La planta de ramón, como comúnmente se le conoce al OX en maya, y de nombre científico Brosimum alicastrum, es un árbol que puede alcanzar 45 m de altura y 1 m de diámetro.
Es de corteza acanalada, cilíndrica, con raíces externas de contrafuerte, dándole más soporte necesario si su sistema radicular es superficial; con savia lechosa dulce y pegajosa, su corteza externa es suave, grisácea clara, de madera rojiza, con sección central amarillenta.
Esta planta da un fruto que desde la antigüedad se le conoce, o conocía, como las “nueces mayas”.
Los mayas lo tostaban y después lo molían, para poder extraer harina y convertirlo en masa que les servía para hacer tortillas. Esto se hacía en tiempos de sequía, cuando faltaba el grano de maíz.
Esta práctica no se hace en la actualidad, aunque hay estudios o lugares en los que se pretende implementar, pero todavía no se tiene la educación o la madurez para el consumo de las semillas. La planta de ramón generalmente es utilizada como forraje para animales, y las semillas son tiradas a la basura.
Otros usos comunes de la planta incluyen:
- En campos de cultivo y potreros se utilizan para establecer cortinas rompevientos y cinturones de abrigo
- En algunos lugares es empleado como planta de sombra y ornato
Este árbol es muy apreciado debido a la calidad de su forraje y a su disponibilidad durante la sequía. Sin embargo, la explotación de este forraje consiste en la cosecha de árboles bien desarrollados, ubicados en los patios de las casas, parques y avenidas.
Para finalizar, no debe perderse de vista que donde hay árboles de ramón, hay agua.
Héctor Tuz