Visitas: 0
Letras
Rut Treviño*
Mientras cuchareaba mi comida una y otra vez, sentía su mirada sobre mí y pensaba: «Este no es el indicado.» Después de meses de salir, no me había regalado rosas en ninguna ocasión.
Tras tomarme un tiempo para mí, un compañero del trabajo llegó con rosas a pedirme una oportunidad y le dije que sí; pasados unos meses, no me invitaba a viajar así que no: él tampoco era el indicado.
Después de él, creí haber encontrado a la persona perfecta. Llevábamos dos años saliendo, habíamos viajado por lugares hermosos, pero nunca me invitó a ningún concierto de rock; definitivamente tampoco era con quien debía quedarme.
Por último, duré siete años con quien me llevaba a lugares reservados de mis bandas favoritas, me divertía con él y entre nosotros había química, pero no era lo suficientemente guapo para ser el indicado. Por eso terminamos.
Después de una mala comida, cuando la intoxicación no tuvo remedio y mis días llegaron a su fin, nadie reclamó mi cuerpo en la morgue, nadie supo de mi terrible final. Después de tanto esperar a que llegara el indicado, ninguno fue quien llenó mis vacíos.
*Matamoros, Tamaulipas. 2002. Estudiante de la Licenciatura en Psicología. Ha publicado diferentes textos narrativos y líricos en revistas digitales como “delatripa”, “Nudo gordiano” “La coyol revista” y “La sílaba”. También en sitios web como “Elipsis blog literario”, “Cósmica fanzine” y “Sombra del aire”. Es parte de la antología “Un cuento inesperado en México” de la editorial Elipsis. c.e. ailindelamora@gmail.com