Atisbando en los Recuerdos
JOSÉ RUIZ ELCORO E HIRAM GARCÍA
Al caminar desde el Malecón por la Ave. Prado –que considero la de mayor historia y hermosura en La Habana por muchísimas razones–, ahí está el Centro Libanés, con la mejor comida libanesa. Me llevó el cantante de ópera en la tesitura de bajo Nelson Ayub, quien cantó en Mérida en el teatro “Peón Contreras” con ocho compañeros de la Ópera de Cuba con quienes mantengo relaciones hasta la fecha.
Se encuentra también la Casa de los Casamientos, con seis salas de diferentes estilos en las que se dan conciertos los domingos. Ahí cruzan las calles de Prado y Neptuno, donde se paraba “La Engañadora” de Jorrín.
En esa misma esquina está la Academia de Esgrima de Cuba y el local de Gimnasia Rítmica –donde entrené a un grupo de niñas de 9 años en promedio–; contra esquina se encuentra la Asociación de Artes Marciales de Cuba, con su Director el artemarcialista Dimas Juantorena –hermano de Juan Alberto Juantorena, el “Caballo de Hierro”, Director del INDE– con quien formalizamos un intercambio deportivo, el primero con la maestra Socorro Cerón, con el que subió nuestro nivel competitivo a Juegos Nacionales, Centroamericanos, Panamericanos y ahora tenemos material humano a nivel Olímpico en el campo de las Artes Marciales. Viajamos los representantes en Yucatán del Instituto Nacional del Deporte (INDDR), presidido por Victor Alayola Rosas, y el que escribe como Coordinador General del Deporte en Yucatán. Nos dimos un baño de cultura deportiva y musical, pues era la Semana del Teatro en La Habana; nos llevaron a ver “Bodas de Sangre” de Lorca en el Gran Teatro de La Habana. En esa época -1996-, preparamos a los cintas negras cubanos para ser entrenadores de Tae Kwan Do, que ya era considerado como deporte Panamericano y Olímpico. Ricardo Lavadores y su servidor, Presidente y Secretario de la Asociación de Tae Kwan Do del Sureste de México, firmamos los convenios para estos importantes intercambios deportivos con Cuba.
La referencia para “Atisbar el Recuerdo” es el Teatro Tacón.
El Gran Teatro de la Habana fue construido en 1837 bajo el auspicio del Gobernador Don Miguel Tacón, siendo ese el origen de su primer nombre: “Teatro Tacón”. Más tarde fue llamado Teatro Don Tomás Estrada Palma, después Teatro Nacional; a continuación, Teatro García Lorca, y posteriormente Gran Teatro de la Habana “Alicia Alonso”.
Al construirse la sede del Centro Gallego, ya en el Siglo XX, el teatro se insertó en este magnífico palacio situado en el Paseo del Prado.
Fuentes