay muchas: pueden surgir corrientes de turismo para el anillo de cenotes en la zona de Homún, Yucatán, junto con la venta de artesanías, la promoción de la cultura y la gastronomía de la región. En fin, hay muchas expectativas, pero aquí es importante generar el binomio virtuoso: población con creatividad y oportunidades de financiamiento, como ya se mencionó. Eso solo lo puede generar el Estado de Bienestar, creando oportunidades para esa población del sureste ávida de opciones para salir de la pobreza.
Veremos.
Fuente BANXICO
