XIV
Oración del 18 de septiembre*
(Fábula de estos días)
Si la poesía no sirve para hacer mejor al hombre
no sirve para nada.
LEÓN FELIPE
I
León Felipe:
Ahora que te haces presente
en tu palabra y su acción,
que tus lámparas terrestres han crecido:
ahora, cuando te has multiplicado
en panes de tu carne
en peces de tu sangre;
ahora que podemos tocarte
con sólo mirar una hoja de tus libros;
hoy que ya eres
«una llama sin tregua»,
hemos venido a entregarte una canción.
Esta canción la ha publicado el viento:
aquel incesante trajinero
entre este sordo valle de crímenes
y la patria sonora de la luz:
canción hecha de barro.
que es lágrima cuajada en estrella común.
«La gran poesía como la gran historia
las seguirá cantando eternamente el viento».
Estás en tus palabras.
Nos dejaste palabras como espadas.
Nos heredaste llamas.
Dijiste que el poema es una crónica
y la crónica un cuento… «La historia
una serpiente que se muerde la fábula
y el poeta doméstico, un cronista
del rey y el arzobispo».
Nos entregaste fuego entre palabras.
lI
La poesía, aquella ventana que tú abriste,
ya no la sellará la policía.
La canción que traemos la entonan los muchachos.
Escúchala: es tu antigua, es tu misma canción:
tus salmos y tus versos oscilantes
entre la blasfemia y la oración.
¿De quién es ahora la canción?
¿De dónde viene y hacia dónde va?
¿Es el grito, el clamor de la tierra?
¿Suenan así las voces de la tierra?
¿Son las marchas clarísimas del Cid o del Quijote?
¿Son himnos de ceniza
que brotaron en los campos de Auschwitz?
¿Es el llanto dulcísimo
de los poemas nahuas?
¿O son las elegías españolas
sacudiendo el árbol del canto de los pueblos?
Lo sabremos mañana
cuando en la voz del viento
puedan hablar tus ojos.
III
Lo que cuenta el poeta a los pueblos
está lleno de orgullo.
Lo que cuenta a los pájaros de música.
Lo que cuenta a los hombres de lágrimas
y lo que cuenta el poeta a los mares
-en soledad inmensa-
está lleno de eternidad… y viento.
Poeta: eres ya tus palabras:
esas piedras
con las que levantamos el camino.
Tú eres el verbo genésico del viento.
Y eres el viento, el viento, el viento…
Y también las canciones
que día con día oímos y cantamos.
Tu vida es ahora tu canción.
IV
Tu biografía es pues esta canción.
La que nació entre el dolor de tus ojos.
La que entregaste al hombre
para comprar la luz.
Cuando el poeta habla
se calla el general
se calla el presidente.
La canción del poeta
es la que dicen todos…
Por la gracia de tu voz, León Felipe,
serán nuestros los frutos de la tierra.
Sólo vine a decirte:
los cristianos que heredamos tu fuego
la flama que nos trajiste de tan lejos:
del Origen, del Agua, de la Luz, y del Aire…
Seguiremos cambiando señales en la noche:
un relevo de antorchas, un sistema
de alertas y llamadas.
Algún día tendremos
los secretos poderes de la luz
que viniste a enseñarnos.
Y los nuevos poetas nos darán
con las manos del pueblo
los panes y los peces verdaderos.
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*Este poema dedicado a la memoria del poeta León Felipe, fallecido el 18 de septiembre de 1968, fue leído por su autor en Galerías de la Ciudad de México días antes de la masacre -2 de octubre- del gobierno de Díaz Ordaz cometido contra los estudiantes y el pueblo. No publicado en libro, lo incluimos en éste a manera de rescate de una página de poesía testimonial. [Nota del autor]
Raúl Cáceres Carenzo
Continuará la próxima semana…