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El Danzón en México – IX

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Entre Corcheas

Consejo Valiente Roberts, “Acerina”, dirigiendo su orquesta desde sus timbales, fue un icono cubano en suelo azteca. Fuente: Archivo AHGA.

IX

“CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIO-CULTURAL DEL SURGIMIENTO DE SALÓN MÉXICO”

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

“En ocasiones es necesario profundizar algunos aspectos históricos para sustentar el pensamiento. Las bases de nuestra sociedad radican en su historia y la evolución de la misma. Se baila porque se siente, porque se trabaja, porque el cuerpo necesita “deshacer el entuerto” de la inmovilidad. Al bailar brota más impunemente, en su manera más pura, nuestra propia naturaleza, la propia naturaleza de cada clase social.

“La danza ha sido un fiel acompañante de la historia de la humanidad, expresando a través de ella, muy en el fondo y quizá subjetivamente, una forma de vida, pensamientos e ideas propias de cada época.

“En México se ha constituido, a través de los siglos, como una excelente muestra de la cultura popular, “porque de esta ha surgido esencialmente”.

“La danza en México entre los últimos siglos, prácticamente dentro de la última fase de nuestra historia, ha experimentado profundos cambios, quizás los más significativos, abarcando sucesos trascendentales como la Independencia y la Revolución, hechos que vinieron a constituir la actualidad del mexicano en todos los sentidos, ha descubierto nuevos horizontes y ha encontrado un cauce en especial.  La danza es ahora más sociable, es un acto liberador.

“En ocasiones surge simplemente (la danza) porque no hay más remedio, porque el cuerpo ordena, azuzado por su energía interna… pero a lo largo de la historia mexicana es posible detectar circunstancias en la que no hay otro conducto, sino la danza para reaccionar en contra de condiciones sociales adversas.”

Un sábado de danzón en el Zócalo capitalino, cuando había un quiosco para la Banda de Música; antes lo conocí a finales de los treinta jardinado, con palmeras de dátiles y baños por debajo de los jardines y fuente. Fuente: Archivo AHGA.

El Danzón deja una huella imborrable, para hacerse más popular y entra al contexto histórico, socio cultural del surgimiento del Danzón y del Salón México.

“Los años posteriores a la revolución de 1910-1920 vieron desarrollarse en el campo cultural, por un lado, un fenomenal auge de los aparatos culturales nacidos de la empresa privada vinculada a la pequeña burguesía naciente con el capital transnacional, y por el otro, un esfuerzo voluntarista del Estado que, con el báculo nacionalismo educativo y cultural deseaba forjar una nueva Identidad Nacional Revolucionaria en México.

“Sin embargo, como ocurre en el campo de los medios masivos, el modelo de la cultura popular de carácter privado se instala antes de que la política estatal se consolide en el campo cultural.

Al inicio de los años 20, México se encontraba en plena efervescencia. La desilusión respecto de una Europa devastada por la guerra se recompensaba en gran medida con el orgullo de haber vivido la primera revolución del Siglo y de mantenerla con vida.

“La élite intelectual había dejado la admiración francófila que reinaba en la época del Porfiriato y se comprometía en lo sucesivo con una ardiente búsqueda de la esencia nacional.

Imagen de un baile en el Porfiriato. Ilustración de Antonio Barberena.

“El mejor ejemplo de esta premisa es el surgimiento de las danzas populares en los primeros años del siglo XX, puesto que son para el mexicano una posibilidad de desinhibición, una efímera incursión en la libertad.

“Las danzas populares, cargadas de peculiaridad, determinan en rumbo de una nueva forma de bailar hasta nuestros días, auténtica copia de la realidad e idiosincrasia del mexicano.

“En la época posrevolucionaria, la danza encuentra su regocijo y expansión en estas clases populares, “la Clase Media”, que no era más que el lenguaje de su situación de vida.

“Dentro de este margen histórico social y cultural, salía a la historia para someterla a sus impulsos un sitio que será un parte-aguas para el desarrollo de la danza y el danzón en México, significaría una nueva era y una nueva forma de vivir; una nueva forma de expresar y convivir…una nueva forma de bailar; allí se encontraba la realidad del mexicano: “Salón México”, La Catedral del baile urbano” donde transitaron los ritmos bailables más populares durante cuarenta años, a partir de su inauguración en 1920.”

Yo llegué en 1936 a la Ciudad de México, a los 25 días de nacido, para establecernos en la macro capital de la República Mexicana, por lo cual algunas cosas que transcribo las tuve por referencia familiar, lectura histórica, y recuerdos de una gloriosa niñez dentro del mundo de la música, la poesía y la cultura en general dadas las formaciones profesionales de mis padres. Alfonso, egresado del Ateneo Peninsular en la generación del 26 en la Ciudad de Mérida, actor y declamador; mi madre Margarita, políglota, violinista y pianista y en la gran ciudad. Mi padre, después de su trabajo en el staff de Neguib Simón, tenía programas en la radio de “La Voz de América Latina desde México”, la XEW; mi madre y mi tía abuela Felipa me enseñaron las letras y las notas. A los cinco años estaba sentado en un piano con mi maestra Guadalupe Rey, que me formó hasta mi primer concierto en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de la Bellas Artes, interpretando música de Schumann.

“El Salón México fue un símbolo de la clase media, la clase más importante, la clase héroe del país, la que da sentido a la cultura mexicana, la que define y masifica las costumbres, y que ahora con ese nuevo suceso haría lo mismo: lo haría suyo, lo haría magno y popular.

“En el Salón México se encontraba un valor especial: simplemente un país, México, con sus estratos sociales disparados, en vías de organización, con ambiciones, con aspiraciones a la riqueza y la fama, representado en un Salón, en una forma de hacer danza. Salón México marcaba la apertura de una evolución en el campo de la danza escénica y la presencia del género caribeño de la Antilla Mayor, el danzón; y el baile, ha protagonizado el inicio de una época bailable.

Por las maravillas que ahí transcurren, por las divisiones que ahí se esconden, por sus historias que ahí se escribieron y por su trascendencia que ha logrado, “Salón México”, es el tema que aborda la presente investigación, y que forma parte de este proyecto que se viene presentando por capítulos semanales -los viernes- en el Diario del Sureste, “EL DANZÓN EN MÉXICO”.

Orquesta en la vida cotidiana del Porfiriato. Fuente: Archivo AHGA.
Amor en uno de las Salones de baile del “Salón México” Fuente: Enrique Rocha.

Fuentes

https://sites.google.com/site/laredanzaudg/la-danza-en-mexico/popular/salon-mexico

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