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El Danzón en México – VII

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Entre Corcheas

“ANTECEDENTES INMEDIATOS”

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

A mayor abundamiento sobre los antecedentes del Danzón, sabemos que la habanera es un antecedente inmediato de gran importancia, puesto que de ella surgen diversos géneros maestros (y lo que es de mayor importancia, tres “géneros nacionales”: el danzón, la canción y el tango). Los historiadores ubican la habanera como una forma musical de mediados del siglo XIX.

Pude conversar mucho sobre este tópico con varios grandes de la música cubana: María Teresa Linares, una gran conocedora; Joaquín Mendive, quién musicó mi poema “Guantanamera Maravillosa” estrenado en el Teatro “Guaso” en la ciudad de Guantánamo, durante el Festival Internacional de Tríos “Cantares de América”; con el maestro Elio Orovio en las tertulias musicales en su casa en Guira de Melena; con Enrique Monier, director de orquesta, y en Marianao con Félix Guerrero, el director de orquesta sinfónica y por muchos años arreglista exclusivo en Nueva York de André Kostelanetz y  su esposa, la cantante de ópera de concierto Lucy Provedo.

Y qué decir de nuestro colaborador, el musicólogo José Ruiz Elcoro, que escribió uno de los danzones clásicos de larga duración para concierto que tituló simplemente “DANZÓN”, o de mis compañeros de música y lucha Eduardo Ramos, director de la Banda de Música de La Habana y el Dr. José Loyola Fernández, Vicepresidente Primero de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, miembro del Buró Político y colaborador del Diario del Sureste a quienes debo me hubieran abierto las puertas del mundo cultural cubano; y mi hermano masón y Lic. en derecho y periodismo Humberto Rodríguez Manso, que escribió el libro “México en Guillén”, de quien reseñé sus dos visitas a Mérida y las clases de literatura y poesía que nos impartió en sesiones de más de tres horas en el café “Peón Conteras” en el teatro del mismo nombre.

Mi gratitud a los mencionados y a los que ahora ocupan su columna en el Eterno Oriente.

Se sostiene que las primeras contradanzas fueron transportadas de Haití a Cuba y son un injerto de la Country Dance, danza campestre inglesa que adquirió su aire característico hasta convertirse en la mundial Danza Habanera; constaron de cuatro partes hasta que quedaron reducidas a dos, bailándose en figuras por cuadrillas. Aunque Manuel Saumell Robledo es considerado el padre de la contradanza cubana, Ignacio Cervantes fue el que dejó en México una honda huella a este respecto. Después de un exilio en Estados Unidos regresó a Cuba y, posteriormente a México, cerca del 1900, donde produjo una buena cantidad de danzas que influyeron en el modo de los compositores mexicanos como Felipe Villanueva, Ernesto Elourduy, Arcadio Zúñiga y Alfredo Carrasco.

En muchas de las piezas para piano de Villanueva, su dependencia de los modelos cubanos es obvia. Coinciden por el contenido musical de las dos partes. Con frecuencia la primera tiene un carácter de mera introducción. La segunda parte, en cambio, es más contemplativa, lánguida, de tempo rubato y «tropical», y da lugar a las combinaciones rítmicas más originales. En este aspecto, como también en la mayor soltura modulatoria, Villanueva supera a Saumell, como es natural en un compositor de la generación siguiente y tiene más contactos espirituales con el continuador del género cubano, Ignacio Cervantes.

La contradanza cubana entre la clase alta de La Habana. Fuente: Archivo AHGA.

La contradanza fue tomando un lugar importante en los gustos mexicanos de la música y las danzas pero, como todos los bailes, este tiene sus formas que para la sociedad deben interpretarse de acuerdo con la moral y las buenas costumbres. En todas las tertulias porfirianas, la clase acomodada mantenía las mismas formas arcaicas de 1858.

De esta manera, tenemos dos elementos que conformarán la primera etapa de la presencia del Danzón en México, que va de 1880 a 1913, aproximadamente. Por un lado, la partitura pianística que será el vehículo de transmisión masiva y, por el otro, las normas sociales que impedirán su proliferación abierta, reduciéndolo a lugares donde se pueda «relajar la moral y las buenas costumbres».

La Rumba Francesa en el Oriente de Cuba, que terminó en contradanza. Fuente: Archivo AHGA.
Danza y contradanza en el siglo XIX. Fuente: Archivo AHGA.

Fuentes

El Danzón en México: 130 aniversario del danzón (eldanzonenmexico.blogspot.com)

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