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Reflexión Matutina
El frescor de la mañana estimulaba las fosas nasales, invitando a inspiraciones profundas que oxigenan la sangre y nos hacen sentirnos bien, agradecidos de ser parte de este universo y vivir en una ciudad donde el ambiente agradable es consustancial con la paz y tranquilidad cotidianas.
Un jefe de familia barría la acera de su domicilio y recogía los desperdicios. Era una estampa sencilla. Y sin embargo me pareció importante. Me impactó sicológicamente su actitud positiva, de limpieza, de higiene pública, de ánimo. Un hombre haciendo una actividad sencilla en la mañana meridana, una labor que le redituará satisfacción personal al actuar y sentirse útil, de ver el frente de su casa limpio, ser partícipe de ese gran grupo de ciudadanos que no dedican su capacidad a tareas negativas, sino que demuestran con el ejemplo que, si dedicáramos más tiempo a ese tipo de actividades útiles, nuestros problemas sociales serían menores.
Sí, fue un gran ejemplo. Una agradable satisfacción. No sé su nombre, pero no importa. Su actitud es digna de aplauso y aplaudo en él al ciudadano común, al ama de casa que se mantienen ocupados, con la mente ajena a las manipulaciones agresivas de un consumismo que distorsiona su escala de valores.
Puede parecer un gesto nimio: barrer el frente de un domicilio, pero qué importante es demostrar que la energía vital del ser humano puede ser usada en sencillas cosas útiles. Qué mejor que usar las manos para el trabajo, que la mente u órganos vitales para propiciar enfrentamientos entre hermanos.
Sí, evidentemente, el día de hoy será un día hermoso.
Luis Alvarado Alonzo