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El arte y el hechizo de los brujos mayas – VI

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VI

RELATOS SOBRE CASOS DE EMBRUJOS MAYAS

EL KA KAS BAAL

(La cosa del mal)

Como escribiera el gran poeta, historiador y novelista Luis Rosado Vega, se dice lo siguiente:

Desde que se tiene memoria en el Mayab, existió entre los hombres de esa civilización milenaria un ser maligno llamado Ka Kasbaal, que tenía el poder de transformarse en perro, gato, murciélago, cerdo, venado o culebra para andar en pueblos, villas y haciendas causando maldad.

Según las doctrinas, leyendas o costumbres que consideramos en nuestra recopilación, se dice que el Ka Kasbaal era un ser amorfo, sin rostro, y que cuando alguien tenía la desgracia de toparse con él, la presencia de éste parecía emerger de la tierra o del viento y, asimismo, desaparecía ante los ojos de los que veían este engendro del mal.

El Ka Kasbaal siempre buscaba al indígena para inducirlo y causarle mal, principalmente en las noches de luna llena, cuando su tétrica y espeluznante figura o sombra se dejaba sentir y proyectar en esa luminiscencia de los árboles iluminados por los rayos lunares en las noches húmedas del trópico maya.

La luna llena siempre ha sido uno de los fenómenos celestes y mutantes más importantes de la vida ritualista de los mayas. Bajo su nítida luz, las antorchas y pebeteros que iluminaban los templos mayas se apagaban para dar paso y obediencia a esa esplendorosa luminosidad que convertía las noches en días claros y brillantes y daba luz de día a las festividades y ritos más resonantes en los templos y altares de los dioses; que en distinta forma regían la vida ceremonial y religiosa en esas ciudades mayas.

Así, perdidos en el frenesí de sus danzas, invocaciones y borracheras, los mayas no olvidaban, y temblaban al recordar que él o su familia podían ser presa del engaño o maldad de ese ser espeluznante que había perturbado el mundo maya.

El poeta y escritor don Luis Rosado Vega, quien es el más ameno narrador sobre la historia, novelas, cuentos y leyendas de los mayas, nos deja en uno de sus escritos en relación al Ka Kasbaal un relato que precisa:

“Se cuenta que, en cierta noche, un indio que vivía en lo más profundo y lejano de la selva del Mayab se sintió extrañado de que esa noche de luna llena no había escuchado ningún canto o ruido, ni que haya apreciado el vuelo de algún animal o ave nocturna, tal y como solía escucharse en esas noches claras y brillantes que más parecían de día, ya que todo podía verse en la tupida y frondosa selva que semejaba un mar dorado bajo los rayos de luna llena que todo lo embrujaban.

“La mirada del indio se perdió en lo infinito de su selva y de allá vio salir y venir hacia él una figura horrible, peluda y grotesca que no parecía caminar, sino más bien resbalar sobre la tierra. Cuando esa sombra llegó a él, el indio escuchó una voz jamás oída, horrible y ronca que le decía:

“Tú eres un hombres cándido y puro, porque estás lleno del espíritu de aquel que es mi enemigo, pero es necesario que también conozcas al espíritu del mal, porque has de saber que del bien y del mal ha de vivir el hombre…

“Yo soy el Ka Kasbaal, o sea, la cosa mala que reina en la noche… Yo soy el que se alimenta de la carne del hombre, como igualmente de los animales… Yo soy el que tuerce las cosas, las rompe o las destruye… Yo soy el que detiene las nubes para que no llueva y se pierdan las cosechas; el que pica los maizales y convierte en polvo las trojes… Yo soy el que da la mala savia de las plantas que envenenan; y soy el que da la enfermedad y la muerte…”.

Y así, la figura maligna del Ka Kasbaal, con el correr de los tunes, katunes y baktunes (años, siglos y milenios), fue adquiriendo mutaciones y transformaciones en su ser, para causar la maldad o el hechizo adquiriendo la forma de animales o aves, como lo hemos señalado anteriormente, tal como el vulgo popular lo reconoce y teme, sobre todo en aquellos pueblos o familias mayas ante cualquier enfermedad grave y repentina que sufra alguno de sus seres queridos. En estos casos, la culpa es del huay pek, huay chivo, huay dzotz, huay keken, huay huacax, etc. (perro, brujo, chivo, murciélago, cochino, todo, etc.) aduciendo así que el mal es obra del brujo o de la hechicería.

El embrujo del Ka Kasbaal es un maleficio que prevalece en los sucesos sobrenaturales que aterrorizan y que causan enfermedades que la medicina moderna no logra curar, pero sí el H’men, sacerdote curandero maya, quien por la contra de su medicina invocada en sus rezos, oraciones, pócimas y conjuros logra aliviar y sanar en forma inexplicable.

Así curaban los H’menes esos hechizos que existen, aunque no para la ciencia médica, pero sí para los mayas, que en estos casos y sucesos son parte indisoluble de su alma y vida, y que no se creen en tiempos actuales, pero insistimos: son ciertos y parten de los misterios que se viven en el mundo maya. Los sucesos que narramos son reales y evidentes porque suceden, no una, sino cientos de veces, y en personas que han padecido diversos males y nos lo han relatado, dando evidencia de que el hechizo o embrujo es tan real como esas ciudades que pueden verse y tocarse en este mundo y país que es Yucatán, que no se parece a otro.

Gaspar Antonio Xiu Cachón

Continuará la próxima semana…

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