Vocaciones Ejemplares
En este mes que concluye, agosto 2016, hemos recibido tres noticias impactantes sobre cultura o incultura. Con pesar, la sociedad local lamentó el deceso de un hombre de teatro, no nativo de Yucatán, pero con currículum de cincuenta años de bregar en nuestros medios en esta área distintiva. Francisco Sobero Garavito, “Tanicho” en el medio teatral, fue por cincuenta años soporte de producciones artísticas locales con meritorio acierto. Teatro regional, clásico, popular, fueron su actividad vital en nuestra tierra.
La crisis de espacios teatrales lo motivó a crear uno propio, por lo menos para obras de pequeño formato, al igual que varios grupos independientes lo han venido haciendo para impulsar proyectos valiosos, porque no tienen capacidad económica para pagar las rentas o derechos de uso en los tres teatros existentes en Mérida, de los cuales el más antiguo – monumento nacional – va siendo entregado como oficinas, sala de ensayos y bodega de útiles e instrumentos, espacios apropiados en exclusiva para un proyecto musical de antiguos intereses añorantes de la casta divina, ahora recibiendo apoyos, respaldo, subsidio y atenciones de presupuestos oficiales del Estado.
También quedamos enterados de una señalada distinción al dramaturgo José Ramón Enríquez, laureado con la Medalla Bellas Artes 2016, por las máximas autoridades culturales del país. Don José Ramón desde hace un largo período ha respaldado a la Escuela Superior de Artes de Yucatán, lamentablemente aún asilada en la antigua ex estación de Ferrocarriles, en tanto las autoridades culminan un “Palacio de la Música” para impulsar aun más el proyecto citado en el párrafo anterior y otros.
Entre lo más significativo que merece registro y reconocimiento está la dura tarea, registrada nacionalmente pero aún pendiente en el ámbito local, que va llevando a cabo la dramaturga Conchi León, admirable mujer con una gran sensibilidad artística, creativa, plena de energía, que recupera la memoria histórica local, la suya propia, y las convierte, con su preparación profesional y experiencias artísticas, en obras de buena factura que escribe, actúa y promueve tanto a nivel nacional como internacional, recibiendo valoración favorable y enaltecimiento.
Su visión y pensamiento crítico sacuden con textos, actuación y mensaje, a audiencias crecientes que ella ha venido sumando a una seria tarea de rescate del teatro mexicano y, en especial, de aquel que tiene raíces muy nuestras, que forma parte integral de nuestra mentalidad colectiva.
Tenemos, en agosto 2016, tres ejemplos de vida y firmeza en las convicciones, así como de entrega plena a una visión universal del arte y la cultura.
Aun con el limitado soporte presupuestal de dependencias oficiales, la cultura se torna dinámica entre nosotros, avanza sustantivamente, mientras las clases populares en nuestro país, y otros lejanos, van ganando batallas desde Yucatán en esta odisea cultural de los primeros años del nuevo siglo.