Remembranza
MULTIFACÉTICO PERSONAJE Y PIONERO DE LA LUCHA LIBRE EN YUCATÁN
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Hace unos días, un compañero sociólogo yucateco graduado en la Ciudad de México me solicitó una entrevista para hablar de la Lucha Libre profesional con luchadores yucatecos.
En la charla me habló de Eduardo Pinkus Leal, quien fuera sin temor a equivocarme el primer luchador profesional de Yucatán y quien nos enseñó las entretelas de este deporte espectáculo, y fuimos cinco en total los que participamos con las estrellas nacionales de la Lucha Libre en México, y fuimos: Eduardo Pinkus, que primero luchó como “El Duende” y posteriormente como “Pinkuski, el Príncipe Millonario”, Jorge García “Águila Blanca”, Moisés Carrillo “El Dandy”, Manuel Bravo “Manolo Mérida” y el que escribe Hiram García ”Lugui Shima”; después vinieron otros, pero el primero fue Pinkus. Fue nuestro instructor, entrenábamos en el gimnasio del Edificio Central de la Universidad Nacional del Sureste, ahora Universidad Autónoma de Yucatán.
A lo largo de su carrera, Don Eduardo Pinkus destacó por su dedicación y pasión por este deporte espectáculo. Desde los encordados, Pinkuski se enfrentó y compartió esquina con los mejores luchadores mexicanos y extranjeros, tales como Santo “El Enmascarado de Plata, Blue Demon y un español llamado Eduardo Bonada, quien fue el primer “Huracán” Ramírez, entre muchos otros, dejando un legado de profesionalismo y entrega en cada encuentro.
De todos los luchadores yucatecos de nuestra época, en los años 50, solo Pinkus llegó a figurar en las carteleras de California, en los Estados Unidos. Fuimos pioneros yucatecos, debutando en el Circo Teatro Yucateco, cuando el promotor era Gonzalo Solís Domínguez, quien después hizo fortuna con la Lucha Libre AAA.
Su contribución al mundo de la lucha libre Yucateca y Campechana es innegable, puesto que fue un activo promotor de la lucha libre profesional en su Arena “Pinkuski”, llamada también “La Capillita” en Campeche, donde se forman luchadores y luchadoras que mañana serán figuras
En esos años cincuenta también luchamos en Campeche, en lo que era la Plaza de Toros y en el interior del Estado yucateco como Tizimín, Umán, Ticul Progreso e Izamal. Nos fogueábamos para trabajar en batallas campales con Tonina Jackson, Médico Asesino, Cavernario Galindo, Huracán Ramírez, Blue Demon, El Santo y otros tantos destacados luchadores capitalinos en nuestro Circo Teatro Yucateco.
Posterior a nuestros inicios como luchadores, cada uno inició su vida profesional. Eduardo Pinkus fue jefe de la Policía de Campeche; luego, cuando regresó de los Estados Unidos, fundó la primera pizzería de Campeche, “Pinkus Burger”, y al final, tuvo un bar y centro nocturno cercano a la orilla del mar.
En ambas ocasiones conviví con él y su esposa, a quien conocimos en su juventud cuando estudiamos la secundaria. En mi peregrinar por la República, construí el Hospital del ISSSTE en Campeche, y luego asistí como invitado a las Semanas Culturales Magisteriales, de Campeche, invitado por el poeta Brígido A. Redondo y su hermano Erasmo, en cinco ocasiones, recorriendo el Estado. Trabajé con el pintor Carlos Heredia en su taller casi un año, con una producción de más de 25 obras pictóricas más una exposición personal de obras pictóricas. Nunca dejé de visitar a Eduardo. Una de sus hermanas se casó con mi primo Jorge Buenfil Acosta, así que la familia se unió. Visitar a Eduardo era un ritual viajero.
Ahora que supe de su viaje a un nuevo Plano Astral, dedico estas líneas con un saludo familiar a los Pinkus que quedan, que son varios, casi todos amigos y compañeros deportivos. Un adiós lleno de recuerdos y sentimientos a su persona.
Abur.
Lugui Shima.
Fuentes