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Marcelo Tobar es un cineasta mexicano egresado de Vancouver Film School. Ha trabajado como guionista para series de televisión, y dirigido videoclips. Su filmografía como realizador incluye: Dos mil metros (sobre el nivel del mar) (2008), Asteroide (2014) y El club de los idealistas (2020).
Está sumamente orgulloso de haber logrado crear una comedia mexicana diferente con “El Club de los idealistas”, que recién se estrenó este 24 de septiembre. Este es un filme que busca crear empatía con un público ávido por producciones con mayor profundidad y frescura.
Aseguró que, aunque fue difícil tomar la decisión de llegar a las salas de cine en este tan atropellado 2020 con su película, está feliz de ser parte de quienes toman los retos y apoyan al cine.
«Tuvimos que elegir entre ser de los que tienen miedo y esperar a la segura al 2021, o aliarnos con Cinépolis, porque si queremos que la gente vuelva a las salas y cuidar nuestra industria y la experiencia cinematográfica, tienes que estrenar películas,» aseguró Tobar a Diario del Sureste.
«El club de los idealistas» narra la historia de siete amigos que se reúnen para recordar viejos tiempos. Solo uno de ellos ha logrado cumplir el sueño de todos, llevar una vida tranquila en el campo en espera de algún día compartir el espacio con sus mejores amigos. Sin embargo, ya no tienen 20 años y el tiempo los ha cambiado mucho.
«El club de los idealistas» es protagonizada por Nailea Norvind («Julia vs Julia», 2019), Tiaré Scanda («El callejón de los milagros», 1995), Claudia Ramírez («Solo con tu pareja», 1991), Andrés Palacios («Imperio de mentiras», 2020), Yolanda Ventura («Rosario Tijeras 2», 2018), Tomás Rojas («Falco», 2018) y Juan Pablo Medina.
Grabada en Valle de Bravo, en el céntrico Estado de México, sus personajes entablaron una relación muy cercana, visible en la pantalla, resultado de las seis semanas que los actores y el equipo de producción convivieron.
Según el director, esto fue esencial para que existiera la proximidad necesaria entre los actores y pudiera ser creíble para los espectadores.
«Procuramos mucho que esta química entre los actores fuera lo más protegido de la película,» explicó la productora Elsa Reyes, quien aseguró que no hubo grandes complicaciones en la filmación de esta que representa su tercera participación junto a Marcelo Tobar. Ella llegó en la parte final de su segundo filme, “Asteroide”, para hacerse cargo de la distribución y exhibición, después fue la productora de “Oso Polar”, y ahora también lo es de “El Club de los idealistas”.
¿De qué va el “Club de los Idealistas”?
Emprendimos el experimento de hacer una comedia mexicana distinta. Por las reacciones que he tenido de la gente creo lo logramos. Estamos en tiempos en que la comedia es muy necesaria, la gente pide comedias que puedan tener más profundidad. Es sobre un grupo de siete amigos universitarios que compran unos terrenos y que 27 años después se reúnen para inaugurar la casa rural donde pactaron jubilarse algún día.
¿Cómo seleccionaste el reparto?
El cincuenta por ciento del trabajo de un director es la elección del elenco. Debes tener un guion que los convenza, que les emocione. Aquí la idea era plantear un elenco que fuera como una reunión generacional de actores también, que a la audiencia le significara ver el poster como una reunión de amigos, porque de eso va la película. Entonces vemos a estos actores que se reúnen y decimos: “Ah, los conozco perfectamente, llevo toda mi vida viviendo con ellos.”
¿Estás innovando la forma de hacer comedia?
Con todo el bagaje que he aprendido en el oficio, haciendo cine de autor, cine independiente, encontré muchas herramientas que funcionan increíble para crear atmósfera, crear emoción, crear verdad. Eso fue lo que hicimos con este experimento de comedia que es “El Club de los idealistas”.
¿Qué dirías a los amantes del cine?
Que se den la oportunidad de ir a verla quienes buscamos propuestas que no sean tan desechables, tan sin formula. Démonos chance de ir a verla. Siempre decimos “por qué no hacen alguna”; si cuando sale una no la vamos a ver, entonces por qué nos quejamos.
RICARDO PAT
