Libros
Agradablemente entretenido con Todo lo que muere, la primera aventura del detective privado Charlie Parker, homónimo del famoso saxofonista, encontré su segundo libro de manera totalmente casual, al estar revisando libros con mi xtup en una Librería Dante. Había sido menospreciado por muchos y estaba en el grupo de libros rebajados.
El título es El poder de las tinieblas y, si bien la primera aventura y el estilo literario de John Connolly me resultaron muy satisfactorios, este segundo episodio detectivesco resultó igual de interesante o incluso un poco más, al estar familiarizado con sus amigos y ayudantes Ángel y Louis, y al revelarme el tipo de persona –metódico, un poco cínico, muy observador y ciertamente implacable– que es Charlie Parker.
Un aparente secuestro se sale de sus caudales y finaliza en una balacera en medio de la noche. Poco después, aún agobiado con el recuerdo de su fallecida esposa e hija, Charlie decide hacer un favor a una joven mujer, a punto de divorciarse y con un pequeño hijo: ir a cobrarle el dinero de la manutención a su marido.
Billy Purdue, que así se llama el marido, está a punto de matar a Charlie y solo se detiene cuando lo escucha decir que fue por el dinero porque de otra manera tanto Rita como Donald morirán, pues no cuentan con recursos para sobrevivir. Billy entonces le entrega unos billetes a Charlie para que le haga llegar a Rita.
Dos días después, tanto Rita como Donald han muerto de manera violenta, y Charlie sospecha que Billy tuvo algo que ver con ello, emprendiendo su búsqueda, para entregarlo a las autoridades.
Pero no es Charlie el único que desea localizar a Billy, sino también criminales a quienes Billy ha esquilmado con el dinero de un golpe, el secuestro del inicio, que nunca les entregó; algunos de esos billetes fueron los que recibió Rita, sellando con ello su fatal destino y el de su hijo.
Esos criminales no se detendrán ante nada con tal de recuperar su dinero, y Charlie va lentamente descubriendo que el lío en que Billy está metido también puede costarle la vida, pues lo creen coludido con él.
John Connolly nos guía con habilidad a través del sórdido ambiente de los prestamistas de dinero, de los asesinos a sueldo para, a través del relato de Charlie, brindarnos una mirada a los rincones oscuros del ser humano, con personajes que estremecen por su brutalidad y saña, y también con algunos que se comportan en el filo de la navaja y que, por lo mismo, es difícil calificar como villanos, pero que definitivamente no son héroes.
Pero Connolly no se detiene en contar únicamente esa historia. Las pesquisas de Charlie lo obligan a mirar en un caso “frío” que su abuelo investigó sin éxito: un asesino serial que nunca fue atrapado e hizo de los bosques de Maine su escondite y el lugar de sus crímenes.
En sus afanes de encontrar a Billy, Charlie se encuentra entonces con la única mujer, antes de su fallecida esposa, con la que entabló una relación de amor, aunque revestida de complejidad: ella estaba casada, con el jefe de la policía.
Los sentimientos del pasado afloran entre ambos, justo cuando Charlie parece estar progresando en su investigación, y el marido lo sabe. Y los asesinos lo saben también…
El poder de las tinieblas, escrito por Connolly en el 2000 y titulado en inglés Dark Hollow, por el nombre del poblado de Maine donde ocurre la mayor parte de la acción, es una emocionante carrera contra el tiempo, contra los elementos, y también un retrato del horror de las acciones violentas que algunos pueden infligir sobre inocentes con el fin de lograr sus fines.
Un muy satisfactorio libro que merece su lugar en cualquier biblioteca.
S. Alvarado D.